CARACAS.- Un
coronel venezolano fugitivo que ha buscando pública y activamente la
destitución del presidente Nicolás Maduro ha sido detenido por el
gobierno, dijeron el martes dos personas cercanas a él.
El
coronel Oswaldo García Palomo, de 54 años, quien se retiró de la
guardia nacional y vivía de manera clandestina en el extranjero, ha
regresado a Venezuela donde fue capturado, dijeron. Un feed de Twitter
asociado con él y su grupo emitió una alerta con su foto diciendo que ha
sido detenido por la policía militar.
"Consideramos
que el régimen es responsable de su bienestar físico", decía el tuit
que solicitaba a Juan Guaidó -el joven líder de la asamblea nacional que
la semana pasada recibió un amplio apoyo internacional cuando se
declaró a sí mismo presidente interino- apoyo para salvarlo.
"Presidente Guaidó", decía refiriéndose a él también como comandante en jefe, "los miembros del ejército quieren apoyarlo".
La
captura de García es una señal de que, a pesar del creciente apoyo
hacia Guaidó para reemplazar a Maduro -cuya reelección de mayo fue
ampliamente condenada como manipulada- el gobierno sigue a cargo de
elementos clave del órgano militar. Maduro ha otorgado a los generales
cargos superiores en minería y petróleo y ha encarcelado a adversarios
dentro de los servicios armados.
García
era inusual pues estuvo de acuerdo en realizar una entrevista oficial
con Bloomberg en diciembre, en la que dijo que él y sus colegas están
"trabajando todos los días para unir fuerzas internacionales y
nacionales, y eliminar al gobierno por medio de las armas para que el
país no continúe desangrándose y muriendo".
La entrevista tuvo lugar
fuera de Venezuela.
El
coronel retirado se encontraba entre una veintena de oficiales y tropas
de fuerzas especiales en las cuatro ramas de las fuerzas armadas
venezolanas que lanzaron uno de los golpes de estado más graves el año
pasado, conocido como Operación Constitución.
Se infiltraron en el plan y
docenas de sus compañeros conspiradores fueron arrestados; él escapó y
continuó con sus actividades de sublevación.
Volvió
a entrar a Venezuela hace poco y en mensajes a finales de la semana
pasada a Bloomberg indicó que estaba planeando actuar.
"Pendiente de mi en los próximos días", dijo.
Antonio
Rivero, un general retirado del ejército que vive exiliado en Miami,
dijo que ha estado en contacto constante con García, a quien se refirió
como un "operador" compañero en los esfuerzos por que las fuerzas
armadas rompan filas contra Maduro.
"Había
una misión en proceso, todavía está en proceso, pero no sabemos el
estado de Oswaldo o las personas que lo acompañaban", dijo Rivero.
"Es
necesario proteger su vida, porque es un hombre muy temido que sabe de
muchas operaciones que se han llevado a cabo, y claramente van a tratar
de obtener información de él".
El
fallido golpe de estado en el que participó García el año pasado fue
uno de varios intentos de este tipo, lo que sugiere al menos algo de
inquietud en el ejército, y que Venezuela -que una vez fue un país rico
con enormes reservas petróleo- se dirige rápidamente hacia un caos
plagado de crímenes de desesperanza y hambruna.
Aún
así, los militares y sus ramas parecen estar siguiendo órdenes. A
principios de la semana pasada, cerca de dos docenas de guardias
nacionales allanaron los puestos militares de Caracas, robaron armas y
mantuvieron cautivos a otros soldados. Sus acciones fueron rápidamente
sofocadas y 27 personas fueron detenidas.
En 2017, las fuerzas
gubernamentales rechazaron una ola de manifestaciones contra el
gobierno.
Con
la auto-inauguración de Guaidó la semana pasada, la sensación es que la
capacidad de Maduro para aguantar es mucho más incierta. La mayoría de
los países occidentales, así como muchos de los vecinos de Venezuela,
han reconocido a Guaidó como líder legítimo del país. EE.UU. también ha
estado trabajando para darle a Guaidó los medios económicos de éxito, a
través de un embargo sobre el petróleo y con la entrega de las cuentas
bancarias estatales.
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