LONDRES.- La
caída de la producción en Italia se sumó a los signos siniestros para
la economía europea, días después de que Alemania se acercara más a la
recesión. La
producción industrial italiana cayó 1,6 por ciento en noviembre. Esto
coincidió con una tendencia similar de enormes caídas en la producción
de Alemania, Francia y España. La continua y decepcionante serie de
números está minando la esperanza de que la desaceleración actual se
estabilice, en lugar de convertirse en algo más preocupante.
Si
bien las cifras de producción cubren el final de 2018, y pueden ser
erráticas, hay motivos para preocuparse por las perspectivas, con
múltiples riesgos económicos, políticos y financieros. A última hora del
jueves, el miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo
Francois Villeroy de Galhau dijo que los formuladores de política deben
ir despacio en el entorno actual, y citó amenazas como el brexit, la
maduración del ciclo en EE.UU. y “numerosas incertidumbres” en China.
JPMorgan
Chase & Co. recortó el jueves su pronóstico de crecimiento para la
zona euro y aplazó su predicción para el primer aumento de la tasa de
interés del BCE de septiembre a diciembre.
El índice de sorpresas de
Citigroup, que mide las sorpresas en los datos en relación con las
expectativas del mercado, se encuentra en un mínimo de siete meses.
El
gran shock de esta semana fue Alemania, donde el desplome de la
producción industrial incitó conversaciones sobre la posibilidad de
recesión para la mayor economía de Europa. El viernes, Commerzbank
minimizó el pesimismo y dijo que la decepción será contrarrestada por
una mejor demanda de los consumidores.
El
año pasado, la zona euro se abrió paso a través de una serie de
obstáculos, desde las batallas presupuestarias de Italia hasta la
interrupción de la producción de automóviles en Alemania y los
disturbios en Francia. En el trasfondo estuvo la tensión entre EE.UU. y
China, aunque hay cierto optimismo ahora que las dos economías más
grandes del mundo podrían evitar una guerra comercial total.
Las
dificultades comerciales también se suman a las preocupaciones. Juergen
Stackmann, jefe de ventas de la marca Volkswagen, afirmó el jueves que
las tensiones comerciales han afectado la demanda en China y que parte
de eso persistirá. "Todavía habrá algo de nerviosismo durante la primera
mitad del año", dijo a Bloomberg Television.
Para
el presidente del BCE, Mario Draghi, el principal aspecto positivo –que
destaca regularmente– es el mercado laboral. El crecimiento del empleo
continúa, el desempleo ha caído por debajo de 8 por ciento por primera
vez desde 2008 y los salarios están empezando a mejorar.
A
medida que se desvanecen los resultados excepcionales de 2018, el
crecimiento debería estabilizarse, aunque a un ritmo más lento. Los
economistas ven una expansión de 1,6 por ciento este año, por debajo del
1,9 por ciento actual.
"Algunos
de los temores que pueden estar frenando la economía se desvanecerán",
aseguran economistas de JPMorgan liderados por Greg Fuzesi. "Por
ejemplo, que pronto se evite los impuestos a los automóviles y un brexit
difícil, que Italia salga de la confusión, que las protestas francesas
sean menos disruptivas".
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