En su perfil de la red
social Twitter, la Fiscalía indicó que durante la madrugada fueron
detenidos para ser investigados Mesías V., secretario general del
Sindicato de Chóferes de la provincia del Azuay, y Manolo S., presidente
de la Cámara de Transporte de la ciudad andina de Cuenca, "por presunta
paralización de servicio público".
De su lado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas
(Conaie) denunció la "arbitraria detención de Marlon Santi por la
Policía Nacional", y añadió que "junto a Jairo Gualinga, dirigente de
Juventud de la Conaie, y dos jóvenes universitarios, serán trasladados a
la cárcel de Putuimi para la posterior Audiencia de flagrancia".
"Desde Confeniae (otra organización indígena) expresamos nuestro
repudio a los actos represivos de la policía y el ejército, y la
política de criminalización de la lucha y la protesta social de la
Ministra del Interior, María Paula Romo, y el Presidente Lenin Moreno",
señalaron.
El jefe de Estado ecuatoriano decretó el
jueves el estado de excepción en el país a raíz de protestas de varios
sectores sociales y el bloqueo de carreteras por los transportistas
motivados por la eliminación de los subsidios al diesel y a la gasolina
conocida como "extra", la de mayor consumo en la nación andina.
"Con el fin de precautelar la seguridad ciudadana y evitar el caos, he
dispuesto el estado de excepción a nivel nacional", dijo Moreno ayer
desde el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo.
Al término del primer día de protestas, Romo informó de la detención de
cerca de 200 personas, en su mayoría en la ciudad costera de Guayaquil
(suroeste) donde hubo saqueos.
La ministra apuntó que
las fuerzas de seguridad arrestaron a 195 sospechosos, de los que 150
fueron detenidos en Guayaquil, "en su mayoría asociados al robo y
vandalismo".
"En este tipo de actos no está en
discusión el subsidio (a los combustibles) o la reforma laboral", afirmó
Romo antes de subrayar que son hechos "plenamente delictivos".
En diferentes sectores de Guayaquil, capital económica de Ecuador, se
produjeron altercados y saqueos a comercios y establecimientos públicos
ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad de garantizar el orden,
lo que obligó a numerosas tiendas a cerrar para evitar robos masivos.
Pese al estado de excepción, que durará sesenta días, la paralización
del transporte se mantenía este viernes en Ecuador donde se volvieron a
repetir escenas de gente caminando para llegar a sus lugares de trabajo o
utilizando el servicio de camionetas particulares en las que las
personas viajaban amontonadas en los cajones.
La
gente también se ha agolpado en las estaciones del transporte municipal
en la capital ecuatoriana, Quito, donde esta mañana manifestantes
volvieron a cortar vías con la quema de neumáticos, mientras en otros
sectores taxistas estacionaron sus vehículos en fila en los costados de
la vía.
En Quito, capital de la provincia de
Pichincha, las terminales terrestres de servicio interprovincial
lucieron este viernes vacías, mientras en otras ciudades tampoco hubo un
fluido normal del servicio de transporte urbano.
El
centro histórico de la capital, donde ayer hubo fuertes enfrentamientos
entre la Policía y los manifestantes, evidenciaba esta mañana la
destrucción en la zona.
Aceras dañadas, paredes
pintadas, semáforos rotos y piedras tiradas en distintas zonas son
algunas de las evidencias de las violentas manifestaciones que tuvieron
lugar en el centro histórico, catalogado como Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la Unesco en 1978.
En Ecuador se
cumple, por segundo día, la suspensión de las clases ordenada por las
autoridades como medida cautelar para la seguridad de los estudiantes.