viernes, 16 de junio de 2023

La redistribución humana del agua está haciendo que la Tierra se incline más de lo que debería


LONDRES.- A base de extraer agua del subsuelo para almacenarla en presas o canalizarla hacia otros lugares, los humanos hemos desplazado una masa tan grande de agua que la Tierra, sólo entre 1993 y 2010, se inclinó casi 80 cm hacia el este. Esa es la extraordinaria conclusión de un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores y recién publicado en 'Geophysical Research Letters'.

Los científicos basaron sus cálculos en estudios anteriores, como el publicado en la misma revista en 2010, en el que se estimaba que los humanos habían bombeado desde 1993 y hasta ese momento, unas 2.150 gigatoneladas de agua subterránea, el equivalente a un aumento global del nivel del mar de algo más de 6 mm.

Para comprobar los efectos del desplazamiento de esa enorme masa de agua, los investigadores decidieron estudiar los movimientos del polo de rotación de la Tierra, esto es, el punto alrededor del cual gira todo el planeta y a no confundir con el polo magnético, que también se mueve, pero a causa de otros motivos. Las variaciones en la posición del polo de rotación en relación con la corteza se conocen, en conjunto, como movimiento polar.

La cuestión es que la distribución del agua en el planeta afecta a cómo se distribuye la masa, y del mismo modo que una peonza girará de forma diferente si le agregamos algo de peso en un lado, la Tierra hará lo mismo a medida que el agua se mueve de un lugar a otro. 

«El polo de rotación de la Tierra -afirma Ki-Weon Seo, geofísico de la Universidad Nacional de Seúl y director de la investigación- en realidad cambia mucho. Nuestro estudio muestra que, entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas tiene, en realidad, el mayor impacto en la deriva del polo de rotación« .

La capacidad del agua para alterar la rotación de la Tierra se descubrió en 2016, pero hasta ahora no se había explorado la contribución específica del agua subterránea a estos cambios rotacionales. 

En el nuevo estudio, Seo y sus colegas modelaron los cambios observados en la deriva del polo de rotación de la Tierra y los movimientos del agua, considerando primero solo las capas de hielo y los glaciares, y agregando después al modelo diferentes escenarios de redistribución del agua subterránea.

Los datos dejan poco lugar a dudas. El modelo, en efecto, sólo coincidió con la deriva polar observada una vez que los investigadores incluyeron las 2.150 gigatoneladas de redistribución humana de agua subterránea. Sin ese dato, el modelo mostraba una desviación de 78,5 centímetros para el periodo considerado, es decir 4,3 centímetros de desviación por año entre 1993 y 2010.

«Estoy muy orgulloso de haber encontrado la causa hasta ahora inexplicable de la deriva del polo de rotación -afirma Seo. Por otro lado, como residente de la Tierra y padre, estoy preocupado y sorprendido de ver que el bombeo de agua subterránea es otra fuente de aumento del nivel del mar».

Impacto en la redistribución del agua

La ubicación del agua subterránea, por lo tanto, es importante porque es capaz de cambiar la deriva polar. El estudio muestra, por ejemplo, que redistribuir el agua desde las latitudes medias tiene un mayor impacto en el polo de rotación. 

Durante el período considerado (1993-2010), la mayor parte del agua fue redistribuida en el oeste de América del Norte y el noroeste de la India, ambos en latitudes medias.

Según Seo, los intentos de los países para reducir las tasas de agotamiento de las aguas subterráneas, especialmente en esas regiones sensibles, tienen la capacidad potencial de alterar el cambio en la deriva polar, especialmente si tales intentos de conservación se mantienen durante décadas.

De forma tranquilizadora, sin embargo, los investigadores indican que el polo de rotación se desplaza de forma natural hasta varios metros al año, por lo que los cambios debidos a la redistribución del agua no suponen un riesgo de que las estaciones cambien. Pero en escalas de tiempo geológico, esa aportación humana puede marcar la diferencia y acabar teniendo un impacto importante sobre el clima.

El siguiente paso, por lo tanto, es tratar de entender cómo evolucionó esta relación entre redistribución del agua y movimiento del polo de rotación en períodos anteriores a 2010. «La observación de los cambios en el polo de rotación de la Tierra -explica Seo- resulta muy útil para comprender las variaciones de almacenamiento de agua a escala continental. Los datos del movimiento polar están disponibles desde finales del siglo XIX. 

Entonces, potencialmente podemos usar esos datos para comprender las variaciones de almacenamiento de agua continental durante los últimos 100 años. ¿Hubo algún cambio en el régimen hidrológico como resultado del calentamiento del clima? El movimiento polar podría contener la respuesta«.

La plataforma de hielo de la Antártida creció 5.305 kilómetros cuadrados entre 2009 y 2019


 LONDRES.- Los estudios satelitales y científicos llevan mucho tiempo apuntando que las grandes masas de hielo se están reduciendo como consecuencia del cambio climático. El derretimiento de los polos es uno de los grandes temores de la humanidad, ya que podría hacer que se elevase el nivel del mar y generar, con ello, consecuencias devastadoras.

No obstante, un estudio publicado por la Unión Europea de Geociencias (EGU, por sus siglas en inglés) y firmado por tres investigadoras de las universidades de Leeds (Reino Unido) y Minnesota (EE.UU.) afirma que la plataforma de hielo antártica ha crecido en 5.304 kilómetros cuadrados en el período entre 2009 y 2019.

Sus autoras denuncian que en los últimos 50 años las observaciones satelitales han mostrado que las plataformas de hielo colapsan, adelgazan y retroceden; sin embargo, «hay pocas mediciones del cambio en toda la Antártida en el área de la plataforma de hielo».

Por ello, han decidido utilizar datos satelitales MODIS (espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada) para medir el cambio de la plataforma de hielo y el área en 34 plataformas de hielo en la Antártida de 2009 a 2019. Y el resultado es sorprendente y contrario a otros muchos informes que se han publicado hasta ahora.

Durante la última década, la reducción en el área de la península antártica (6.693 kilómetros cuadrados) y la Antártida occidental (5.563 km²) ha sido compensado por el crecimiento del área en la Antártida oriental (3.532 kilómetros cuadrados) y las grandes plataformas de hielo de Ross y Ronne-Filchner (14.028 km²).

El retroceso más grande se observó en la plataforma de hielo Larsen C, donde se perdieron 5.917 km² de hielo durante un evento de desprendimiento individual en 2017, y el aumento de área más grande se observó en la plataforma de hielo Ronne en la Antártida oriental, donde un avance gradual con respecto a la pasada década condujo a una ganancia de área de 5.889 km² de 2009 a 2019.
 
En general, el área de la plataforma de hielo antártica ha crecido en 5.305 km² desde 2009, con 18 plataformas de hielo retirándose y 16 plataformas más grandes creciendo en área.
 
Las investigadoras aseguran que estos datos demuestran «la importancia de utilizar observaciones de flujo de parto variable en el tiempo para medir el cambio», ya que su trabajo muestra que las plataformas de hielo antárticas ganaron 661 gigatoneladas de masa de hielo durante la última década, mientras que el enfoque de estado estacionario estimaría una pérdida sustancial de hielo durante el mismo período.