BRUSELAS.- La OTAN enfila el proceso de sucesión del secretario general, Jens
Stoltenberg, en el puesto desde hace diez años, con todos los focos
puestos en el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, quien a día de hoy
es el único candidato oficial en la carrera por el cargo y cuenta con
los apoyos mayoritarios para suceder al ex primer ministro noruego.
Después de tres prórrogas de su mandato, las dos últimas obligadas
por la escasez de candidatos y la presión rusa con la guerra en Ucrania,
Stoltenberg vive sus últimos meses al frente de la OTAN y se espera que
la cumbre de líderes aliados de Washington en el mes de julio sea el
escenario en el que se escenifique el relevo.
No obstante, la
idea de los socios de la OTAN es lograr el consenso necesario para esta
decisión ya en primavera, es decir, unos meses antes de la cumbre en la
que la organización celebrará su 75 aniversario, explican fuentes
aliadas.
De esta forma se quiere cerrar el debate antes de la cumbre y
evitar que el puesto de secretario general aliado sea una moneda de
cambio en las negociaciones de los altos cargos europeos tras las
elecciones europeas de junio.
Rutte, que siempre ha estado en
las quinielas y a finales del año pasado se postuló públicamente al
puesto, es actualmente el único candidato en liza y cuenta con un
"significativo" número de apoyos confirmados, señalan varias fuentes de
aliadas.
El primer ministro neerlandés ya tendría atado el respaldo de
Estados Unidos, Reino Unido y los principales aliados europeos, si bien
la OTAN funciona por consenso y todavía hay varios socios que no han
dado su 'sí' al dirigente neerlandés --este sería por ejemplo el caso de
Hungría y Turquía--.
En el seno de la organización militar se
valora un perfil fuerte en disuasión y defensa, que apoye a Ucrania y
sea realista con Rusia. Mientras que la contribución en Defensa, uno de
los grandes caballos de batalla, también se tiene en cuenta.
Países
Bajos empleó el 1,65% del PIB en gasto militar en 2022, por debajo del
listón marcado del 2%, pero esto se compensa con ser una nación de
importante tradición atlantista y que ya ha dirigido la OTAN en tres
ocasiones.
De hecho, el secretario general aliado que más
tiempo ha ocupado el cargo es el político neerlandés Joseph Luns, que
dirigió la OTAN durante toda la década de los 70 y hasta mediados de los
80. Dirk Stikker, entre 1961 y 1963, y más recientemente, Jaap de Hoop
Scheffer, de 2004 a 2009, son los otros neerlandeses que han estado al
frente de la alianza militar.
Parecen
ya fuera de la terna los países bálticos, que en los últimos meses se
habían reivindicado para el puesto, en particular el actual ministro de
Exteriores y ex primer ministro letón, Krisjanis Karins.
Estos países
aducen que ha llegado el momento, 20 años después de ingresar en la OTAN
y la UE, de que un político procedente de un país ex soviético ocupe
altos cargos como el de secretario general de la OTAN.
En todo
caso, la alianza atlántica inicio el debate de la sucesión con el
objetivo de que siguiente jefe político fuera, por primera vez en su
historia, una mujer.
Las primeras ministras de Dinamarca, Mette
Frederiksen, o Estonia, Kaja Kallas, figuraron como principales
favoritas en las quinielas internas, en las que llegó a entrar la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que tenía el
beneplácito de Washington, según confirman las fuentes.
Finalmente, todos los procesos anteriores para elegir sucesor a
Stoltenberg acabaron sin concretarse por la falta de candidatos fuertes
--solo el antiguo ministro de Defensa británico Ben Wallace dio el paso
en firme en 2023--, o de un favorito que suscitara el apoyo unánime de
los aliados.
desde la preocupación y la esperanza
