BERLÍN.- El
presidente argentino, Alberto Fernández, buscó este lunes en Berlín el
respaldo de la canciller alemana, Angela Merkel, dentro de una gira
europea con la deuda pública de su país como primer punto de la agenda.
La
jefa del Gobierno alemán, que reconoció en una comparecencia conjunta
que Argentina "no se encuentra en una situación económica fácil", se
mostró abierta a buscar soluciones, aunque sin entrar en detalles.
"Por
eso es más importante que esta noche podamos hablar de nuestras
relaciones económicas y reflexionar cómo del lado alemán, pero también
del lado europeo, podemos apoyar y ser de ayuda", aseguró la líder del
país europeo con más peso en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Su
respaldo puede ser clave en la estrategia de Fernández, en el cargo
desde el pasado diciembre, que busca en paralelo un acuerdo con el FMI
para reprogramar la deuda externa y también con los acreedores privados.
El presidente ha reiterado que tiene la voluntad de pagar, pero que
necesita que la economía argentina vuelva a crecer.
Merkel,
que se alegró de los contactos que tiene el nuevo Ejecutivo argentino
con el FMI, habló asimismo de inversiones y comercio como potenciales
palancas del crecimiento del país latinoamericano, que encadena casi dos
años en recesión.
La
dirigente alemana aseguró que el interés de los inversores de su país
por Argentina es "grande", aunque pidió que se materialicen los
proyectos, y abogó por seguir hablando sobre el acuerdo de libre
comercio entre Mercosur y la Unión Europea, un punto en el que también
incidió Fernández.
El
presidente, que evitó en su comparecencia junto a Merkel los asuntos
financieros, sí que valoró la "espléndida reunión" que mantuvo por la
mañana con representantes de varias empresas alemanas con intereses en
América Latina, como Siemens, Deutsche Bahn, Wintershall y ThyssenKrupp.
"Yo quedé muy satisfecho con esta reunión y, por lo que me
transmitieron, ellos sintieron lo mismo", aseguró.
El
presidente buscaba la comprensión de las firmas ante la situación
financiera argentina. Las empresas alemanas, por su parte, le pidieron
que el país apueste por el equilibrio presupuestario, la devolución de
la deuda y que flexibilice, en la medida de lo posible, el cepo
cambiario.
En
otro encuentro con directivos de Volkswagen, el mayor fabricante
europeo de vehículos, la empresa le avanzó sus planes para invertir 800
millones de dólares (720 millones de euros) en sus plantas de Buenos
Aires y Córdoba.
De
forma paralela a la agenda presidencial, el ministro argentino de
Exteriores, Felipe Solá, aprovechó la ocasión para reunirse con el
titular alemán de Economía, Peter Altmaier. Fuentes alemanas indicaron
que en la cita se abordó la "situación económica y financiera argentina"
y el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur.
Un
asunto también de la agenda, según medios alemanes y argentinos, es la
disputa de la empresa alemana Hochtief -bajo control de la española ACS-
contra el Estado argentino a raíz de la pesificación y el congelamiento
de la tarifa del peaje en el puente Rosario Victoria.
La
parte argentina está dispuesta a pagar la compensación de 13,4 millones
de dólares (12,1 millones de euros) del primer fallo del Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI),
perteneciente al Banco Mundial, a cambio de que la empresa retire su
recurso a este fallo.
El
comercio bilateral entre Argentina y Alemania ascendió en 2018 a 4.715
millones de dólares (4.250 millones de euros), de los que 3.250 millones
de dólares (2.920 millones de euros) fueron importaciones al país
latinoamericano, por 1.465 millones de dólares (1.330 millones de euros)
de exportaciones a la nación europea.
La
visita de Fernández a Berlín se enmarca dentro de la gira europea del
presidente argentino, que la semana pasada visitó al primer ministro
italiano, Giuseppe Conte, y al papa Francisco. A los encuentros de alto
nivel en Alemania seguirán, este martes, una reunión en Madrid con el
presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y otra, el miércoles en
París, con el líder francés, Emmanuel Macron.