PARÍS.- El negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier,
presentará este lunes su borrador con las directrices de los Estados
miembros de la UE para la inminente negociación con Londres sobre la
relación entre el Reino Unido y el bloque comunitario tras el vigente
período de transición de once meses.
Transcurridas apenas 48 horas desde que el Reino Unido dejara de ser
miembro del bloque comunitario en la medianoche del viernes tras 47 años
en su seno, y de cara a esa primer paso de la era post-Brexit,
Barnier ha avisado de que tiene “una cosa clara: lo primero es el
interés de la UE, de cada uno de sus Estados miembros y de todos sus
ciudadanos”, indicó en Twitter.
“Es el momento de empezar a mirar hacia delante”, ha dicho el
excomisario europeo de Mercado Interno y exministro conservador francés
de Agricultura y Pesca, de 69 años.
Aún no está fijada la hora de comparecencia y rueda de prensa del
lunes para presentar el borrador, que posteriormente deberán de
respaldar los países a nivel técnico en un Consejo de Asuntos Generales
el próximo 25 de febrero. A partir de ese momento podrán arrancar
oficialmente las negociaciones.
Barnier ya pilotó con el luxemburgués Jean-Claude Juncker al frente
de la Comisión Europea las negociaciones con Londres para fijar las
condiciones del acuerdo de salida y las del período de transición que
concluye, en teoría, el 31 de diciembre de 2020.
El francés, que tendrá como “número dos” a la española Clara Martínez
Alberola, exjefa de gabinete de Juncker, proseguirá al frente de la que
se presenta como la negociación más complicada de la historia
de la Unión Europea, pero con la alemana Ursula von der Leyen al frente
del Ejecutivo comunitario.
Von der Leyen ya ha dicho que espera conseguir un acuerdo comercial con “cero tarifas y cero cuotas”, pero desde una competencia económica leal por parte de Londres.
Barnier, que insiste en la importancia de preservar la unidad que
hasta ahora han mostrado los Estados miembros en la negociación, ha
intensificado sus visitas a las capitales de la UE en las últimas fechas
para entrevistarse con los líderes de los Veintisiete.
Mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, está decidido a no prolongar el vigente período de transición, que termina el 31 de diciembre de 2020, la Comisión Europea ha reiterado que es inviable negociar, acordar y aprobar parlamentariamente en solo once meses un pacto de tal envergadura, que va desde los derechos de los ciudadanos y la lucha antiterrorista hasta el espacio aéreo y la homologación de los medicamentos.
El acuerdo de salida que negoció en gran medida la antecesora de Johnson en Downing Street, la también conservadora Theresa May, fue objeto de numerosas prórrogas y retrasos que la abocaron a dimitir y llevaron al Reino Unido a celebrar elecciones anticipadas.
Ese acuerdo prevé que el vigente período de transición pueda prolongarse uno o dos años, siempre que Londres solicite la prórroga antes del 30 de junio.
Durante este período, los efectos concretos del Brexit no se percibirán pues las normas para ciudadanos y empresas serán las mismas que hasta ahora.
Londres tendrá que acatar la normativa comunitaria pese a que, desde este lunes, el Reino Unido pierde a sus europarlamentarios y sus ministros y técnicos no participan en las reuniones de sus homólogos europeos en Bruselas.
Transcurrido ese período de transición, y si Londres y Bruselas no han llegado a un acuerdo o prorrogado el “statu quo” actual, habrá un “Brexit duro”.
Al otro lado del canal de la Mancha, el conservador Boris Johnson, quien hasta ahora había encargado la cartera del Brexit a David Frost, también ha anunciado que fijará este lunes su posición de cara a la negociación.
Mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, está decidido a no prolongar el vigente período de transición, que termina el 31 de diciembre de 2020, la Comisión Europea ha reiterado que es inviable negociar, acordar y aprobar parlamentariamente en solo once meses un pacto de tal envergadura, que va desde los derechos de los ciudadanos y la lucha antiterrorista hasta el espacio aéreo y la homologación de los medicamentos.
El acuerdo de salida que negoció en gran medida la antecesora de Johnson en Downing Street, la también conservadora Theresa May, fue objeto de numerosas prórrogas y retrasos que la abocaron a dimitir y llevaron al Reino Unido a celebrar elecciones anticipadas.
Ese acuerdo prevé que el vigente período de transición pueda prolongarse uno o dos años, siempre que Londres solicite la prórroga antes del 30 de junio.
Durante este período, los efectos concretos del Brexit no se percibirán pues las normas para ciudadanos y empresas serán las mismas que hasta ahora.
Londres tendrá que acatar la normativa comunitaria pese a que, desde este lunes, el Reino Unido pierde a sus europarlamentarios y sus ministros y técnicos no participan en las reuniones de sus homólogos europeos en Bruselas.
Transcurrido ese período de transición, y si Londres y Bruselas no han llegado a un acuerdo o prorrogado el “statu quo” actual, habrá un “Brexit duro”.
Al otro lado del canal de la Mancha, el conservador Boris Johnson, quien hasta ahora había encargado la cartera del Brexit a David Frost, también ha anunciado que fijará este lunes su posición de cara a la negociación.