PARÍS.- Europa ha recibido un récord de
refugiados en los últimos cinco años, un flujo que se ha moderado desde
2016 y que en términos demográficos y económicos tendrá una repercusión
mínima, según la OCDE, para la que no se justifica la crisis política
que ha generado.
En un informe publicado hoy sobre
las formas de mejorar la integración de los refugiados y otros migrantes
vulnerables, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) calcula que en el horizonte de 2020 esos refugiados
aportarán un aumento de la población en edad de trabajar inferior al
0,33 %.
Y dada la baja tasa de actividad de los refugiados, en
particular entre las mujeres, su contribución a la fuerza de trabajo
será todavía inferior, menor al 0,25 %. El impacto máximo se espera en
Alemania, y allí se quedará entre un 0,5 % y un 0,8 %.
Los autores señalan que algunos estudios muestran que la
complementariedad entre las competencias laborales de los refugiados y
de los nativos puede tener consecuencias positivas para éstos, aunque en
ciertos sectores puede haber efectos negativos significativos.
Eso significa que algunos refugiados entran a competir en el mercado
laboral con los nativos, algo que se constata en Turquía, el país con
más refugiados del mundo.
En cuanto a los costos
para integrar a los refugiados, varían mucho de un país a otro, pero se
sitúan entre un 0,1 % y un 1 % del producto interior bruto (PIB).
Los autores del estudio hacen hincapié en que ese dinero es una
inversión y en que más adelante esas personas contribuirán a la economía
de los Estados receptores.
Para los autores del
estudio, en contra de la impresión general, los sistemas de los países
de la OCDE se han mostrado "ampliamente capaces" de afrontar estos
flujos inesperados de población necesitada de protección.
Sin embargo, la ausencia de planes de previsión para este tipo de
crisis, además de implicar un costo financiero superior, genera en la
opinión pública la percepción de flujos descontrolados.
Los demandantes de asilo y los refugiados en la OCDE pasaron de 2
millones a mediados de 2013 a 5,9 millones cuatro años después, y el
primer receptor, con diferencia, fue Turquía, donde en noviembre de 2018
había 3,6 millones de sirios con alguna protección.
Los países europeos recibieron 4 millones de demandas de asilo (960.000
de sirios) entre enero de 2014 y diciembre de 2017, y alrededor de 1,6
millones consiguieron el estatuto de refugiado, (780.000 sirios).
El ritmo de nuevas solicitudes empezó a disminuir en la segunda mitad
de 2016, y ese declive continuó los dos últimos años con una media de
entre 50.000 a 60.000 mensuales, frente a las 130.000 entre julio de
2015 y septiembre de 2016.
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