PARÍS.- El
primer ministro francés, Édouard Philippe, recibió este viernes a los
representantes de los principales sindicatos franceses y a la patronal
para tratar sobre la reforma de las pensiones y aseguró haber acercado
posturas en vistas a acabar con la huelga que dura ya 37 días.
Tras
esas conversaciones, el jefe del Ejecutivo se comprometió a enviar una
propuesta por escrito a los interlocutores sociales mañana, sábado,
coincidiendo con una nueva jornada de manifestaciones por todo el país
convocada por los sindicatos más radicales.
Será
la quinta gran jornada de movilización, después de que la de ayer,
jueves, incluso los sindicatos admitieran un retroceso de la
participación en las manifestaciones.
Philippe aseguró que esa "propuesta concreta" pude servir de base para desbloquear la situación.
Pocos
minutos antes, el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger, que acepta
la mayor parte de la reforma de las pensiones propuesta por el
Ejecutivo, aseguró que el Gobierno tiene "voluntad de diálogo", pero
advirtió que quiere "actos concretos".
En
particular, que la edad de referencia de 64 años para que se pueda
cobrar el total de la pensión sea retirada del proyecto de ley que el
Ejecutivo presentará en su Consejo de Ministros del próximo día 24.
Ese
es el punto clave que este sindicato, el principal del país, pone
encima de la mesa para poder empezar a negociar las modalidades de
financiación del nuevo sistema de pensiones.
El
Gobierno había ideado este mecanismo de edad de referencia como medida
para garantizar el equilibrio financiero de la reforma, puesto que
quienes se jubilen antes de esa edad perderán parte de su pensión.
Los sindicatos lo ven como un retraso de facto de la edad de jubilación y no aceptan esa medida.
El
líder de la CFDT, en concreto, consideró que esa edad de referencia es
una medida "ciega e injusta" y exigió su retirada "para poder seguir
debatiendo del resto de la reforma".
Si
Philippe parece haber tendido puentes con la CFDT, más complicado lo
tiene con los otros sindicatos, en concreto con la CGT, mayoritaria en
los transportes públicos, que piden la retirada total de una reforma que
prevé la supresión de los regímenes especiales de los trabajadores de
ese sector.
El
primer ministro se mostró "determinado a construir un sistema de
pensiones más justo y sólido" y reiteró su voluntad de que tras su
aprobación en Consejo de Ministros el texto comience a ser debatido el
17 de febrero próximo por los diputados para que pueda ser adoptado
antes de verano.
El gobierno francés anunciará "propuestas" el sábado
El
gobierno francés, que no ha logrado un acuerdo con los sindicatos tras
cinco semanas de huelga por la controvertida reforma de las pensiones,
anunció que hará "propuestas concretas" el sábado para encontrar un
"compromiso".
"Hemos hecho avances", declaró el primer ministro francés, Edouard Philippe, tras reunirse el viernes con los sindicatos.
"Mañana
mandaré por escrito a las organizaciones sindicales y patronales
propuestas concretas que podrían ser la base de un compromiso", añadió
Philippe, quien se reunirá por la noche con el presidente Emmanuel
Macron.
Laurent
Berger, secretario general de la CFDT, planteó también la posibilidad
de un acercamiento al afirmar que el primer ministro había mostrado
señales de "apertura" con respecto a la controvertida propuesta de hacer
que los franceses trabajen hasta los 64 años, para obtener una pensión
completa, dos años más allá de la edad oficial de jubilación.
No
obstante, otros sindicatos, que piden el retiro total de la reforma, se
mostraron menos optimistas y llamaron a "amplificar las manifestaciones
y huelgas".
Francia
lleva cinco semanas inmersa en un conflicto social contra una reforma
del sistema de las pensiones, impulsado por el presidente Emmanuel
Macron, que ha provocado la huelga de transportes ferroviarios más larga
en la historia del país.
Profesores,
médicos, enfermeros, abogados y hasta bailarines de la Opera de París
se han sumado a la huelga contra esta reforma que pretende también
eliminar los 42 regímenes de pensiones que existen actualmente,
organizados por profesiones, y fusionarlo en uno único.
En
las últimas semanas el gobierno ya ha hecho una serie de concesiones al
personal policial y militar, así como a los pilotos y controladores
aéreos, permitiéndoles seguir jubilándose de forma anticipada.
Los
sindicatos convocaron una nueva jornada de manifestaciones en todo el
país el sábado para seguir manteniendo la presión sobre el ejecutivo.
El
jueves, 452.000 personas, según el ministerio del Interior, 1,7
millones, de acuerdo a los sindicatos, se manifestaron en toda Francia,
por cuarta vez en cinco semanas, en rechazo a la reforma, una promesa
electoral de Macron, que tachan de "grave regresión social".
"Tenemos
que intensificar nuestras acciones y otros sectores tienen que tomar el
relevo", dijo Benoît Teste, del sindicato de maestros FSU.
El
sindicato de mano dura CGT, el más grande entre los trabajadores del
sector público, comenzó esta semana a bloquear las refinerías y los
depósitos de combustible, lo que despierta temores de una escasez de
combustible.
Llamó
también a bloquear a partir del lunes próximo dos importantes centros
de gestión de billetes en la región parisina, por donde pasan más de un
cuarto de los billetes en circulación en el país.
Los
servicios ferroviarios y el metro de París funcionaban parcialmente el
viernes, pero se prevé una mejora en el tráfico ferroviario el sábado.
En
Marsella, la principal estación de trenes estuvo paralizada durante dos
horas el viernes, después de que un grupo de un centenar de huelguistas
descendiera a las vías del tren.
Las
pensiones son un tema delicado en Francia, donde la población está muy
apegada a un sistema de reparto conocido, hasta ahora, por ser uno de
los más protectores del mundo.
Varias
encuestas muestran que el apoyo de la opinión pública a los
manifestantes se ha erosionado en los últimos días, oscilando entre el
44% y el 60%.