NUEVA YORK.- La guerra comercial entre China y EE.UU. irrumpió este
viernes en la Asamblea de Naciones Unidas con un duro discurso del
ministro chino de Exteriores, Wang Yi, que advirtió de que la imposición
de aranceles y las controversias comerciales "podrían llevar al mundo,
incluso, a la recesión".
Wang dijo ante los delegados
de casi 200 naciones algo que se lleva repitiendo desde el estallido de
este conflicto, el año pasado, aunque el representante chino quiso
dejar claro que toda la culpa es, a su juicio, de Estados Unidos.
"Los aranceles y las provocaciones de controversias
comerciales que van en contra de la industria global y de las cadenas de
suministro, socavan el régimen comercial multilateral y el orden
comercial y económico global y podrían, incluso, llevar al mundo a la
recesión", alertó Wang.
En su discurso, el jefe de la
diplomacia china ha tenido momentos en los que se reflejaba el deseo de
encontrar una solución, que se han mezclado con muchos reproches a
Washington, pero también con amenazas: "Ante un unilateralismo no
podemos quedarnos sentados".
China y EE.UU. están enzarzados en un conflicto comercial que estalló
el año pasado, que se ha traducido en la imposición mutua de tarifas
arancelarias y que en sus continuas idas y venidas, encuentros y
desencuentros y tuits del presidente estadounidense Donald Trump, ha
afectado casi por igual a la bolsa de Wall Street y a los parqués
internacionales.
La bolsa de Nueva York cerró hoy con
sus principales indicadores en rojo, especialmente el Nasdaq, donde
cotizan las empresas tecnológica más importantes, después de que medios
locales apuntaran que Trump se plantea, entre otras medidas, sacar a las
empresas chinas de la bolsa y buscar un plan para repatriar a las
compañías estadounidenses que operan en China.
El
pasado martes, el presidente estadounidense, Donald Trump, también
reservó parte de su discurso ante la ONU a las disputas con China,
mostrando también esperanzas de cerrar un pacto, pero siempre que no sea
perjudicial para EE.UU.
"Ojalá que podamos llegar a
un acuerdo que pueda ser beneficioso para ambos. Pero no aceptaré un mal
acuerdo para el pueblo estadounidense", alertó el martes Trump, que
abundó en que con su guerra comercial está buscando "justicia".
Trump tuvo también reproches para el gigante asiático asegurando que
Estados Unidos "perdió 60.000 fábricas después de que China se uniera a
la OMC" (Organización Mundial del Comercio).
"La OMC
necesita cambios drásticos. No debería permitir que la segunda economía
del mundo se declare un país en vías de desarrollo para trucar el
sistema", subrayó.
Entre otras cuestiones, Estados
Unidos acusa a China de forzar la transferencia de tecnología a las
empresas que trabajan en ese país. El pasado marzo el Gobierno chino
aprobó una nueva ley por la que se prohibió la transferencia forzada de
tecnología.
Ante las acusaciones de transferencia forzada, Wang subrayó que "los
avances (tecnológicos) no deben ser monopolizados por ningún país y
nadie debe obstruir los esfuerzos de otros países de hacer
innovaciones".
"No es legítimo ni justificable que un
país en posición de poder imponga sanciones unilaterales o ejerza
jurisdicción sobre otros países", declaró el ministro, aunque sin
mencionar en ningún momento a la Casa Blanca.
El
responsable chino también dijo que su país no se quedará de brazos
cruzados ante los "vientos del proteccionismo" y subrayó que levantar
"muros no va a resolver desafíos globales" y que "culpar a otros de los
problemas de uno no funciona".
Más allá de estos
reproches, Wang insistió en la disposición de su Gobierno de resolver
las fricciones comerciales de "manera tranquila y racional" y de
"demostrar la mayor paciencia y buena voluntad".
Sin
embargo, advirtió de que "si la otra parte actúa de mala fe o no muestra
respeto a una situación de igualdad o a las reglas en las
negociaciones, tendremos que responder de la manera necesaria para
salvaguardar nuestros derechos legítimos e intereses", apuntó.
"Quiero que quede muy claro, China es un país con una civilización de
5.000 años, 1,4 mil millones de personas valientes y trabajadoras y un
territorio de 9,6 millones de kilómetros cuadrados. China no se verá
acobardada por amenazas, ni se someterá por presión", declaró.
Trump ya adelantado que no tiene prisa por resolver este problema hasta
las elecciones de 2020 y, tras las intervenciones de ambos países en la
Asamblea General, no parece que la solución esté a la vuelta de la
esquina.