WASHINGTON.- El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes la retirada del país de la Unesco, efectivo el 31 de diciembre de 2026, debido a que la membresía en la organización no contribuye a sus intereses nacionales.
«Hoy, Estados Unidos informó a la Directora General, Audrey Azoulay, sobre su decisión de retirarse de la Unesco. Continuar participando en la Unesco no redunda en el interés nacional de EE.UU.», indicó la protavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, en un comunicado.
La directora general de la Unesco, por su parte, lamentó profundamente la decisión del presidente estadounidense de retirar de nuevo a su país de la organización, pero aseguró que estaban preparados para ello, incluido a nivel presupuestario.
«Aunque lamentable, este anuncio era previsible y la Unesco se ha preparado para ello», señaló Azoulay en un comunicado tras la decisión estadounidense, anunciada por una portavoz del Departamento de Estado.
El lema «America First» con el que Trump llegó a la Casa Blanca se ha reflejado en la salida de Estados Unidos de varios organismos internacionales y el replanteamiento de su papel en otros, con la retirada de la UNESCO como último episodio, por ahora.
El 20 enero 2025, horas después de ser investido presidente, Trump firmó entre otras órdenes la retirada de EEUU del Acuerdo climático de París y la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El mismo día, EEUU se desvinculó de los compromisos asumidos por Joe Biden con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para aplicar un impuesto mínimo global a las grandes empresas.
Más tarde, el 4 de febrero, Trump firmó una orden ejecutiva por la que su país se retiraba del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, acusándolo de adoptar sistemáticamente decisiones contra Israel.
Ese mismo día la Casa Blanca ordenó detener toda la financiación estadounidense para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, en inglés) por considerarla «antisemita y antiisraelí».
La agencia rechazó firmemente estas acusaciones, insistiendo en que sus programas se centraban en apoyar a los refugiados en las regiones más necesitadas.
Las nuevas prioridades de la administración Trump también se reflejaron en el duro golpe asestado a la cooperación con los importantes recortes financieros y de personal a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que supuso la suspensión de numerosos programas de salud, educación o control de epidemias en más de 120 países.
El 2 de julio, se anunció el fin de las operaciones de USAID, creada en 1961 y considerada durante décadas como el mayor distribuidor de ayuda humanitaria en el mundo.
Ese día, el secretario de Estado, Marco Rubio, declaró que la USAID no había logrado cumplir sus objetivos desde el fin de la Guerra Fría, más allá de haber creado una red de ONG que, según él, han vivido «a expensas de los contribuyentes estadounidenses».
El recorte o suspensión de la contribución de Estados Unidos a varios organismos internacionales se estableció en el presupuesto federal para el año fiscal 2026, en el que se propone cerrar el grifo a la ONU, la UNESCO y la OMS.
También en materia de salud, el 26 junio, el secretario de Salud de EEUU, Robert F. Kennedy Jr., aseguró que su país dejaría de apoyar económicamente a la alianza de vacunación Gavi hasta que el ente «recupere la confianza pública» después de haber «ignorado la ciencia».
Estados Unidos no ha abandonado formalmente la Organización Mundial del Comercio (OMC) aunque ha amenazado reiteradamente con hacerlo, ya que Trump considera que su estructura favorece a otros países frente a los intereses económicos de Estados Unidos.
Por el momento, la Casa Blanca utiliza esas amenazas, junto a su agresiva política de aranceles, como arma para replantear las reglas del comercio mundial.
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