FRÁNCFORT.- La intervención del Banco Centra Europeo (BCE) evitó que la zona euro cayera en una situación de "deflación permanente" desde el año pasado, según ha afirmado este viernes el vicepresidente de la institución, el portugués Vítor Constancio, en un artículo de opinión, donde advierte del peligro de menospreciar la capacidad de la política monetaria ante la falta de respuesta mediante políticas fiscales y reformas estructurales.
Para normalizar la inflación en la zona del euro necesitamos
urgentemente un mayor crecimiento que pueda reducir las brechas
negativas de producción y desempleo, aplicando todas las políticas
realmente disponibles, señala Constancio. "Si no aplicamos la política
monetaria, ¿entonces qué hacemos?", cuestiona.
En este sentido, el banquero portugués admite, en referencia
al escepticismo de los mercados con respecto a la reciente intervención
del BCE, que la idea de que la política monetaria no puede por sí misma
aumentar el crecimiento tendencial "es en gran medida cierta, aunque
trivial, especialmente si se tienen en cuenta los problemas de
estancamiento secular".
Constancio subraya la importancia de introducir políticas
fiscales y acometer reformas estructurales en línea con el llamamiento
del G-20, pero reconoce la dificultad de aplicar dichas políticas, así
como la lentitud en que algunas reformas ofrecen sus resultados, como en
el caso de la educación, si bien directamente sus resultados no ayudan a
normalizar la inflación, como sucede con reformas como la
liberalización de mercados cuando se traducen en bajadas de salarios y
precios.
De este modo, el vicepresidente del BCE sostiene que si estas
otras políticas "no pueden o no quieren contribuir de manera
significativa, entonces no sólo es erróneo comenzar a menospreciar la
política monetaria, sino que es realmente peligroso".
De hecho, Constancio recuerda los "lamentables resultados" del
plan acordado en el G-20 de Brisbane en 2014 para acelerar el
crecimiento mundial, que actualmente corre el riesgo de no alcanzar lo
que entonces se consideraba el escenario base.
Así, el banquero luso defiende que la intervención del BCE
evitó "una deflación permanente" en la zona euro, mientras que atribuye a
las políticas monetarias desplegadas por el BCE un 0,66% del
crecimiento registrado en los dos años anteriores.
"Lo razonable y fundamental es analizar qué hubiera ocurrido
si no hubiéramos adoptado nuestras medidas de política monetaria en un
primer momento", cuestiona Constancio, quien afirma que sin estas
políticas, la inflación de la zona euro hubiera sido del -0,33% en 2015 y
se hubiera mantenido "en niveles muy negativos a lo largo de 2016", lo
que significa que la región estaría "en situación de deflación
permanente desde el año pasado".
Por otro lado, el vicepresidente del BCE ha reconocido que la
política de fijar un tipo negativo a la facilidad de depósito del banco
central "tiene límites", aunque destacó que el año pasado, a pesar de
los tipos negativos, las entidades de la zona euro aumentaron sus
ingresos por intereses netos, así como su rentabilidad sobre recursos
propios.
Asimismo, estas políticas también generaron ganancias de
capital para las entidades, ya que el precio de los valores subió (y los
rendimientos bajaron), mientras los costes asociados al deterioro del
valor disminuyeron, ya que la recuperación redujo el volumen de
préstamos con incumplimiento, añade el banquero.
"En términos más generales, los tipos de interés negativos de
la facilidad de depósito han contribuido a la existencia de tipos
negativos en el mercado monetario, lo que ha reducido los costes de
financiación de las entidades de crédito", destaca.
"Naturalmente, todas las políticas tienen límites y
especialmente --en el caso de los instrumentos que estamos utilizando
ahora-- los tipos de interés negativos de nuestra facilidad de
depósito", reconoce Constancio.