En una entrevista con el semanario Der Spiegel, Scholz ha indicado que desea hacerse cargo personalmente de la migración tras un par de elecciones regionales en que los votantes castigaron a la coalición tripartita, cuyos miembros se han enfrentado públicamente en una amplia gama de asuntos. Los conservadores tradicionales ganaron las dos elecciones y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) logró avances significativos.
La semana pasada, Scholz anunció proyectos de ley para facilitar la deportación de solicitantes de asilo rechazados. Se reunió con el dirigente opositor Friedrich Merz y dos influyentes gobernadores estatales para discutir la manera de abordar la migración, un tema en que la oposición ha atacado al Gobierno implacablemente.
El lunes, el Ejecutivo avisó a la Comisión Europea que instalaba controles temporales en las fronteras con Polonia, República Checa y Suiza.
Los refugios para inmigrantes y refugiados se han visto desbordados en los últimos meses, cuando un gran número de solicitantes de asilo se suma a más de 1 millón de ucranianos que han arribado desde la invasión rusa de su país.
Alemania es el país de la UE que más solicitantes de asilo acoge (el segundo es España). En la entrevista, Scholz reiteró que «vienen demasiados».
«Debemos deportar en gran escala a los que no tienen derecho a permanecer en Alemania”, dijo, para añadir: «Debemos deportar más y más rápidamente».
Uno de los principales dirigentes opositores, el gobernador bávaro Markus Soeder, dijo el viernes que Scholz debería «despedir» a los socios menores de la coalición —los Verdes ambientalistas y los procapitalistas Demócratas Libres— y formar un «gobierno de sensatez nacional» con el bloque conservador, informó la agencia de noticias dpa. Sostuvo que debe haber un «viraje fundamental en la política migratoria».
Cuando se le preguntó qué pensaba el canciller sobre esa idea, el portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, respondió, «nada».
