
Las grandes constructoras españolas conforman dos de los cuatro consorcios invitados por la Autoridad del Canal de Panamá a presentar ofertas por el proyecto el próximo martes 3 de marzo.
De los dos grupos con impronta española, uno de ellos está integrado por la alianza de ACS, Acciona y FCC, además de por el grupo alemán Hochtief (a su vez controlado por la compañía que preside Florentino Pérez) y la mexicana Ica.
El segundo de ellos está conformado por Sacyr Vallehermoso, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nuil y la panameña Constructora Urbana.
Los competidores de los grupos españoles son dos consorcios internacionales. Uno formado por la constructora estadounidense Bechtel y las japonesas Mitsubishi y Tasei, y otro integrado por el grupo francés Bouygues, las también galas Vinci y Alstom, la alemana Bilfinger y tres sociedades brasileñas.
La ampliación del Canal de Panamá, una de las mayores obras de ingeniería civil del mundo, supone la construcción de un tercer carril de esclusas que se sumará a los dos con que actualmente cuenta esta infraestructura.
Está previsto que su construcción conlleve entre siete u ocho años, y se espera que pueda comenzar a operar entre 2014 y 2015. Las obras de construcción no deberán afectar al funcionamiento de la infraestructura actual del canal.
En fuentes del sector indicaron que se prevé que el consorcio adjudicatario subcontrate parte de los trabajos con otras empresa que optaron al proyecto, con lo que los grupos españoles contarían con cierta garantía de participar en la obra en caso de que no resultaran adjudicatarios de forma directa.
La adjudicación de la ampliación del Canal de Panamá coincide con la actual crisis económica y, en el caso de España, con el parón del sector de la construcción, con lo que la consecución de la obra supondría un importante empuje a las carteras de las empresas, sobre todo en el mercado internacional.
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