PANAMÁ.- El Canal de Panamá, por el que pasa el 6 % del comercio
mundial, estrena administrador desde este jueves. El economista y
exministro Ricaurte Vásquez pilotará durante los próximos siete años la
poderosa Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
A
diferencia de lo que comúnmente se cree, la ACP es un ente con autonomía
propia e independiente del Gobierno, fundada precisamente hace más de
dos décadas para evitar la interferencia política en la ruta
interoceánica.
El canal fue construido a principios del siglo pasado y
administrado durante más de ocho décadas por Estados Unidos, pero a
partir del 31 de diciembre de 1999, cuando pasó a manos panameñas,
empezó a ser gestionado por la ACP, un ente con autonomía financiera y
patrimonio propio creado por mandato constitucional unos años antes.
Según la Carta Magna, a la autoridad "le corresponde privativamente la
administración, funcionamiento, conservación, mantenimiento y
modernización del Canal de Panamá, así como sus actividades conexas y
complementarias".
La ACP está dirigida a su vez por
un administrador, cuyo mandato dura siete años con posibilidad de
reelección. Este, que se apoya en un subadministrador, es el responsable
de ejecutar las decisiones acordadas por una junta directiva de once
miembros, de los cuales nueve son designados por el presidente y
ratificados por el Parlamento.
El nombramiento de la
primera junta directiva se hizo de manera escalonada para garantizar su
independencia de los gobiernos de turno.
El economista Ricaurte Vásquez, de 66 años, se convirtió el jueves en
el tercer panameño en ponerse al frente del canal desde que este dejó de
estar gestionado por Estados Unidos.
Fue elegido el
pasado febrero entre una veintena de candidatos por la junta directiva y
su designación fue muy aplaudida por su experiencia en la vía acuática y
su conocimiento del sector logístico, uno de los pilares de la economía
panameña.
Vásquez, a quien popularmente se le conoce
como "Catín", es un viejo conocido de la administración pública: fue
ministro de Economía y Finanzas en el Gobierno de Martín Torrijos
(2004-2009) y ocupó varios cargos de dirección en el canal, como el de
subadministrador.
El exministro sustituye en el cargo
al ingeniero Jorge Luis Quijano, quien rechazó presentarse a un segundo
mandato y fue el encargado de pilotar el faraónico proyecto de
ampliación, que se inauguró en junio de 2016 y permite el paso de barcos
de hasta 15.000 contenedores.
Con cerca de 9.500 empleados, la ACP es una de las empresas más sólidas
del país y solo se puede trabajar en ella si se tiene la nacionalidad
panameña.
El canal, que conecta más de 140 rutas
marítimas y 1.700 puertos en 160 países, cerrará su año fiscal el
próximo 30 de septiembre con un récord de ingresos por peajes (2.525
millones de dólares) y de carga transitada (entre 460 y 463 millones de
toneladas).
El año pasado, los ingresos totales
llegaron a los 3.172 millones de dólares, de los cuales 1.703 millones
de dólares fueron entregados al fisco panameño.
Desde
que pasó a manos panameñas en 1999, el canal ha aportado al tesoro
nacional unos 15.000 millones de dólares, mientras que durante los 85
años de administración estadounidense solo contribuyó con 1.877 millones
de dólares.
El transporte de contenedores es su
principal negocio, aunque la ampliación ha dado paso a nuevos mercados,
como los grandes cruceros o el gas natural licuado (GNL), que necesitan
barcos de mayores dimensiones de los que pasan por las esclusas
centenarias.
Estados Unidos y China solían ser sus
principales clientes, pero el gigante asiático ha sido desbancado
recientemente por Japón debido a la guerra arancelaria.
El canal sigue siendo hoy en día una de las grandes obras de la
ingeniería moderna. Francia inició su construcción a finales del siglo
XVIII, pero fracasó en su idea de hacer un canal a nivel.
Estados Unidos compró entonces los derechos y comenzó a construir la
vía interoceánica en 1904, aunque no fue inaugurada hasta diez años
después, con el paso del buque Ancón.
La ruta, que
mide 82 kilómetros de longitud y conecta los océanos Atlántico y
Pacífico, funciona con un sistema de esclusas a distintos niveles, que
se abastecen de dos lagos artificiales en la cuenca del Río Chagres.
Durante los años de administración estadounidense, la potencia
norteamericana ocupó además la zona alrededor de la vía, que funcionaba
como una especie de colonia norteamericana y a la que los panameños se
referían como "la quinta frontera".
El gran artífice
de la recuperación del canal fue el exdictador panameño Omar Torrijos
(1969-1981), quien firmó el 7 de septiembre de 1977 junto al presidente
estadounidense Jimmy Carter los llamados Tratados Torrijos-Carter, que
marcaron la hoja de ruta para la devolución de la vía.
Otro de los hitos importantes en la historia del canal fue la
inauguración de las nuevas esclusas, un proyecto de más de 5.600
millones de dólares ejecutado por un consorcio liderado por la española
Sacyr y que mantiene una ardua batalla legal con la ACP se por unos
millonarios sobrecostes.