BUENOS AIRES.- Patricia Bullrich, tercera en las recientes elecciones presidenciales argentinas, anunció este miércoles su apoyo al candidato ultraliberal populista Javier Milei para el balotaje del 19 de noviembre. La decisión acelera la implosión de la coalición social-liberal Juntos por el Cambio (JxC), el gran objetivo compartido por Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa. "Con Javier Milei tenemos
diferencias, por eso hemos competido, no las ocultamos. La mayoría de
los argentinos eligió un cambio, nosotros representamos parte de ese
cambio, tenemos la obligación de no ser neutrales",
declaró Bullrich en una rueda de prensa en sus oficinas en el centro de
Buenos Aires junto a su compañero de fórmula, el radical
(socialdemócrata) Luis Petri.
Bullrich
obtuvo el pasado domingo el 23,8% de los votos contra el 30% de Milei y
el 36,7% de Massa. Así, JxC quedó fuera del ballotage.
"Acá
está la fórmula que fue elegida de manera democrática en las primarias,
no venimos en representación de nuestros partidos, sino en
representación de haber tenido el apoyo de 6,2 millones de argentinos.
No vamos a abandonar a esos argentinos. Tanto Luis como yo siempre los
vamos a defender. Como decía San Martín, cuando la patria está en peligro, todo está permitido excepto no defenderla".
"La
urgencia del momento nos interpela a no ser neutrales ante el peligro
de la continuidad del kirchnerismo a través de Sergio Massa. Hace 20
años que Cristina,
Alberto y Massa nos unen en esta decadencia. Argentina, desde nuestro
punto de vista no puede iniciar un nuevo ciclo kirchnerista liderado por
Massa. Condenaría a Argentina a su decadencia final".
Petri
insistió en que la decisión no representa ni al PRO, el partido liberal
de derechas que preside Bullrich, ni a la socialdemócrata Unión Cívica
Radical (UCR), que él integra: "Lo hacemos a título personal y como
fórmula. No se puede ser neutral en este momento, porque eso es ser
funcional al kirchnerismo".
Bullrich aseguró que no negoció posiciones en un eventual Gobierno de Milei.
"Nosotros
no hablamos de gobiernos, no estamos en un acuerdo o pacto con Javier
MIlei. Decimos cuál es nuestra postura frente a la sociedad que nos
votó. No hay pacto, acuerdo ni diálogo de co-gobierno. Solo es la
posición política y estratégica que nosotros creemos que es buena para
Argentina. Si gana el kirchnerismo, Juntos por el Cambio va hacia una disolución total, porque ya conocemos sus prácticas".
El
anuncio de Bullrich dio la señal oficial de largada para una muy
probable implosión de JxC, una coalición nacida en 2015 bajo el nombre Cambiemos
y que tuvo como gran pegamento la intención de poner fin a doce años y
medio de gobiernos kirchneristas. Lo lograron en 2015, con el triunfo de
Mauricio Macri
sobre Daniel Scioli, y pese a la derrota de 2019 ante Alberto
Fernández, el 41% de los votos obtenidos auguraba un buen futuro para la
coalición.
JxC derrotó
con contundencia, nueve puntos de ventaja, al peronismo en las
parlamentarias de 2021, y la coalición se veía ya de regreso en la Casa
Rosada en diciembre de 2023. La aparición de Milei, que les quitó parte
de su electorado, y sobre todo las banderas de la novedad y el cambio, hundió en el desconcierto estratégico a la coalición. Y el pasado domingo, la victoria de Massa en la primera vuelta puso a la JxC en una situación imposible.
Macri
recibió en la noche del martes a Bullrich y Milei para una cena en la
que limaron asperezas y que fue la base del anuncio de este miércoles
por parte de la frustrada candidata presidencial.
"Anoche
tuve un encuentro con Javier Milei en el que tuvimos una charla
respecto de lo que habían sido esas declaraciones", confirmó Bullrich, a
la que Milei tildó de "montonera, tirabombas y asesina" durante la
campaña. "Nos perdonamos mutuamente, hoy la patria necesita que seamos capaces de perdonarnos porque está en juego algo muy importante para el futuro".
Ante
la certeza de que Bullrich apoyaría a Milei, Elisa Carrió, fundadora de
JxC y líder de una de sus patas, la Coalición Cívica (CC), atacó con
dureza la decisión y, sobre todo, a Macri.
"Su
lado oscuro le ganó a Macri. El que rompe es él, y la pobre Patricia va
a cometer un error histórico", dijo Carrió, gran denunciante de la
corrupción en Argentina y acérrima rival de Fernández de Kirchner.
Años
atrás, Carrió había planteado que su límite político era Macri y que
jamás acordaría con él. Cambió, sin embargo, esa posición y fue la
principal estratega para destronar del poder al kirchnerismo en 2015. La
líder de la CC se vio, sin embargo, crecientemente decepcionada por los
movimientos de Macri en los últimos tiempos, hasta que estalló.
"No
hablo más con Macri. Me di cuenta de su zona oscura: se lo he dicho, yo
no soy un naipe en tu juego de bridge. Yo había anticipado que Macri
iba a desgastar a Horacio (Rodríguez Larreta, derrotado en las
primarias), entregar a Patricia e irse con Milei. Para mí era
previsible, siempre Macri jugó para Milei y para la destrucción de
Juntos por el Cambio".
"La
causa republicana permanece, los hombres y las mujeres pasan. La
libertad no es el deseo, la libertad es la responsabilidad. Nosotros no
vamos a someternos a ninguna extorsión, aunque provenga del pueblo. No
estamos de acuerdo con la venta de niños ni la legalización del
narcotráfico. El kirchnerismo ya ganó, porque Macri se equivocó con la estrategia. Hay que impugnar el voto y que el que vaya a votar se haga responsable".
En
la tarde de este miércoles se reúne la UCR, histórico partido de perfil
socialdemócrata que recibió todo tipo de agresiones y descalificaciones
por parte de Milei, que define a su histórico líder Raúl Alfonsin,
presidente entre 1983 y 1989, como "fracasado hiperinflacionario". El
más que centenario partido está dividido, aunque la postura mayoritaria
parece ser la de no inclinarse ni por uno ni por otro candidato.
"Juntos
tiene incentivos para seguir unidos, porque si gana Massa sería la
principal oposición, con el mayor número de parlamentarios y
gobernadores", destacó en la señal de televisión LN+ el analista
político Facundo Nejamkis. "Lo que pasa es que no están viendo esos
incentivos".
El paso al
frente de Bullrich corona un asombroso movimiento de placas políticas en
Argentina: Milei fue impulsado por el kirchnerismo y el massismo, que
le aportaron candidatos para sus listas, financiación y fiscalización de
las elecciones.
Pero, una vez confirmado que la Casa Rosada se
disputará entre Milei y Massa, el candidato peronista atacó frontalmente
al ultraliberal, que pasa a ser ahora el estandarte de frenar al
kirchnerismo, aunque moderado y tutelado por Bullrich y Macri.