WASHINGTON.- El comercio minorista en Estados Unidos alcanzó durante el pasado mes de mayo un importe agregado de 485.545 millones de dólares (429.518 millones de euros), lo que representa un incremento del 17,7% respecto al mes anterior, el mayor alza desde el comienzo de esta serie estadística en 1992, como consecuencia del abultado descenso observado durante el mes de abril por las restricciones aplicadas para contener la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, con respecto al mismo mes del año pasado, las ventas
minoristas de Estados Unidos se contrajeron un 6,1%, según los datos
publicados este martes por el Censo estadounidense y el Departamento de
Comercio.
Asimismo, se han revisado las cifras correspondientes al pasado
mes de marzo, mejorando su ralentización a un descenso del 14,7%, frente
al 16,4% que se había anunciado inicialmente.
El mayor incremento registrado fue paras las tiendas de ropa,
cuyas ventas se elevaron un 188%, mientras que la venta de mobiliario
aumentó un 89,7% y las ventas de vehículos y componentes cerraron el
quinto mes del año con un incremento del 44,1%. El consumo de los
hogares representa más de dos tercios de la actividad económica de
Estados Unidos.
Las ventas minoristas en Estados Unidos experimentaron ese alza récord en mayo gracias a la reapertura de los negocios, tras dos meses consecutivos de fuertes declives, en una nueva muestra de que la recesión provocada por la pandemia del COVID-19 acabó ya o se acerca a su fin.
Las ventas minoristas en Estados Unidos experimentaron ese alza récord en mayo gracias a la reapertura de los negocios, tras dos meses consecutivos de fuertes declives, en una nueva muestra de que la recesión provocada por la pandemia del COVID-19 acabó ya o se acerca a su fin.
El
reporte del martes del Departamento de Comercio se sumó al que indicó a
principios de mes que la economía creó 2,5 millones de empleos en mayo.
Los despidos se están reduciendo también y la actividad manufacturera
está mejorando, aunque la producción sigue en niveles muy bajos.
La
mejora de las ventas minoristas el mes pasado recuperó un 63% de los
declives de marzo y abril, pero el viaje hacia la recuperación podría
ser largo y difícil, ya que algunas partes del país están viviendo un
resurgimiento de las infecciones del COVID-19. Además, los cheques
mejorados del gobierno federal a los desempleados se acabarán en julio.
El
presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo el martes ante el
Comité Bancario del Senado que "hasta que la gente no esté segura de
que la enfermedad está contenida, es poco probable que se produzca una
recuperación completa".
Las
ventas minoristas subieron un 17,7%, su mayor avance desde que el
Gobierno empezó a registrar la serie en 1992 y tras el desplome récord
del 14,7% de abril. Economistas sondeados por Reuters habían previsto
una mejora del 8%.
En
una base interanual, las ventas minoristas cayeron un 6,1% en mayo.
Pero pese al alza del mes pasado, seguían cerca de un 8% por debajo de
su nivel de febrero, dejando el gasto del consumidor y la economía en
camino a su mayor contracción en el segundo trimestre desde la Gran
Depresión. La economía entró en recesión en febrero.
"La
economía y las ventas minoristas tocaron fondo en mayo y tenemos una
primera etapa de recuperación en forma de V", dijo Sung Won Sohn,
profesor de la Loyola Marymount University en Los Ángeles.
"No obstante,
se necesitará algo de tiempo para volver a estar cerca de los niveles
de ventas minoristas y de actividad económica que disfrutamos en torno
al cambio de año".
La
reapertura en mayo de negocios no esenciales que fueron cerrados a
mediados de marzo para frenar la propagación del COVID-19 llevó a que
los estadounidenses acudieran en masa a los concesionarios de autos y
gastaran más en gasolina, ropa y restaurantes.
El
aumento de la demanda de vehículos a motor ayudó a elevar la producción
manufacturera un 3,8% en mayo, mostró un reporte separado de la Fed,
tras desplomarse una cifra récord del 15,5% en abril. Las manufacturas,
responsables del 11% de la economía estadounidense, siguen complicadas
por las disrupciones en las cadenas de suministro.
Las
acciones en Wall Street se disparaban tras los informes y después de
conocerse que un ensayo con un esteroide genérico redujo la tasa de
muertes por COVID-19. El dólar subía frente a una cesta de seis
destacadas monedas, mientras los precios de los bonos del Tesoro caían.