"¡La relaciones con China han dado un
gran salto adelante! Muy buenas cosas van a ocurrir. Estamos negociando
desde una gran fortaleza, pero China también tiene mucho que ganar si y
cuando el acuerdo se complete. ¡Equilibremos el campo de juego!", señaló
Trump en su cuenta de Twitter.
Trump se reunió este fin de semana con su homólogo
chino, Xi Jinping, en la Cumbre del G20 en Argentina y calificó ese
encuentro bilateral de "extraordinario".
La reunión
entre ambos líderes en Buenos Aires era considerada clave para reducir
las tensiones comerciales entre los dos países, iniciadas en julio y que
han tenido en vilo desde entonces a los mercados internacionales.
En ese encuentro, Washington y Pekín accedieron a comenzar
"inmediatamente" negociaciones sobre cambios estructurales en la
economía china, entre otras cuestiones, informó la Casa Blanca.
Ambas potencias tratarán de completar las conversaciones "en los
próximos 90 días", un periodo en el que Trump aceptó "dejar en el nivel
del 10 % los aranceles a productos chinos por valor de 200.000 millones
de dólares a partir del 1 de enero de 2019, y no subirlos por ahora al
25 %", como estaba previsto.
Para Louis Kujis,
analista de la consultora Oxford Economics para Asia, "es probable que
la tregua se deba principalmente a un cambio de mentalidad, posiblemente
temporal, en EE.UU".
"El espacio para un acuerdo sustancial es bastante estrecho, frágil", consideró hoy el experto en un comunicado.
Sin embargo, Kujis aseguró que el aplazamiento de los gravámenes y la
reanudación del diálogo y las negociaciones "son positivos para la
economía y los mercados de activos".
Como era de
esperar, los inversores reaccionaron con alegría a la tregua comercial
alcanzada entre EE.UU. y China, y Wall Street abrió hoy con fuertes
ganancias y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subía
un 1,23 %.
Media hora después de la apertura de la
sesión en la bolsa neoyorquina, la principal referencia ganaba 315,39
puntos hasta los 25.853,85, un alza que también se reflejaba en el
selectivo S&P 500, que subía 1,02 % o 28,03 unidades, hasta los
2.788,20 enteros.
El "alto el fuego" entre ambas
potencias mundiales llega después de un continuo intercambio de golpes
entre Washington y Pekín en los últimos meses; una situación que ha
creado una alerta generalizada y que ha provocado una ralentización en
las previsiones del crecimiento económico mundial.
En
total, EE.UU. ha impuesto aranceles a productos chinos por valor de
250.000 millones de dólares desde julio, y Trump había amenazado con
sancionar bienes por otros 267.000 millones de dólares, lo que superaría
con creces el volumen de importaciones de China al país, que en 2017 se
situó en 506.000 millones.
Por su parte, Pekín
aplicó como represalia medidas recíprocas a más de 60.000 millones de
dólares en importaciones estadounidenses, casi la mitad de los 130.000
millones que compró en 2017.
Pese al entusiasmo
transmitido por Trump, el Gobierno chino prefirió hoy mostrar cautela
respecto al pacto alcanzado y evitó dar más detalles sobre el acuerdo.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang,
optó por no confirmar si es cierta la información divulgada por la Casa
Blanca, que asegura que China se ha comprometido a aumentar
"sustancialmente sus compras de productos agrícolas, energéticos
industriales y de otro tipo" procedentes de EE.UU.
"China está dispuesta (...) a abrir el mercado y expandir las
importaciones y ayudar a aliviar los problemas en nuestras áreas
comerciales", argumentó Geng, que también rechazó corroborar o desmentir
otras informaciones que apuntan que China se habría comprometido a
reducir los aranceles a los vehículos estadounidenses importados.
China rechaza detallar el acuerdo comercial entre Xi y Trump
China rechazó hoy dar más detalles
sobre el acuerdo entre el presidente chino, Xi Jinping, y el
estadounidense, Donald Trump, que da un tregua a la guerra comercial
entre las dos potencias y sobre el que ambos equipos han divulgado
información dispar.
Minutos después de que Pekín
anunciara que ambas partes habían acordado no aplicar aranceles
adicionales a partir del 1 de enero, Washington precisó que se trataba
de una suspensión durante 90 días de su plan de subir al 25 % los
aranceles estadounidenses a cientos de productos chinos mientras
continúan las negociaciones.
Preguntado por los plazos de esta tregua comercial y de
otros detalles del acuerdo, un portavoz del Ministerio de Asuntos
Exteriores, Geng Shuang, rechazó en rueda de prensa proporcionar más
información al respecto pese a la insistencia de los periodistas.
"Lo que importa es que necesitamos encontrar un acuerdo aceptable por
ambas partes y que estamos dispuestos a trabajar con el lado
estadounidense para resolver nuestras disputas comerciales bajo el
beneficio mutuo, la igualdad y la buena fe", afirmó Geng.
Sobre el acuerdo, que se produjo en una cena de trabajo entre Xi y
Trump tras concluir el G20 en Buenos aires, insistió en que "es bastante
significativo" porque "ha evitado la escalada" de las disputas
comerciales y ha abierto "nuevas perspectivas para la cooperación".
Preguntado por la información divulgada por la Casa Blanca que asegura
que China se ha comprometido a aumentar "sustancialmente sus compras de
"productos agrícolas, energéticos industriales y de otro tipo"
procedentes de EEUU, el portavoz remitió a la información divulgada ayer
por el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, que no menciona
nada al respecto.
"China está dispuesta (...) a
abrir el mercado y expandir las importaciones y ayudar a aliviar los
problemas en nuestras áreas comerciales", añadió Geng.
También rechazó confirmar o desmentir otras informaciones divulgadas
desde Washington que aseguran que China se habría comprometido a reducir
los aranceles a los vehículos importados desde EEUU.
"El equipo de ambas partes ha acelerado sus conversaciones para
intentar concluir con un acuerdo de beneficio mutuo", dijo Geng, que
declinó precisar cuándo empezará la próxima ronda de negociaciones.
Según explicó ayer el ministro chino en un comunicado, "los equipos de
ambas partes van a estrechar la negociación para cancelar todos los
aranceles" que se planeaban aplicar en los próximos meses.
La Casa Blanca, sin embargo, precisó que negociará con Pekín "cambios
estructurales" en su política económica y otras cuestiones como "la
transferencia forzada de tecnologías, la protección de la propiedad
intelectual, las barreras comerciales no aduaneras, las intrusiones
cibernéticas y el robo cibernético", entre otros.
Desde julio, Washington ha impuesto aranceles a productos chinos por
valor total de 250.000 millones de dólares, y Trump había amenazado con
sancionar bienes por otros 267.000 millones de dólares, lo que superaría
con creces el volumen de importaciones de China a EEUU, que en 2017 se
situó en 506.000 millones.
Como represalia a estas
medidas proteccionistas, Pekín ha aplicado medidas recíprocas a más de
60.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses, casi la
mitad de los 130.000 millones que compró en 2017.