LUXEMBURGO.- El Tribunal de Cuentas de la Unión
Europea (UE) criticó hoy que se han exagerado las cifras de inversión
total movilizada gracias al Fondo de Inversiones Estratégicas de la UE
(EFSI), más conocido como Plan Juncker.
En un informe
publicado tras examinar su actividad desde su creación en 2015 hasta
julio de 2018, los auditores admiten que este instrumento ha sido
efectivo a la hora de movilizar inversión, pero critican que en algunos
casos su participación no era imprescindible y que los fondos se
distribuyen de forma desigual entre países.
El Plan Juncker se puso en marcha en 2015 para impulsar
los niveles de inversión en la UE, que habían caído durante la crisis
financiera, y funciona aportando financiación comunitaria a través del
Banco Europeo de Inversiones (BEI) con el fin de atraer así un volumen
mayor de inversión adicional, especialmente privada, hacia los proyectos
seleccionados.
Según las cifras de la Comisión
Europea, hasta finales del año pasado se aprobaron 69.500 millones de
euros en financiación que movilizarán un total de 371.200 millones en
inversión. España ha recibido 8.087 millones del EFSI y es el cuarto
país más beneficiado en relación con su PIB.
Sin
embargo, los auditores creen que en algunos casos la metodología
utilizada para calcular la inversión movilizada sobrestimaba el grado de
impacto en la economía real.
Así, señala que en
algunos casos las estimaciones se basaron en los proyectos aprobados,
mientras que el impacto real de la inversión solo se materializa cuando
estos se firman y se desembolsan los fondos.
En algunos proyectos la
firma se retrasó, supuso un cambio en el monto de financiación
inicialmente acordado o no llegó a producirse, apuntan.
Señalan además que se contabiliza como inversión movilizada la generada
por todo el proyecto, por lo que en algunos casos en los que se obtuvo
financiación antes de que interviniese el EFSI la movilización
comunicada "puede ser atribuible principalmente a otras fuentes de
financiación públicas".
Por otra parte, el Tribunal
de Cuentas descubrió que parte de los proyectos apoyados por el EFSI
podrían haber sido financiados con otras fuentes públicas, privadas o
del propio BEI, y que la mayoría de los promotores preferían el EFSI
porque era más barato o tenían plazos de amortización más largos.
En el área de infraestructura e innovación, un tercio de los proyectos
podrían haberse llevado a cabo sin su apoyo, dice el informe.
Asimismo, señalan que el EFSI sustituyó en parte la financiación de
otros instrumentos comunitarios, sobre todo en el ámbito de transporte y
energía, por lo que pide a la Comisión Europea y el BEI que en el
futuro eviten estos solapamientos.
Por último, la
corte de auditores critica que la concentración geográfica de las
operaciones "no estaba suficientemente equilibrada", puesto que se
centra en algunos grandes Estados de la UE (especialmente España,
Italia, Francia o Alemania) y aquellos con bancos nacionales de fomento
más activos.
No obstante, reconoce que su objetivo no
es la cohesión, sino que opera en función de la demanda, y que atendió a
algunos de los más afectados por la crisis, como Italia, España, Grecia
y Portugal.
Insta a dar ayuda técnica a los Estados con bancos nacionales menos desarrollados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario