NUEVA YORK.- El secretario general de Naciones Unidas,
António Guterres, ha avisado este martes de que la crisis derivada de la
pandemia del coronavirus aumentará "rápidamente" la cantidad de
personas que sufren hambre o desnutrición en el mundo.
"Nuestros sistemas alimentarios están fallando y la pandemia de la
enfermedad por coronavirus está empeorando aún más las cosas", ha
indicado Guterres, que ha insistido en que, si no se toman medidas
"inmediatamente", habrá una emergencia alimentaria mundial con
repercusiones de largo plazo para "cientos de millones" de personas.
Guterres, que se ha pronunciado durante la presentación del
'Informe de políticas sobre la seguridad alimentaria', ha recordado que
más de 820 millones de personas pasan hambre en un mundo que cuenta con
alimentos más que suficientes para sus 7.800 millones de habitantes.
Según datos de Naciones Unidas, en la actualidad, unos 144
millones de niños menores de cinco años, es decir, el 20 por ciento de
los niños del mundo, tienen retrasos del crecimiento causados por la
desnutrición. En este sentido, la pandemia de la COVID-19 podría empujar
a la pobreza extrema a 49 millones de personas más este año.
Así, el informe, que analiza el impacto de la pandemia en el
ámbito de la alimentación y la nutrición, arroja tres conclusiones. La
primera de ellas, ha explicado Guterres, es que debe haber una
movilización para salvar vidas y medios de subsistencia, sobre todo
donde haya mayor riesgo.
Esto implica la designación de los servicios alimentarios y de
nutrición como "esenciales", así como la protección adecuada a los
trabajadores del sector de la alimentación.
También quiere decir mantener la asistencia humanitaria a los
grupos más vulnerables y llevar alimentos a los países con crisis
alimentaria.
Por su parte, los gobiernos tienen que apoyar más la
producción, el transporte y la comercialización de comida en los
mercados locales, además de asistir a la población más pobre y atender
las necesidades de liquidez de los pequeños productores y las empresas
rurales.
La segunda conclusión del informe es que hay que reforzar los
sistemas de protección social para la nutrición por medio de programas
nacionales que salvaguarden el acceso a alimentos seguros y nutritivos,
especialmente para los niños y otros grupos de riesgo. En este punto,
además, se incluye el apoyo a los niños que ya no reciben las comidas
escolares.
Por último, debe invertirse en el futuro para construir un mundo
más inclusivo y sostenible con sistemas alimentarios que atiendan mejor
las necesidades de los productores y trabajadores y que, además, brinden
un acceso "más justo" a alimentos sanos y nutritivos a toda la
población para así poder erradicar el hambre.
Los sistemas sostenibles suponen una relación equilibrada y
armónica con la naturaleza. Actualmente, los sistemas alimentarios
producen hasta el 29 por ciento de las emisiones de gases de efecto
invernadero y afectan la biodiversidad.
Guterres ha insistido en que, si se siguen estas guías, podrían
evitarse algunas de las peores consecuencias de la pandemia en cuanto al
acceso a los alimentos y la nutrición. Mientras, se avanza hacia la
transición de una economía verde que mitigue el cambio climático.
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