JERUSALÉN.- Las autoridades de Israel han dejado abierta la puerta a un ataque
contra Irán en respuesta al lanzamiento de cerca de 300 drones y
misiles balísticos por parte de Teherán contra su territorio durante la
noche del sábado, en medio de los llamamientos por parte de la comunidad
internacional para contener el conflicto en Oriente Próximo ante la
posible expansión de las hostilidades desatadas hace más de seis meses
en la Franja de Gaza.
Irán lanzó a última hora del sábado un inédito ataque contra
territorio israelí en lo que ha descrito como una respuesta al reciente
bombardeo contra su Consulado en la capital de Siria, Damasco, en el que
murieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria. Teherán afirmó
tras dicho ataque que se trataba de una agresión contra su soberanía,
dado que la legación es considerada parte de su territorio, y prometió
que habría una respuesta.
Dicha respuesta se materializó con los citados lanzamientos, que
habrían sido notificados con 72 horas de adelanto a Estados Unidos,
según afirmó el domingo el ministro de Exteriores iraní, Hosein
Amirabdolahian, y fue definida por las autoridades de Irán como ya
finalizada, si bien el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, advirtió de
que habría una respuesta "aún más dura" en caso de que Israel responda a
estos ataques.
Así, Raisi dijo que Irán "ha dado una lección
al enemigo sionista" y circunscribió la respuesta a una "medida
defensiva" tras el bombardeo contra su Consulado. Además, criticó la
inacción del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante las acciones
de Israel, incluida su ofensiva en Gaza y sus bombardeos contra Líbano y
Siria, donde ha atacado objetivos del partido-milicia chií Hezbolá, el
Ejército sirio y la Guardia Revolucionaria iraní.
Ante esta
situación, el Gobierno de Israel ha celebrado una reunión de su gabinete
de guerra para sopesar su posible respuesta, si bien el Ejército
israelí ya afirmó el domingo que responderá "con acciones, no con
palabras" a los ataques, lo que ha hecho temer una expansión del
conflicto abierto tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el
Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
El Ejército de
Israel afirmó tras los ataques que sus sistemas de defensa aérea y la
intervención de sus aliados --entre ellos Estados Unidos, Francia y
Reino Unido-- permitieron derribar el 99 por ciento de los drones y
misiles, con daños materiales de escasa relevancia en algunos puntos del
país y sin víctimas mortales.
El limitado impacto de los
ataques, que tuvieron sin embargo una escala significativa, habría sido
debido en parte a que la respuesta iraní había sido esperada durante
cerca de dos semanas, lo que habría permitido organizar la defensa y
contener la situación. De hecho, el comandante del Mando Central de
Estados Unidos (CENTCOM), Erik Kurilla, había viajado días antes a
Israel con el supuesto objetivo de preparar la estrategia defensiva.
Algunos analistas han considerado que esto podría ser una muestra de
que Irán quería dar una respuesta al ataque contra el Consulado en
Damasco ante la dificultad de justificar a nivel interno una inacción
ante la gravedad del bombardeo, evitando al mismo tiempo un ataque
sorpresa o masivo que pudiera desatar un conflicto abierto.
Los ataques iraníes se han visto seguidos de una oleada de condenas
por parte de sus aliados, principalmente en Occidente, si bien han
estado igualmente acompañados de llamamientos a la contención ante el
riesgo de una guerra a gran escala que podría arrastrar a aliados de
ambos países al campo de batalla, con consecuencias impredecibles.
Los aliados de Israel han formulado, además de condenas, nuevos
mensajes de apoyo a la seguridad del país, si bien estas declaraciones
se han visto seguidas además de llamamientos a Israel para que frene sus
acciones y evitar una escalada en la región, que se encuentra ya en una
situación de gran inestabilidad.
Una muestra del respaldo de
estos países a Israel fue la citada implicación de varios de ellos en
las labores de interceptación de drones y misiles, en torno a las cuales
aún hay dudas sobre la posible participación de Jordania, desde donde
al menos operaron tropas francesas en labores defensivas.
Una
vez finalizado el ataque, se han sucedido los mensajes al primer
ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el resto de su Gobierno
--integrado por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos-- para
contener la situación, en forma de declaraciones principalmente desde
Londres y París.
Así, el ministro de Exteriores de Reino Unido,
David Cameron, ha reclamado a Israel que "no responda", aunque ha
reconocido que las autoridades israelíes tienen "derecho" a llevar a
cabo acciones punitivas en respuesta a los actos de Teherán. "Entiendo
que haya gente en Israel que quieran más, pero es momento de pensar con
la cabeza, además de con el corazón. Ser inteligente, además de duro. Lo
inteligente es reconocer que el ataque de Irán fue un fracaso", ha
dicho.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron,
ha criticado el ataque "inédito" contra Israel y ha abogado por "evitar
una escalada", al tiempo que ha confirmado que las Fuerzas Armadas
francesas llevaron a cabo interceptaciones de drones y misiles.
"Hay que
convencer a Israel de que no hace falta responder, sino aislar a Irán y
convencer a los países de la región de que es un peligro, incrementar
las sanciones, reforzar la presión sobre las actividades nucleares y
encontrar un camino de paz en la región", ha argumentado.
En
esta línea, fuentes oficiales estadounidenses citadas por la cadena de
televisión CNN han afirmado que el inquilino de la Casa Blanca, Joe
Biden, ha trasladado a Netanyahu que "es necesario pensar de forma
cuidadosa y estratégica sobre los riesgos de una escalada", si bien
reiteró el compromiso de Washington con garantizar la seguridad de
Israel.
Por su parte, el portavoz del
Ejército israelí, Daniel Hagari, ha segurado que las Fuerzas de Defensa
de Israel (FDI) mantienen "una alta preparación en todos los frentes",
mientras que Benjamin Gantz, miembro del gabinete de guerra israelí, ha
apostado por "una coalición regional" para "hacer pagar el precio a
Irán, en la forma y momento que sean adecuados".
Gantz, que
dejó entrever así que una respuesta de Israel podría no ser inmediata,
pidió "recordar" que "no se han completado las tareas" de la ofensiva
contra Gaza, "principalmente el retorno de los rehenes y la eliminación
de las amenazas contra los residentes en el norte y el sur", en
referencia a Hezbolá y las milicias palestinas, respectivamente.
Por contra, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el
ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha pedido un contraataque "aplastante"
contra Irán y ha argumentado que la única forma de crear disuasión es
"volverse locos" y dar carpetazo "a la contención y la
proporcionalidad".
"Los conceptos de contención y
proporcionalidad acabaron el 7 de octubre", ha dicho, unas declaraciones
apoyadas por el ministro de Finanzas, el también ultraderechista
Bezalel Smotrich, quien ha argumentado que Israel "ganará" si su
respuesta "resuena en todo Oriente Próximo para las próximas
generaciones".
Por ello, la comunidad internacional está
expectante ante el tipo y escala de la potencial respuesta de Israel,
que se verá determinada por las disputas internas en el seno de la
coalición gubernamental, en un momento en el que los temores sobre el
estallido de un conflicto a gran escala en la región se encuentran en su
punto máximo desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza tras
los ataques de Hamás.