PARÍS.- El plan de reforma de las pensiones del Gobierno francés, cuyos
detalles clave se dieron a conocer este miércoles, se aplicará plenamente a
las personas que se incorporen al mercado laboral a partir de 2022 y no
afectará a nadie nacido antes de 1975, informaron los medios de
comunicación franceses.
Los trabajadores públicos han estado en
huelga durante siete días, en oposición a unas reformas promovidas por
el presidente Emmanuel Macron. Los sindicatos franceses han convocado
más movilizaciones para el 12 y el 17 de diciembre, tras dos
manifestaciones masivas el martes y el jueves pasado.
El primer ministro francés, Edouard Philippe (en la imagen), dió a conocer hacia el
mediodía los aspectos más importantes del plan del Gobierno para
simplificar el complejo sistema de pensiones del país.
La cadena
de televisión BFM también dijo que las nuevas normas de pensiones se
aplicarán parcialmente a los nacidos en 1975, afectando tan solo a
quienes se jubilen a partir de 2037.
Por su parte, la
emisora de radio France Inter informó que el sistema afectará a los
jóvenes que comiencen un nuevo trabajo a partir del 1 de enero de 2022 y
que a partir de esa fecha el Gobierno también introducirá una pensión
mínima de 1.000 euros (1.102 dólares) mensuales para quienes hayan
completado su vida laboral.
El presidente Macron está decidido a
simplificar un sistema que abarca más de 40 planes de pensiones
distintos. Dice que un sistema único, basado en puntos, sería más justo,
dando a todos los pensionistas los mismos derechos por cada euro
aportado.
Pero los sindicatos dicen que Macron quiere despojar a
los trabajadores de unas prestaciones logradas tras grandes esfuerzos
con el único fin de equilibrar los presupuestos del Estado.
Presión sindical
Los sindicatos franceses
llamaron el miércoles a intensificar la huelga en los transportes
públicos en Francia, que cumple siete días y tiene colapsada a ciudades
como París, insatisfechos con los anuncios del gobierno sobre una
controvertida reforma del sistema de pensiones.
"Ha llegado el
momento de construir un sistema de jubilación universal", dijo el primer
ministro francés, Edouard Philippe, en un discurso muy esperado en el
que reveló el contenido integral de la reforma, prometida por el
presidente Emmanuel Macron durante su campaña presidencial.
El corazón de la reforma consiste en la creación de un
"sistema universal" de pensiones, por puntos, que remplazará los 42
regímenes de pensiones actuales, que permiten jubilaciones anticipadas y
otros beneficios a ciertas categorías profesionales.
Refiriéndose
a un "nuevo pacto social", Philippe prometió una reforma que
"reestructurará profundamente las reglas", "corregirá las injusticias y
"se adaptará" a los desafíos del siglo XXI, sin renunciar a los valores
fundadores del sistema de bienestar social francés creado tras la
Segunda Guerra Mundial.
Para el gobierno se trata de un sistema
"más justo" pero quienes se oponen a él -- casi la totalidad de los
sindicatos y la oposición de izquierda -- temen una mayor "precariedad"
para los futuros jubilados.
El proyecto de reforma del sistema de
jubilaciones estará listo a finales de año y pasará al Parlamento a
finales de febrero, para una aplicación "progresiva", añadió Philippe.
- 'Se ha cruzado la línea roja' -
Ni
bien el gobierno reveló los detalles de la reforma, los sindicatos
rechazaron el proyecto unánimemente y llamaron a intensificar las
huelgas que tienen a los metros, trenes, escuelas, hospitales y vuelos
fuertemente afectados desde hace una semana, hasta que el gobierno
retire su plan.
"El gobierno quiere individualizar el sistema de
pensiones (...). Todo el mundo trabajará más tiempo, esto es
inaceptable", declaró Philippe Martinez, el secretario general del
sindicato CGT, uno de los principales del país.
Incluso la central
sindical CFDT --mas moderada, con mayor peso en la actividad privada y
que respalda el paso a un plan de pensiones único-- rompió lanzas y
criticó los anuncios ya que, dijo que el gobierno, al pretender que los
franceses trabajen más años, "cruzó una línea roja".
Furiosos, los
representantes sindicales de los ferrocarriles franceses y de los
transportes públicos de París instaron a "reforzar la huelga" y todas
las centrales llamaron a una gran nueva movilización el 17 de diciembre
en París, tras las dos jornadas del 5 de diciembre y del 10 de
diciembre, que sacaron a cientos de miles de franceses a las calles.
La
red de transporte público, principalmente de París, se encuentra
fuertemente afectada por la huelga indefinida, que comenzó el pasado
jueves y tiene a todo el sector del turismo temblando por el impacto en
sus ingresos, sobre todo en plena época de Navidad.
Las mismas
escenas se repiten desde hace una semana en toda la región parisina:
pocos metros, trenes suburbanos repletos y estaciones colapsadas. Una
situación que provoca malestar entre muchos usuarios.
"Normalmente
entre mi casa y mi oficina tengo una línea directa, pero está cerrada
por lo que ahora tengo que tomar cuatro trenes de cercanías y un bus.
Tengo la impresión de dar una vuelta al mundo", dijo Evelyne
Bonfill, de 57 años.
Una mujer que abordó un tren suburbano en
París este miércoles tuvo que bajar al romper aguas y dio a luz en la
estación de Villeneuve-Saint-Georges, informó la compañía de
ferrocarriles.
Por ahora, según los sondeos, una mayoría de los
franceses apoya la huelga porque temen una precarización de sus
condiciones de jubilación con el nuevo sistema de pensiones.
El gobierno, que busca a
toda costa evitar un nuevo estallido social, tras la crisis de los
"chalecos amarillos" --un movimiento de protesta que surgió hace un año y
erosionó fuertemente su nivel de aprobación-- tendió la mano a los
manifestantes e hizo algunas concesiones, pero estas fueron
insuficientes.
El nuevo sistema de pensiones se aplicará a las
generaciones nacidas a partir de 1975, en lugar de aplicarlo a los
nacidos en 1963, como previsto inicialmente. Para los ferroviarios se
fijó el año 1985.
Para calmar la furia en las calles, Philippe se
comprometió a realizar una "transición progresiva" y "sin brutalidad" y a
que todos los jubilados reciban una pensión mínima de 1.000 euros
(1.107 dólares), siempre y cuando se cumplan los años de trabajo y
cotización necesarios.
Y aunque dijo que se mantendrá la edad
legal mínima de jubilación en 62 años, para hombres y mujeres, señaló
que se "incitará" a los franceses a "trabajar más tiempo".