EDIMBURGO.- Los pescadores británicos perderán el acceso automático a
las aguas y puertos de la Unión Europea (UE) del que disfrutan en la
actualidad, si el Reino Unido abandona el bloque común sin ningún
acuerdo, según las directrices publicadas por el Gobierno de la
conservadora Theresa May.
Dentro de sus planes para
preparar una posible salida de la UE no negociada, el Ejecutivo ha dado a
conocer, en su página web, una serie de instrucciones que pueden servir
de guía a los pescadores tras dejar de participar en la Política
Pesquera Común (PPC).
La PPC, que regula las cuotas de pesca de todos los
países comunitarios, es muy impopular entre la industria pesquera
británica, que apoyó en gran medida el "brexit" ante la promesa de que
permitiría al país implementar sus propias regulaciones.
A este respecto, el Gobierno señaló que los titulares de licencias de
pesca en el Reino Unido serán informados, previsiblemente en marzo -el
divorcio de Bruselas está previsto para el 29 de ese mes- acerca de
"cuál será su asignación".
Además, el Gabinete de May
confirmará también la regulación sobre los crustáceos que se pescan sin
cuota como vieiras y cangrejos y las especies demersales, las que viven
cerca del fondo del mar, como el bacalao, el rape o la merluza.
Los barcos británicos que deseen acceder a aguas comunitarias deberán
informar a las autoridades pertinentes y proporcionar un registro
detallado de sus capturas así como información relativa a la
embarcación.
Asimismo, los barcos provenientes de la UE tampoco tendrán acceso automático a las aguas del Reino Unido
Consultado el profesor de Política en la Universidad de
Suffolk (Inglaterra) Christopher Huggins explicó que el Gobierno exigirá
"un registro detallado de cada pez que se pesque o exporte".
"Esto va a añadir una carga administrativa a la industria, porque
supondrá mucho más papeleo para los pescadores, especialmente para los
que se dediquen a la exportación", afirmó.
Según
Huggins, cada envío de pescado deberá ir acompañado de un certificado de
captura que tendrá que ser verificado por las autoridades del Reino
Unido antes de la exportación a la UE, aunque el sistema informático
para ello todavía está en desarrollo.
Otra de las consecuencias que se producirían con una retirada no pactada sería la imposición de aranceles al comercio.
"La mayoría de lo que el Reino Unido captura es exportado, el 70 %
hacia la Unión Europea, por lo que en el escenario de un 'brexit' sin
acuerdo se implementarían aranceles a la exportación", indicó.
Como resultado, según este experto que ha elaborado varios informes
sobre el impacto del "brexit", existe un alto riesgo de que dichos
aranceles y los retrasos que se puedan producir por los controles
aduaneros hagan demasiado complicado exportar producto fresco a los
países comunitarios.
"Esto preocupa particularmente
al sector del marisco, porque la inmensa mayoría de la captura es
exportada y se envía viva", dijo.
Precisamente el
sector de captura de marisco es el mayor dentro de la industria
pesquera, lo que significaría que una salida abrupta del club
comunitario, alertó Huggins, "afectaría de manera desproporcionada a las
comunidades pesqueras y buques más pequeños, que constituyen el 78 % de
la flota del Reino Unido".
Como matizó este
analista, la actividad de estos pescadores se centra en los mariscos que
no se rigen por las cuotas, por lo que no se beneficiarán por abandonar
la PPC, sino que su máxima prioridad es que haya un comercio sin
fricciones con la UE, de modo que su producto fresco pueda ser exportado
con garantías.
Para Huggins, es complicado
determinar las implicaciones que tendrá el "brexit" en cualquiera de sus
formas, ya que el Gobierno todavía no ha revelado la política pesquera
que planea.
Según datos del Ejecutivo de May, en
2017, los buques británicos capturaron 94.000 toneladas de pescado por
un valor de 88 millones de libras (unos 98 millones de euros) en la
zonas económicas exclusivas de estados miembros de la UE.
Si finalmente los lazos se rompen sin consenso, Huggins resaltó que el
Reino Unido no podrá actuar "completamente solo", pues muchas de las
poblaciones de peces se comparten, lo que hace necesaria "no solo la
cooperación para garantizar la sostenibilidad, sino también la
reputación del Reino Unido en el escenario internacional".
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