WASHINGTON.- Eran apenas las 5:59 de
la mañana del lunes cuando el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, anunció en un tuit la reimposición de aranceles a Brasil y
Argentina, una decisión que sorprendió a sus socios y a los mercados.
La
incertidumbre creció esa misma noche, cuando Estados Unidos amenazó con
gravar unos 2.400 millones de dólares de productos icónicos de Francia,
otro aliado, y continuó el martes, cuando Trump advirtió que el acuerdo
comercial con China podría retrasarse, cuando faltan 12 días para que
entren en vigor nuevas medidas arancelarias estadounidenses contra el
gigante asiático.
Trump dijo que la resolución de la disputa comercial con
China, que lleva ya 18 meses y ha desatado tensiones geopolíticas,
podría esperar hasta después de las elecciones de Estados Unidos de
noviembre próximo.
El pesimismo se adueñó de Wall Street, que cayó
a su nivel más bajo desde octubre. Desesperanzados, los inversores
retiraron sus ganancias obtenidas con el reciente repunte generado por
la expectativa de una paz comercial duradera entre las principales
potencias económicas del mundo.
"La naturaleza impredecible de
Trump inyecta una gran dosis de incertidumbre y volatilidad en las
negociaciones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios
comerciales", dijo Eswar Prasad, economista de la Universidad
de Cornell.
Su gusto por los cambios inesperados en medio de
negociaciones de por sí complicadas obliga a menudo a sus asesores a
hacer acrobacias para explicar lo que a veces es inexplicable, añadió.
Kellyanne
Conway, la impasible consejera presidencial, respondió preguntas con
más preguntas el martes cuando periodistas en la Casa Blanca la
interrogaron sobre el acuerdo de fase 1 con Pekín anunciado por Trump el
11 de octubre.
"¿Por qué cree que no hemos llegado a un trato?
¿Porque no lo has visto?", le increpó al corresponsal de CNBC Eamon
Javers. "¿Está diciendo que el presidente mintió?"
Los
bandazos de Trump también hacen que otros países estén menos dispuestos
a hacer concesiones que luego puedan caer con un tuit o una declaración
del mandatario estadounidense, apuntó Prasad.
"La tendencia del
presidente Trump de provocar escaramuzas económicas con aliados cercanos
refleja su total desprecio por las relaciones diplomáticas", afirmó
Benjamin Gedan, asesor del programa latinoamericano del Wilson Center.
Tanto
el presidente brasileño Jair Bolsonaro, el "Trump del Trópico", como el
saliente mandatario argentino Mauricio Macri, cercano a Trump, se han
jactado de su relación especial con la Casa Blanca.
Pero eso no pareció pesar
en la decisión de Trump de revertir las exenciones a ambos países que
otorgó en marzo de 2018, luego de que a principios de ese año decidiera
aplicar aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y del 10%
a las de aluminio.
Cedric O, secretario de Estado de Francia para
la economía digital, dijo a la AFP que aplicar gravámenes adicionales
en respuesta a los impuestos a los gigantes tecnológicos estadounidenses
no sería digno de un aliado.
Entonces, ¿qué impulsa a Trump?
"Creo que la única
forma de entender esto es reconocer que el presidente Trump ama los
aranceles", dijo Edward Alden, experto del Consejo de Relaciones
Exteriores (CFR).
"Cree que son por lejos la mejor arma que tiene.
Y cree que los aranceles perjudican a los competidores pero ayudan a la
economía estadounidense", agregó.
Es cierto que el crecimiento de
Estados Unidos fue más fuerte de lo esperado en el tercer trimestre,
con un 2,1% interanual, y que la economía china se desaceleró
bruscamente, al 6% interanual.
Pero según Gedan, las últimas
amenazas arancelarias de Trump podrían reflejar preocupaciones de que la
economía estadounidense se está desacelerando antes de las elecciones
del próximo año, en las que Trump buscará la reelección.
La
batalla de 2020 por la Casa Blanca juega un papel importante en la
política comercial del mandatario, dijeron expertos durante una
conferencia telefónica organizada el martes por el Atlantic Council de
Washington.
El anuncio de aranceles al acero y al aluminio de
Brasil y Argentina "es realmente una señal fuerte de que Trump está más
interesado en su campaña electoral del próximo año", opinó Renata Vargas
Amaral, experta en derecho comercial internacional.
"Esto
definitivamente tiene que leerse como parte de la campaña presidencial
en la que el presidente Trump se está metiendo muy pronto", coincidió
Shunko Rojas, exsubsecretario de Comercio Exterior de Argentina.
Ambos
señalaron que los agricultores estadounidenses, principales víctimas de
las represalias de Pekín a las medidas punitivas de Washington, son un
electorado clave para Trump, que hará todo lo posible por contentarlos.
"Al
presidente Trump le encantan los aranceles porque tiene autoridad
unilateral para imponerlos. También son una herramienta útil para
recompensar a los partidarios", recordó Gedan.