BRUSELAS.- El Consejo de la Unión Europea (UE) y
el Parlamento Europeo alcanzaron hoy un acuerdo político para facilitar
la venta de productos y contenidos digitales a través del territorio
comunitario, y hacer que esas compras sean más seguras tanto para los
consumidores como para las empresas.
La nueva
directiva armoniza ciertos derechos contractuales, como los remedios
disponibles para que los consumidores reclamen si un producto adquirido
no funciona adecuadamente, explicaron las dos instituciones en sendos
comunicados.
Las normas, acordadas provisionalmente por los
negociadores del Consejo (donde están representados los Estados
miembros) y la Eurocámara, se aplicarán tanto a contenidos y bienes
digitales de venta en internet como a cara a cara.
Los bienes con elementos digitales -teléfonos, televisores inteligentes o
relojes conectados- también estarán cubiertos por esta normativa, que
abordará periodos de garantía o las obligaciones de los vendedores.
Cuando un producto esté defectuoso, el consumidor podrá elegir entre
que sea reparado o cambiado por otro, sin costes adicionales.
El cliente también podrá tener una reducción de precio inmediata o
poner fin a un contrato y que se le devuelva el dinero en ciertos casos,
como por ejemplo si persiste un problema pese al intento del vendedor
de arreglarlo, si la reparación no se hace "dentro de un periodo
razonable de precio" o si el defecto es grave.
El
comerciante, además, tendrá responsabilidad si el defecto aparece en los
dos años posteriores a haber recibido el cliente el producto, si bien
los Estados miembros podrán introducir un periodo de garantía mayor a
nivel nacional.
Entre un año y dos tras la entrega del producto, el comprador no tendrá que probar que el artículo estaba defectuoso.
Por ejemplo, si actualmente un consumidor descubre que un producto
comprado hace más de seis meses tiene un defecto y pide al vendedor
arreglarlo o reemplazarlo, se le puede pedir demostrar que ese problema
existía en el momento de la entrega.
Bajo las nuevas
normas, durante un periodo de entre uno y dos años desde la entrega, el
consumidor podrá solicitar una solución sin tener que probar que el
defecto existía en el momento en que adquirió el producto.
La asociación europea de consumidores, BEUC, puso de relieve que la UE
haya establecido que los compradores de bienes "inteligentes" tienen
derecho a obtener actualización de software.
"Esto
era importante porque los consumidores podrían encontrarse con un
dispositivo que funciona pero que no cuenta con las actualizaciones
necesarias para mantenerlo seguro y funcionando adecuadamente", señaló
en un comunicado la directora general de BEUC, Monique Goyens, quien
consideró este aspecto "clave" para evitar una obsolescencia temprana.
También celebró que sean los comerciantes quienes tengan que probar
que un producto no estaba defectuoso en el momento de su venta.
En cambio, lamentó que la UE haya impuesto una "jerarquía de remedios"
(reparación o cambio y solo entonces reducción de precio o fin del
contrato) a los que puede apelar el consumidor en caso de que el
artículo adquirido no funcione, sin que pueda ya elegir qué solución
prefiere.
El acuerdo provisional alcanzado hoy
tendrá a continuación que ser confirmado oficialmente por los
embajadores de la UE en el Consejo y por la Comisión de Mercado Interior
y Protección de los Consumidores del Parlamento Europeo.
Entonces, pasará a votarse en el pleno de la Eurocámara y a ser
refrendado por los ministros comunitarios en el Consejo de la Unión,
para convertirse en ley.
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