MADRID.- Fomentar el ahorro y contener el gasto. Este es, probablemente, uno
de los consejos que más veces escuchamos a lo largo de nuestra vida. Sin
embargo, llevado al extremo y de forma colectiva, puede suponer la
'ruina' de una economía. En el sistema predominante en el que vivimos,
basado en la división del trabajo y la especialización de la producción,
el gasto de uno es el ingreso de otro. Si la rueda dejar de girar, la
economía puede tambalearse y terminar cayendo. Algo así es lo que está
sucediendo en China, un problema que a primera vista no parece tener una
solución sencilla y que está llevando a la economía a perder impulso
más rápido de lo esperado, concluye un análisis en elEconomista.
Aunque son muchos los obstáculos a los que se enfrenta el 'gigante
asiático', uno de los múltiples factores detrás de esta desaceleración
es la debilidad del consumo y la perenne fortaleza del ahorro.
El cambio
de modelo económico orquestado por Pekín en los últimos años preveía
una reducción de la contribución de la inversión al PIB en favor de un
mayor peso del consumo, lo que iba a permitir a China seguir alcanzando
nuevas etapas de desarrollo y lograr una mayor independencia económica.
La teoría parece sencilla, pero al llevarla a la práctica están
apareciendo algunos contratiempos.
La paradoja del ahorro describe una situación en la que los hogares
(también las empresas) ahorran una parte creciente de su renta,
generando un desequilibrio que a menudo desemboca en un crecimiento
económico inferior o incluso en una recesión.
Esta recesión, provocada
por el exceso de ahorro colectivo de un sector económico tan grande como
los hogares, termina dañando el propio ahorro (valga la redundancia) de
las propias familias. De ahí la paradoja, el ahorro colectivo y
coordinado termina destruyendo el ahorro a través de una reducción de la
renta.
El modelo de ahorro-inversión se agota
Jeffrey B. Dawson, asesor de estudios internacionales de la Fed de Nueva York, incide en esta cuestión en un documento publicado recientemente
por el banco central: "Un desafío perenne con el modelo de crecimiento
de China ha sido un gasto de inversión excesivamente alto en relación
con el PIB y un gasto de consumo inusualmente bajo, algo que China ha
luchado durante mucho tiempo por reequilibrar".
Alicia García Herrero, economista jefe de Natixis para Asia-Pacífico,
señala en una columna en Bruegel que la causa de la desaceleración está
más relacionada con los desequilibrios estructurales que con el
empeoramiento de la confianza (que también está contribuyendo como se
explicará posteriormente) de los inversores, aunque claramente esto no
ha ayudado.
Irónicamente, son esos mismos desequilibrios (exceso de
ahorro) los que han contribuido al milagro económico de China,
poniendo a la economía en una posición difícil: un ahorro excesivamente
alto y su consumo obstinadamente bajo, asegura la economista española.
"Una de las características distintivas de la economía china son sus
extraordinariamente altas tasas de inversión y ahorro, que superan el
40% del PIB. Esto significa el doble del nivel de que las tasas
presentes en la Unión Europea y EEUU, e incluso superior a las tasas en
otros países asiáticos, como por ejemplo Japón y Corea del Sur", asegura
Daniel Gros, miembro de la junta directiva y miembro distinguido del
Centro de Estudios Políticos Europeos, según señalaba este mes de un
octubre en un artículo de opinión publicado en elEconomista. Aunque este modelo parece atractivo, lo cierto es que tiene sus límites.
"Como ha señalado Kenneth Rogoff, académico de Harvard, tal inversión genera rendimientos decrecientes.
Esto se ilustra mejor con los problemas del sector de la construcción",
sentencia Gros. Buena parte de las empresas constructoras chinas se
enfrentan ahora a un escenario más que sombrío después de años de fuerte
inversión y grandes beneficios.
¿Cuál es la solución? Una posible forma de resolver el problema es un
cambio de modelo como el que persigue Pekín sin mucho éxito por ahora:
los chinos deberían gastar más. Algo que parece sencillo. Dawson, de la
Fed de NY, comenta que a medida que China intenta alejarse de un
crecimiento intensivo en crédito y centrado en la inversión, el avance
de la economía debería depender de un mayor gasto de los consumidores.
Sin embargo, el consumo ni está ni se le espera, por ahora.
El exceso de ahorro en China ha aumentado en la primera mitad
del año en comparación con el mismo período del año pasado, y todavía
existe una brecha entre el consumo previo al covid y el actual,
aseguraba Christine Peng, analista de UBS, en una conferencia en
Shanghai en palabras recogidas por el Financial Times. "Creemos que la razón principal de la brecha... es la falta de confianza de los consumidores", sentenció Peng.
"Una prolongada borrachera de endeudamiento de los hogares (también de las autoridades locales),
las cicatrices del covid-19 y una profunda caída del mercado
inmobiliario en China han dañado las finanzas de los hogares y
erosionado la confianza de los consumidores", asegura el experto de la
Fed.
La caída del mercado inmobiliario chino está haciendo que el
principal activo en el patrimonio de las familias chinas se tambalee.
Esto puede tener un impacto en el consumo inverso al que tiene el 'efecto riqueza'.
Al igual que cuando los activos que las familias poseen se revalorizan
(sube el precio de la vivienda, las acciones...), los hogares pueden
verse impulsados a consumir más (pese a que todas sus ganancias son
latentes todavía), cuando sucede lo contrario, las familias pueden optar
por un mayor ahorro de precaución.
Los hogares chinos soportaron los confinamientos más prolongados y,
posiblemente, estrictos del mundo y, en agosto de 2020, el gobierno dio
prioridad a frenar los excesos en el sector inmobiliario. Estos factores
contribuyeron al colapso de un importante promotor inmobiliario y a la
consiguiente crisis del sector un año después.
"Los indicadores de actividad inmobiliaria han estado prácticamente en caída libre
(como se ilustra en el panel izquierdo del siguiente gráfico), y los
datos iniciales apuntan a una disminución continua del gasto en
inversión residencial en el corto plazo. La propiedad es el depósito de
riqueza más importante para los hogares en China y representa
aproximadamente dos tercios de los activos del hogar. La propiedad de
vivienda también es alta en China: más del 80% de los hogares son
propietarios de una vivienda", asegura Dawson.
Falta de confianza
Este experto cree, además, que los chinos no terminan confiar del
todo en los indicadores oficiales que publica el Gobierno de su país.
"Los datos oficiales sugieren solo una modesta caída en los precios inmobiliarios a nivel nacional,
pero hay una divergencia significativa entre los niveles de ciudades y
regiones, y algunas estimaciones señalan que los precios han caído
aproximadamente un 20% en algunas ciudades de tamaño mediano y pequeño.
El sentimiento chino ha cambiado notablemente y cada vez menos hogares
asumen que los precios seguirán subiendo.
Por ahora, los esfuerzos de las autoridades chinas por reactivar la
demanda de viviendas nuevas no han logrado grandes resultados. Además,
todo hacer indicar que "los hogares han respondido amortizando su deuda
hipotecaria. En julio de 2023, los préstamos hipotecarios representaban
más del 50% de la deuda total de los hogares (6 billones de dólares y un
tercio del PIB).
Durante el año pasado, el monto de los préstamos
hipotecarios pendientes disminuyó por primera vez en China a medida que
los hogares dieron prioridad a los pagos de las hipotecas. Hay que tener
en cuenta que otras formas de crédito al consumo también se han
desacelerado drásticamente", asegura Dawson.
Este experto sostiene, además, que se ha producido un aumento de los
nuevos depósitos bancarios, lo que "sugiere pesimismo entre los
consumidores en torno a las perspectivas inmobiliarias. En particular,
los hogares han optado abrumadoramente por mantener depósitos de ahorro a
más largo plazo, incluso cuando las tasas de interés en China continúan
cayendo.
Los datos de encuestas recientes sugieren que las preferencias
de los hogares son aumentar aún más la liquidez en depósitos a plazo en
el futuro. Las noticias sobre fracasos de ciertos productos de
inversión alternativos vinculados a promotores inmobiliarios en China
probablemente solo aumentarán la aversión al riesgo entre los hogares".
El experto de la Fed de Nueva York se pregunta si China está sufriendo lo que se conoce como la paradoja del ahorro. "Algunos expertos sugieren que el pesimismo de los consumidores en China ya se ha arraigado,
con un impacto similar al 'Covid persistente pero en términos
económicos'. En consecuencia, se puede esperar que los hogares pidan
menos préstamos, paguen sus deudas, eviten comprar viviendas y mantengan
más depósitos de ahorro.
"Dado que es probable que los problemas en el sector inmobiliario
sean prolongados y que el apoyo directo a los hogares no forme parte
tradicionalmente del manual de las autoridades chinas, las autoridades
enfrentan la ardua tarea de revertir la visión que tienen los hogares
sobre el futuro, algo que será clave para impulsar el consumo y
reactivar el impulso del crecimiento económico", sentencia Dawson.