
Se trata de un estudio avalado por el especialista mundial, profesor en la Universidad de Zaragoza y miembro del Comité MAB de la UNESCO, Pedro Arrojo.
En el documento se señala que en los últimos 22 años el nivel del principal acuífero de la isla, el de Es Migjorn (en la imagen), ha pasado de 20 metros de altura sobre el nivel del mar a sólo trece. Esto implica que cada tres años se ha perdido una media de un metro.
La situación ha llegado a un extremo en el que los años de lluvias abundantes sirven para frenar esta dinámica negativa, pero no para almacenar más agua. Hay que señalar que casi el 90% del líquido que consume la isla sale de este único acuífero.
El problema se agrava por la contaminación de estos recursos. Los nitratos superan la tasa de 50 miligramos por litro que es el tope recomendable fijado para el agua potable en todo el término municipal de Ciutadella , la parte sur de Maó, Sant Lluís y Es Castell.
La contaminación por cloruros se deriva básicamente de la intrusión de agua de mar en los acuíferos. Como posibles causas de la problemática el GOB apunta el uso de fosas sépticas, las pérdidas de la red de alcantarillado, los vertidos de las depuradoras, los purines concentrados de la ganadería, los abonos químicos agrícolas y los regadíos intensivos.
Desde el GOB se señala que hay «medidas paliativas» como las desalinizadoras o las plantas potabilizadoras que permiten eliminar los nitratos. «Pero debemos mirar más allá, buscar las causas y solucionarlas» explicó Camps. El portavoz añadió que «de lo contrario legaremos a nuestros hijos una Menorca en la que el agua no se podrá usar por estar salada y nitrificada».
Pedro Arrojo apuntó también que el uso de desaladoras y potabilizadoras implica un importante gasto económico y energético lo que implica utilizar más combustibles fósiles que provocan emisiones de CO2 a la atmósfera.
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