WASHINGTON.- El cierre de una parte
del gobierno federal de Estados Unidos está a punto de convertirse en el
más largo de la historia, después de que el presidente, Donald Trump,
asegurase que no piensa declarar "tan rápido" el proceso de emergencia
nacional y el Senado aplazase una sesión prevista para este viernes.
Si
antes de la medianoche no hay acuerdo, este cierre gubernamental será
el más largo de la historia, superando los 21 días de otro "shutdown"
que se dio entre 1995 y 1996 bajo mandato de Bill Clinton.
Y todo hace indicar que se llegará a esa hora sin acuerdo,
ya que ni Trump, que exige destinar 5.700 millones de dólares para
cumplir su promesa de campaña, ni la oposición demócrata en el Congreso,
que se niega a liberar esos fondos para financiar una obra que
considera "inmoral", cara e ineficaz para combatir la inmigración
ilegal, dan su brazo a torcer.
Una de las posibilidades para
acabar con el cierre es un procedimiento político que le permite a Trump
saltarse el Congreso, pero que hundiría al país en una tormenta
política.
"La solución fácil para mí es declarar una emergencia
nacional... (pero) no lo voy a hacer tan rápido porque le corresponde
hacerlo al Congreso", dijo Trump a periodistas.
El Congreso, por
su parte, añadió más leña y aplazó, hasta como mínimo el lunes, una
sesión prevista para el viernes a primera hora de la tarde.
Por lo
que los cerca de 800.000 funcionarios federales estadounidenses
afectados por el cierre gubernamental no recibirán por primera vez sus
salarios el viernes. La mayoría de ellos cobra cada quincena, por lo que
recibieron su paga a finales de diciembre.
La Cámara de
Representantes aprobó el viernes una ley, ya aprobada por el Senado,
para garantizar que los funcionarios cobren con carácter retroactivo el
salario una vez termine el "shutdown".
Ahora le corresponde al
presidente promulgar el texto.
Este tipo de medidas son normales
cuando el país sufre un cierre gubernamental, pero no beneficia a los
millones de trabajadores por contrato también afectados.
El "shutdown" altera el
funcionamiento de varios departamentos esenciales, como los de Seguridad
Nacional (DHS), Justicia y Transporte.
"Más de 200.000 empleados del
DHS --encargados de proteger nuestro espacio aéreo, nuestras vías
fluviales y nuestras fronteras-- no recibirán su sueldo mientras
trabajan", denunció Bennie Thompson, presidente demócrata de la comisión
para la Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.
Los
principales sindicatos del transporte aéreo, entre ellos los de pilotos,
tripulación y controladores aéreos, denunciaron el jueves que la
situación empeora, y advirtieron del riesgo que esto tiene para la
seguridad del país.
De hecho, una terminal del aeropuerto de Miami cerrará intermitentemente del sábado al lunes por falta de personal.
Alrededor
de 2.000 funcionarios se manifestaron el jueves en Washington para
expresar su inquietud por el deterioro de sus condiciones de vida.
"Tenemos
facturas por pagar. Tenemos que pagar nuestras hipotecas", se quejó a
la AFP Anthony, un trabajador público de la Guardia Costera.
"Siempre
he tenido el salario más alto en el hogar y los tiempos son difíciles
ahora que el dinero no llega. Afortunadamente, tenemos algunos ahorros
para vivir, pero no durarán mucho", explicó. Los funcionarios fuimos
"tomados como rehenes" por el presidente republicano, añadió.
A lo
largo del país se organizan iniciativas privadas y públicas, como
comidas gratuitas o ferias de empleo para funcionarios técnicamente
desempleados.
Ante la falta de
acuerdo en el Congreso, Trump enarboló la bandera de la "emergencia
nacional", un procedimiento que parecía que iba a activar el viernes.
"Tenemos
el derecho absoluto de declarar una emergencia nacional, es un problema
de seguridad", argumentó el multimillonario republicano en una visita a
la colonia McAllen, en la frontera con México.
Lindsey Graham,
senador republicana por Carolina del Sur y gran aliado con las posturas
del presidente, mencionó esta posibilidad: "Presidente, invoque ya una
emergencia nacional. Construya ya el muro", aseveró el viernes tras una
reunión con Trump.
La Casa Blanca planea desviar los fondos de
ayuda de emergencia para áreas devastadas por desastres naturales, como
Puerto Rico, para financiar la construcción del muro fronterizo, según
publicaron varios medios estadounidenses.
Una parálisis
prolongada del gobierno federal "tendría un efecto considerable" en la
economía más grande del mundo, advirtió el jefe de la Reserva Federal
estadounidense, Jerome Powell.
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