LONDRES.- La
primera ministra británica, Theresa May, sobrevivió a un intento de
intervenir en su agenda sobre el brexit y darle al Parlamento la
facultad de aplazar el divorcio.
En
una votación crucial en la Cámara de los Comunes, se rechazó una
propuesta para eliminar la amenaza de una ruptura sin acuerdo y abrir la
puerta para posponer el brexit.
La
serie de votaciones del martes es una prueba clave para la mandataria.
Más temprano, pidió al Parlamento hablar con claridad sobre lo que
quiere, en momentos en que hay cada vez menos tiempo para concretar un
acuerdo de salida con la Unión Europea.
En
una apuesta tardía, la primera ministra volcó el foco de su gobierno
hacia una demanda radical euroescéptica de eliminar y volver a redactar
el acuerdo de retiro que negoció durante 18 meses.
Continúan las votaciones en la Cámara de los Comunes y aún no está claro si su apuesta ha dado sus frutos.
Si
falla, May todavía no tendrá una orden clara de exigir cambios en el
acuerdo de salida en Bruselas y solo faltan ocho semanas para que se
vaya el Reino Unido.
Incluso
si la propuesta favorita de May, conocida como la enmienda Brady, se
impone en la votación, funcionarios europeos han advertido que la UE no
la aceptará.
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