BUENOS AIRES.- El
Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó el miércoles su primera
visita a Argentina desde la asunción de Alberto Fernández y avaló el
análisis del Gobierno de que la deuda del país "no es sostenible", al
tiempo que pidió una "contribución" a los acreedores privados, que ahora
deben decidir.
Los
analistas económicos coinciden en que, basándose en la petición del
Fondo, el Gobierno solicitará a los acreedores una quita de la deuda que
podría rondar el 40 %, aunque serán los tenedores quienes decidan si
"aceptan o no" esta propuesta.
El
director de la Consultora Focus Market, Damián Di Pace, señaló
que "la propuesta a los acreedores será en relación de los niveles de
paridad de los bonos, actualmente entre 40 % y 50 %. Se pedirá quita de
capital, interés y alargamiento de plazo, sin embargo los acreedores en
definitiva son los que negocian y aceptan o no lo propuesto por
Argentina".
El
analista detalló que "las negociaciones con el FMI luego de la
declaración del organismo se adelantan y hay sendero recorrido", unos
avances que no ve "con los acreedores privados", aunque afirmó que "no
se puede juzgar por lo que aún no ha comenzado, que es negociar con los
bonistas".
"Es
muy probable que los bonistas respondan de manera negativa ", subrayó
el analista Patricio Giusto, quien recordó que "113.000 millones de
dólares de deuda están en mano de bonistas privados", para quienes el
Gobierno lanzará una oferta en marzo que puede llegar antes de que se
cierre el acuerdo con el Fondo.
"Desde
que asumió, Alberto tiene esta visión que primero hay que cerrar con
los privados, y eso va a ser la señal más fuerte que se le puede dar al
mercado, incluso más fuerte que renegociar con el FMI, que podría ser lo
más sencillo", agregó.
En
la Casa Rosada celebraron el miércoles el comunicado del FMI, ya que
les "dio la razón", en palabras de este jueves del presidente
Fernández,, sobre los reclamos que desde hace meses sostienen sobre la
situación de la deuda del país, algo que Giusto interpretó como "una
suerte de favor político" que fue llamativo en muchos aspectos.
"El
comunicado de ayer evidentemente es algo muy positivo para el Gobierno
por algunas cosas que hasta llaman la atención en el lenguaje habitual
del FMI, poniéndose en el lugar del deudor. Elogiaron que Argentina
estabilizó el tipo de cambio con férreos controles de cambio, algo que
está en las antípodas de la postura del Fondo", valoró.
En
este sentido coincide la analista Gretel Ledo, para quien el comunicado
es "más que positivo", aunque lo interpreta como una "colaboración"
para asegurarse que Argentina no le exija una quita al propio organismo
multilateral, una postura que defendió la vicepresidenta Cristina
Fernández la semana pasada, cuando afirmó que el préstamo se empleó para
financiar la fuga de capitales, algo que no permiten los estatutos del
FMI.
"Algunos
sectores políticos todavía están cuestionando la adquisición de ese
crédito en cuanto a la corresponsabilidad del FMI sabiendo que Argentina
no tenía la solvencia económica como para hacer frente a semejante
crédito", agregó.
Según
su criterio, "el Ejecutivo va a avanzar hacia pedir una quita", a pesar
de que la directora gerente de la entidad, Kristalina Georgieva,
descartó esa posibilidad alegando que sus estatutos no lo permiten.
"El
FMI está jugando otra carta, la de colaborar con la deuda con privados
con este comunicado, y por otro lado esperar que Argentina cumpla
integramente con la deuda tomada con el organismo", señaló Ledo.
Para
el experto Nicolás Alonzo, a pesar de lo positivo del mensaje en este
falta "alguna valoración" sobre "el plan económico del Gobierno", que
según su criterio necesita definirse más.
"La
política macroeconómica por el momento es un tanto inconsistente, está
teniendo un problema de deuda y por el momento no se va a poder mantener
o mejorar la salud de las cuentas públicas", aseveró.
Esta
tendencia la observa también en la política monetaria, por lo que
considera que por ahora las decisiones del Gobierno están más enfocadas
"en la estimulación económica a corto plazo".
"Todo
lo que tuvimos son definiciones por el lado de los ingresos y no de los
gastos. Faltan definiciones hacia adelante de cómo se va a manejar la
política fiscal", declaró.
Tras
esta intensa semana las negociaciones no dan tregua, sobre todo si el
Gobierno quiere cumplir con la meta que se impuso de llegar a un acuerdo
antes del 31 de marzo, que este jueves reiteró el jefe de Gabinete,
Santiago Cafiero, y que no es "una fecha caprichosa".
"Es
un plazo que nos autoimpusimos porque después hay vencimientos que son
muy duros por delante. (...) Necesitamos tener ahí algún marco de
referencia de la negociación, de avance, y si tenemos la posibilidad de
tener cerrados los acuerdos, muchísimo mejor", destacó.
La
próxima ronda de negociaciones se producirá en los próximos días en
Riad, donde el ministro de economía, Martín Guzmán, se volverá a ver las
caras con Georgieva con la reunión de ministros del G20 como fondo.
Giusto
cree que Guzmán acudirá a la capital saudí "envalentonado, volviendo a
sostener su posición de que Argentina necesita quitas", mientras que el
FMI "se va a mantener en su postura de que no puede", y augura que
comenzará a trascender "mayor precisión sobre las fechas" en las que se
pueda cerrar el acuerdo.