“La competición de poderes está abierta. Lo que vemos en Ucrania o Gaza forma parte de esa competición de poderes”, ha enfatizado Aznar.
En este sentido, ha señalado que si el mundo occidental --EEUU, la OTAN, Europa-- “saliese mal” de la guerra de Ucrania, habría un “problema grave”.
En la misma línea, ha alertado que “si Israel sale mal de la guerra, concentrada en Gaza, pero cuyo riesgo es la extensión no solo a Cisjordania o Líbano, sino hacia Irán --punto capital en la cuestión-- se entra en un escenario de problemas mayores”.
En este sentido, ha sostenido que “es muy difícil hacer un alto el fuego cuando los señores que están en esa mesa quieren que los otros que están en la mesa no existan”.
“Les
recomiendo que se defiendan, porque sino se defienden, cualquier agresor
será retribuido positivamente en cualquier parte del mundo sin
consecuencia”, ha afirmado.
Aznar ha destacado que el mundo occidental ha vivido una “época excepcional de paz y progreso”, pero ha abogado por verlo desde una dimensión histórica, porque “la historia de la Humanidad es de conflicto permanente, es historia de guerra esencialmente”.
“Estamos intentando hacer de la excepción, la regla, pero es la excepción”, ha puntualizado.
En este sentido, ha apuntado que EEUU se ve “desafiado” por Rusia, ya que los rusos entienden que “pueden invadir Ucrania porque el poder norteamericano no es suficientemente disuasorio y porque China, con su capacidad política, económica y tecnológica, pretende expulsar a EEUU del Pacífico”.
“Si lo consiguiera, los aliados en el Pacífico --Japón, Corea del Sur o Australia-- caerían en la órbita china. Irán. que intenta exportar la revolución islámica, es responsable fundamental de lo que pasa en este momento en Gaza”, ha expresado.
Por todo ello, ha considerado que junto con la presencia del sur global se está “desafiando el orden liberal vivido hasta ahora”.
“Es el mejor que hemos vivido, porque es basado en la libertad, democracia, ley, respeto al estado derecho y tolerancia”, ha resaltado.
En la misma línea, ha indicado que China, Rusia e Irán “toman totalmente el control” de la revolución tecnológica, mientras que la respuesta de las “sociedades democráticas es mucho más complicada”.
