PARÍS.- Los ingresos reales por habitante en las
economías avanzadas pueden llegar a retroceder para 2021 hasta niveles
de 2016 o incluso de 2013 en función de si la recuperación gradual
proyectada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) sigue adelante sin sobresaltos o de si en la segunda
mitad de 2020 se produce una nueva oleada de contagios de Covid-19.
De este modo, en un escenario de rebrote de la enfermedad, la OCDE
anticipa una caída media de la renta per cápita del 9,5% en 2020, con
disminuciones sustanciales en todas las economías, que se situaría en
2021, a pesar de cierta recuperación prevista, al nivel de 2013,
mientras que bajo la hipótesis de una recuperación sin nueva ola de
contagios, la disminución prevista de los ingresos es menor, aunque en
2021 se situarían en su nivel más bajo desde 2016.
En concreto, la organización internacional calcula que en un
escenario sin rebrote de la pandemia los ingresos reales por persona en
2021 serán en promedio 1.700 dólares (unos 1.575 euros) inferiores a los
de 2019, mientras que el impacto adverso en la renta per cápita
alcanzaría los 3.500 dólares (unos 3.240 euros) en 2021 en caso de un
rebrote de la enfermedad.
"La crisis arrojará una larga sombra sobre el mundo y las
economías de la OCDE", advierte la institución, que pronostica una
subida de la tasa de paro entre los miembros del 'club de países ricos'
hasta 10% en 2020 desde el 5,4% de 2019 en el supuesto de un rebrote de
la enfermedad, con una mínima reducción al 9,9% en 2021, mientras que en
el escenario sin nuevos contagios el paro subiría al 9,2% este año para
reducirse al 8,1% en 2021.
"Se prevé que el desempleo mediano de la OCDE este año esté en el
nivel más alto durante veinticinco años, y se alivie solo lentamente en
2021", subraya la institución, señalando que el impacto de la pérdida de
empleos probablemente se sentirá con particular intensidad en los
trabajadores más jóvenes y entre los trabajadores menos cualificados,
con el consiguiente riesgo de que muchas personas queden atrapadas en el
desempleo durante un período prolongado.
De este modo, la OCDE considera necesario un esfuerzo renovado
para implementar reformas que fortalezcan la productividad y el
crecimiento del empleo de una manera inclusiva, y fomenten la
reasignación de recursos en todos los sectores, para contrarrestar estos
shocks negativos relacionados con la crisis.
En este sentido, la organización dirigida por Ángel Gurría apunta
que muchos de los sectores de servicios más afectados por la pandemia
son relativamente intensivos en empleo, con muchos trabajadores con
salarios bajos o contratos no estándar y en ocupaciones donde el
teletrabajo es más difícil, mientras que los cierres forzosos, la
reapertura a niveles más bajos de capacidad y los cambios en las
preferencias y el comportamiento de los consumidores pueden suponer que
muchas empresas ya no sean viables, con pérdidas permanentes de empleo.
"Es probable que la interrupción resultante de la pandemia deje
cicatrices duraderas en muchas economías. Los niveles de vida se han
reducido significativamente, el desempleo está subiendo muy por encima
de los niveles previos a la crisis, lo que aumenta el riesgo de que
muchas personas queden atrapadas en períodos de paro más largos mientras
que la inversión se está derrumbando", advierte la OCDE, señalando que
el impacto directo en los medios de vida de las personas es
particularmente severo entre los grupos más vulnerables de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario