WASHINGTON.- El presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, deberían
desvelar este miércoles un acuerdo de libre comercio pero a último
momento surgieron asuntos, como la exportación de autos japoneses, que
parece que demorarán la firma del pacto.
Blandiendo la amenaza de
aranceles, Trump buscó un acuerdo que reduzca el déficit comercial
estadounidense con Japón y beneficie a los agricultores, sector clave
para sus ambiciones electorales.
Empero las negociaciones podrían haber tambaleado debido a temas sensibles como el de los autos, según medios japoneses.
A
cambio de una significativa reducción de aranceles a productos
agrícolas estadounidenses, Tokio demanda a Trump el compromiso de
abstenerse de imponer aranceles de 25% a los autos nipones, los cuales
son un elemento esencial para su economía, según esos informes.
En
2018, el déficit comercial de Estados Unidos con Japón fue de 58.000
millones de dólares. Japón le exporto automóviles por 51.000 millones,
según datos oficiales.
Funcionarios comerciales de Estados Unidos
no dieron ninguna información sobre el acuerdo. Pero sobre las
negociaciones, pende la fecha del 17 de noviembre, día en que Trump
decidirá si impone mayores aranceles a los autos de Japón y la Unión
Europea (UE), un anuncio que tiene en ascuas a Alemania.
En su discurso del martes en la ONU, Trump, que buscará su reelección el año que viene, saludó el acuerdo con Tokio.
"Mañana me reuniré con el primer ministro Abe de Japón para seguir avanzando y concluir un nuevo acuerdo comercial", dijo.
Trump
anunció un "acuerdo de principio" con Tokio a finales de agosto tras
solo cuatro meses de negociaciones. Pero entonces, Abe advirtió que
quedaba trabajo por hacer.
El ministro de Exteriores de Japón,
Toshimitsu Motegi, se reunió con el representante comercial de Estados
Unidos, Robert Lighthizer, y dijo luego que las negociaciones habían
concluido. "Está terminado", dijo en la televisión de Japón .
Pero
aunque dijo que para este miércoles esperaba una "buena ceremonia en la
cumbre" Trump-Abe, el ministro no mencionó si ambos firmarían el pacto
final.
Medios japoneses, que
citaron fuentes de las negociaciones, dijeron que los términos del
tratado aún se están discutiendo y son analizados por abogados en ambas
capitales.
El diario The New York Times dijo que la firma podría ser demorada debido al tema de los autos.
Según el Times, Tokio quiere incluir una "clausula de
extinción", que invalidaría el acuerdo y todos los beneficios a los
productores agrícolas de Estados Unidos si Trump persiste en aplicar
aranceles. Washington se opone a eso, según el diario.
Con tantos
detalles en el aire, Trump y Abe podrían limitarse a divulgar una
declaración conjunta mientras los negociadores siguen discutiendo el
acuerdo, dijo el Times.
Una portavoz de la Casa Blanca dijo el lunes que esperaba que los líderes firmen "algo" cuando se encuentren en Nueva York.
Los
productores estadounidenses están especialmente ansiosos por un
acuerdo, aunque sea limitado, debido a que son altamente dependientes de
las exportaciones.
Los consumidores japoneses compraron la cuarta parte de la carne vacuna y de cerdo exportada por Estados Unidos el año pasado.
A
finales de agosto, la cámara que concentra a los ganaderos
estadounidenses dijo que eliminar el arancel japonés de 38,5% a la carne
estadounidense podría "nivelar el campo de juego".
El producto más vendido a Japón es, sin embargo, el maíz. Esas exportaciones sumaron 2.800 millones de dólares el año pasado.
"Japón es un gran negocio para nosotros", dijo Veronica Nigh, economista de la cámara de granjeros de Estados Unidos.
Sin eso "podríamos ver caídas bastante grandes el año
próximo" con los productores estadounidenses perdiendo espacio en el
mercado japonés, estimó.
Trump se desvinculó del acuerdo de libre
comercio TransPacífico (TPP) por considerar que podía conseguir más
ventajas para estados Unidos en acuerdos bilaterales, lo que dejó
descolocados a los productores estadounidenses.
Trump no logró
gran cosa en su guerra comercial con China y el campo estadounidense
está cargando con las consecuencias de los aranceles de represalia que
aplicó Pekín.