MADRID.- El Banco de España explica que el
crecimiento de la población en 2018 fue gracias a la contribución
positiva del saldo migratorio, ya que se redujeron los nacimientos y
aumentaron las defunciones, y prevé que el avance de la población
debería traducirse en un mayor crecimiento potencial de la economía.
Según el último boletín del organismo supervisor, el avance en el
total de población en 2018 se produjo exclusivamente entre el colectivo
de extranjeros, ya que el de nacionales reflejó un leve retroceso, por
primera vez desde que se tiene información al respecto.
La población española se situó, el 1 de julio de 2018,
en 46,7 millones de personas (200.000 más que hasta julio de 2017), de
las que el 10 por ciento son población extranjera.
De esa población extranjera, el 43 % son de Europa, el 23 % de América
Central y del Sur, el 22,6 % de África y cerca de un 10 % de Asia.
El Banco de España expone en su análisis que el proceso de
envejecimiento de la población continúa caracterizando al colectivo de
nacionales con una edad media de 43,4 años (la edad media de los
migrantes de es 36,4 años).
Destaca que "el saldo
migratorio acentuó el dinamismo que se viene reflejando a raíz de la
recuperación económica y más que compensó el desfavorable comportamiento
del saldo vegetativo: la caída del 8,5 % del número de nacimientos y el
aumento de las defunciones".
Indica que los flujos
migratorios vienen protagonizados por el colectivo en edad de trabajar y
que son los extranjeros los que continúan teniendo mayor relevancia en
esos movimientos de entradas y salidas.
Así, el
colectivo de extranjeros acumula un saldo neto de entrada de casi un
cuarto de millón, lejos de los saldos negativos de la crisis; por el
contrario, el flujo neto de salida de los españoles continúa cayendo,
situándose en algo más de 20.000 personas, detalla el Banco de España.
Respecto a proyecciones de población, recuerda que se estima un
crecimiento continuado de la población total hasta alcanzar en 2048 casi
los 50 millones y a partir de ese año, moderadas caídas.
Las proyecciones de distintos organismos coinciden en mostrar un
acusado aumento de la tasa de dependencia en los 30 próximos años por el
progresivo envejecimiento de la población.
En el
caso del INE, la tasa de dependencia pasaría del 25,6 % en 2018 al 45,7
en 2068 y alcanzaría un máximo del 51,6 % en 2052, recoge el boletín.
En relación con la fertilidad, señala que el índice de fecundidad
reflejaría una "muy suave" tendencia al alza: desde 1,3 hijos por mujer
en 2018, hasta alcanzar cerca de 1,5, aunque aclara que las hipótesis
más optimistas sitúan en casi 2 el número medio de hijos por mujer.
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