LONDRES.- El Banco de Inglaterra ha decidido mantener los tipos de interés estables y rebajó este jueves
del 1,2% al 0,8% su previsión de crecimiento de la economía del Reino
Unido en 2020, por la incertidumbre que genera la negociación de un
nuevo pacto comercial con la Unión Europea (UE) después del brexit. Además considera que las señales de recuperación de la economía británica tras
las elecciones de diciembre, así como una economía global más estable,
hacen innecesarios nuevos estímulos por ahora.
El banco central, que ha decidido mantener los tipos de interés en el 0,75%, ha recortado también su previsión de crecimiento en 2021, del 1,8% al 1,4%, y en 2022, del 2 % al 1,7 %.
Siete
de los nueve miembros del comité de política monetaria han respaldado
que los tipos sigan en el mismo nivel, pero dos se mostraron a favor de
rebajarlos un cuarto de punto, una posibilidad con la que especulaban
los mercados en los últimos días.
Al mantener sin cambios los
tipos, que llevan en el 0,75 % desde agosto de 2018, la institución
adopta una posición de cautela ante los posibles efectos en la economía
de la salida de la UE y otros factores globales.
En su informe,
advierte de que podría reducir las tasas de interés si no detecta
suficientes indicios de crecimiento económico en los próximos meses, en
un contexto de inflación baja, que en diciembre fue del 1,3 %, frente al
objetivo oficial del 2 %.
En la última reunión presidida por el gobernador Mark Carney, que
deja el cargo en marzo, el banco decidió asimismo mantener su programa
de estímulo económico, que está en marcha desde 2009 con una dotación de
435.000 millones de libras (513.800 millones de euros).
Tras
conocerse la decisión de la entidad, la libra subió un 0,37 % ante el
dólar, hasta 1,306 dólares, y un 0,24 % ante el euro, hasta 1,185 euros.
Tras
el bréxit el Reino Unido afronta un periodo de negociación con los
Veintisiete hasta el 31 de diciembre en el que tratarán de lograr un
nuevo pacto comercial bilateral, cuyo contenido será determinante para
la economía británica.
Un Comité de Política Monetaria dividido
Los mercados financieros preveían un 50% de posibilidades de que se produjera un recorte, pero el Comité de Política Monetaria se dividió una vez más por 7 votos a favor frente a 2 en contra de mantener el tipo bancario en el 0,75%, con los miembros externos Michael Saunders y Jonathan Haskel votando de nuevo a favor de bajarlos.
El banco central mantuvo la puerta abierta a un cambio en el precio del dinero después de que el gobernador, Mark Carney, deje la dirección del organismo en marzo, que pasará a ser dirigido por Andrew Bailey.
“Es posible que la política monetaria sea necesaria para reforzar la prevista recuperación del crecimiento del PIB británico, pero es necesario esperar a eventuales señales de que los recientes indicadores de actividad doméstica o global puedan no ser sostenidos o se muestren relativamente débiles”, dijo el Banco de Inglaterra en su comunicado del jueves.
Pero si el crecimiento sigue repuntando como sugieren los sondeos de actividad empresarial tras la contundente victoria de Boris Johnson en las elecciones del 12 de diciembre, se podría esperar “cierto ajuste modesto” de las condiciones monetarias en el futuro, dijo el BoE.
El banco central ya no ofreció referencias de que esta eventual alza de tipos sería “gradual y limitada”, una expresión que hasta ahora ha sido clave de su orientación a futuro y que se remontaba a tiempos en que había más posibilidades de que se instalara un ciclo algo más acelerado de incrementos del coste del crédito.
La economía británica no mostró crecimiento en los últimos tres meses del 2019, según el informe del BoE, un periodo complejo por la incertidumbre política en la que el Parlamento tuvo que postergar al Brexit y el gobierno convocó elecciones anticipadas.
Sin embargo, las perspectivas son más estables ahora y el Banco de Inglaterra prevé un crecimiento anualizado de 1,2% al último trimestre de 2020.
Un Comité de Política Monetaria dividido
Los mercados financieros preveían un 50% de posibilidades de que se produjera un recorte, pero el Comité de Política Monetaria se dividió una vez más por 7 votos a favor frente a 2 en contra de mantener el tipo bancario en el 0,75%, con los miembros externos Michael Saunders y Jonathan Haskel votando de nuevo a favor de bajarlos.
El banco central mantuvo la puerta abierta a un cambio en el precio del dinero después de que el gobernador, Mark Carney, deje la dirección del organismo en marzo, que pasará a ser dirigido por Andrew Bailey.
“Es posible que la política monetaria sea necesaria para reforzar la prevista recuperación del crecimiento del PIB británico, pero es necesario esperar a eventuales señales de que los recientes indicadores de actividad doméstica o global puedan no ser sostenidos o se muestren relativamente débiles”, dijo el Banco de Inglaterra en su comunicado del jueves.
Pero si el crecimiento sigue repuntando como sugieren los sondeos de actividad empresarial tras la contundente victoria de Boris Johnson en las elecciones del 12 de diciembre, se podría esperar “cierto ajuste modesto” de las condiciones monetarias en el futuro, dijo el BoE.
El banco central ya no ofreció referencias de que esta eventual alza de tipos sería “gradual y limitada”, una expresión que hasta ahora ha sido clave de su orientación a futuro y que se remontaba a tiempos en que había más posibilidades de que se instalara un ciclo algo más acelerado de incrementos del coste del crédito.
La economía británica no mostró crecimiento en los últimos tres meses del 2019, según el informe del BoE, un periodo complejo por la incertidumbre política en la que el Parlamento tuvo que postergar al Brexit y el gobierno convocó elecciones anticipadas.
Sin embargo, las perspectivas son más estables ahora y el Banco de Inglaterra prevé un crecimiento anualizado de 1,2% al último trimestre de 2020.