PARÍS.- Los conductores de dos de las líneas de metro de París votaron el lunes a favor de prolongar la interrupción de su actividad hasta el final de la semana, mientras Francia encaraba un quinto día de huelgas, una señal de que los trabajadores del transporte continuarán luchando contra los planes del Presidente Emmanuel Macron para racionalizar las pensiones.
La próxima semana supondrá un desafío para la entereza y la capacidad
de Macron de introducir el cambio social y económico que, según él, es
necesario para que Francia pueda competir con potencias como China y
Estados Unidos.
La huelga del sector público ha golpeado más
duramente al sector del transporte. En París, los servicios de trenes,
autobuses y metro se vieron gravemente perturbados y enormes atascos
paralizaron las carreteras cuando los viajeros optaron por usar sus
vehículos.
Tras meses de consultas, el responsable de las
pensiones de Macron, Jean-Paul Delevoye, se reunirá el lunes con los
dirigentes sindicales antes de presentar sus propuestas de reforma al
primer ministro Edouard Philippe.
“Veremos si solo nos ha oído, o
si nos ha escuchado”, dijo a la radio France Info Philippe Martínez,
líder del sindicato CGT, el más grande de Francia para el sector
público. “Tienen que retirar la reforma.”
Sin embargo,
parece poco probable que vaya a pasar. Philippe dijo al semanario
Dimanche que estaba decidido a llevar a cabo la revisión de lo que es
uno de los sistemas de pensiones más generosos entre los países
industrializados desarrollados.
Los sindicatos han convocado
protestas masivas el martes y el Gobierno estará atento para ver si los
más de 800.000 que marcharon por las ciudades francesas el jueves
vuelven a hacer acto de presencia.
Macron quiere sustituir el
complicado sistema compuesto por más de 40 planes de pensiones
diferentes, cada uno con prestaciones diferentes, por un sistema único,
basado en puntos, en virtud del cual, por cada euro aportado, todos los
pensionistas tienen los mismos derechos.
Los sindicatos del
sector público están preocupados por que sus trabajadores salgan
malparados ya que bajo el sistema actual el Estado compensa el déficit
crónico entre la pensión y los salarios en el sector.
Los
sindicatos, que luchan para demostrar que siguen siendo relevantes
después de que Macron flexibilizara el código laboral y reformara la
Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) estatal, también
están preocupados por perder influencia sobre las cotizaciones y las
prestaciones en el marco de un sistema de gestión centralizada basado en
puntos.
La batalla la ganaré en parte quien cuente
con el favor de la opinión pública. Las encuestas previas a las huelgas
mostraron que la población estaba relativamente dividida. El lunes, en
el metro, hubo simpatía e irritación hacia los huelguistas.
“No
lo entiendo. No es la manera correcta de hacer las cosas, que la RATP
(Empresa Autónoma de Transportes Parisinos) bloquee a la gente de esta
manera”, dijo el viajero Charles Ramm. “Se volverá contra los
sindicatos.”
La contable Lamia Massoudi dijo que apoyaba la huelga, aunque conllevara molestias. “Estoy con ellos”, dijo Massoudi.
Jornada negra
Los huelguistas franceses, contrarios a la reforma del sistema de pensiones, mantuvieron este lunes el pulso al Gobierno de Emmanuel Macron en una jornada marcada por el caos en el transporte, con estaciones abarrotadas, metros y trenes cerrados y nuevas convocatorias para continuar mañana la huelga.
Jornada negra
Los huelguistas franceses, contrarios a la reforma del sistema de pensiones, mantuvieron este lunes el pulso al Gobierno de Emmanuel Macron en una jornada marcada por el caos en el transporte, con estaciones abarrotadas, metros y trenes cerrados y nuevas convocatorias para continuar mañana la huelga.
En
la quinta jornada de huelga en el transporte público terrestre solo
circularon un 20 % de los trenes de alta velocidad (TGV), largo
recorrido y cercanías de París, y un 30 % de los regionales, mientras
que en el metro parisino diez de sus 16 líneas estuvieron cerradas.
La capital amanecía con un embotellamiento del tráfico de hasta 620 kilómetros que no se había registrado en cinco años.
Los
que podían se lanzaban a la calle en bicicleta o incluso a pie, pese a
la lluvia, sabiendo que los bloqueos continuarán en una semana crucial
para la batalla que enfrenta a los sindicatos con el Ejecutivo.
La
Confederación General de Trabajadores (CGT), Solidarios y Fuerza Obrera
(FO), así como sindicatos estudiantiles, llaman a una nueva
manifestación nacional interprofesional en contra de la reforma mañana,
martes, día previo a que el primer ministro, Édouard Philippe, presente
la totalidad del proyecto del Gobierno.
Mientras
tanto, el Ejecutivo juega la carta del diálogo, si bien prevé seguir
adelante con una reforma de la que hasta ahora solo se conocen
pinceladas, como la unificación de las pensiones en un único régimen
frente a los 42 actuales, que tienen en cuenta las particularidades de
ciertas profesiones, entre ellas las de conductores de trenes.
El
alto comisario de la reforma de las pensiones, Jean-Paul Delevoye,
indicó que el diálogo con los sindicatos y la ciudadanía continuará
hasta principios de 2020, cuando el Gobierno prevé llevar el proyecto a
la Asamblea Nacional.
Macron
y su equipo solo parecen dispuestos a ceder en los tiempos de la
aplicación, ofreciendo una transición más lenta pero sin tocar los ejes
principales de un proyecto que era una de las promesas electorales con
las que el actual presidente llegó al Elíseo.
Otros,
como el antiguo líder de Mayo del 68 Daniel Cohn-Bendit, sugirió al
mandatario en las páginas del vespertino "Le Monde" que retrasase un año
la aplicación y convocara una convención ciudadana para concienciar
sobre la necesidad de cambiar el sistema actual.
Por
su parte, los ministros, citados este martes por la noche por Macron
junto a miembros de la mayoría parlamentaria para preparar los mensajes
públicos sobre la reforma, respaldan públicamente las medidas y critican
duramente a los sindicatos.
"Creo
que la CGT defiende más a sus tropas que a los franceses", sostuvo el
ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en la cadena "France
3", mientras que la responsable de Transportes, Elisabeth Borne, criticó
que ese mismo sindicato entorpezca encontrar una salida al conflicto.
"Nos mantendremos firmes hasta que la reforma sea retirada", mantiene Philippe Martinez, secretario general de la CGT.
En
la oposición, el líder izquierdista de La Francia Insumisa, Jean-Luc
Mélénchon, pidió a los franceses que mantengan este martes una oposición
firme al texto y les instó a manifestarse porque "más vale unos días de
calamidades que toda una vida de miseria".
Por
lo pronto, el bloqueo de los transportes no parece que vaya a acabar
este martes, cuando la compañía nacional ferroviaria (SNCF) y la de
transporte metropolitano (RATP) en París avisan de que el tráfico
permanecerá "muy perturbado".
Tan
solo un 20 % de los trenes de alta velocidad y cercanías circularán y
en la red de media distancia funcionarán tres de cada 10 líneas y
sustituidas por autobuses, y además se ha anulado la conexión con España
e Italia.
Como
este lunes, diez líneas de metro de la capital permanecerán totalmente
cerradas y la huelga se mantiene, de momento, hasta el miércoles.
En
el tráfico aéreo, Air France ha anunciado la supresión del 30 % de sus
vuelos de corta distancia y algo más del 10 % de los de media distancia,
a petición de la Dirección General de la Aviación Civil, que ha
solicitado a las compañías reducir sus programas de vuelos para este
martes en un 20 % por las huelgas.
Los
sindicatos parecen dispuestos a seguir con los paros durante toda la
semana y algunos no descartan que la movilización se prolongue incluso
hasta las navidades.