EL CAIRO.- Inaugurado con toda la pompa el 17 de noviembre de 1869 en presencia de la emperatriz francesa Eugenia, el Canal de Suez festeja discretamente sus 150 años,
una celebración que contrasta con su larga y caótica historia en el
corazón del Medio Oriente. Concebido por iniciativa de Ferdinand de
Lesseps, un empresario y diplomático francés, el colosal proyecto para
conectar el mar Rojo y el Mediterráneo se prolongó durante diez años de
trabajos, entre 1859 y 1869, en el que participaron un millón de
egipcios, según las autoridades. Decenas de miles de obreros murieron
durante la construcción de este proyecto titánico.
Con 154 kilómetros de largo, el Canal de Suez «no es
prerrogativa de una nación: debe su nacimiento y pertenece a una
aspiración de la humanidad», afirmó Lesseps en 1864, unos 4.000 años
después de los primeros proyectos imaginados por los faraones. Enlace
marítimo entre Europa y Asia, esta ruta permitió que los navíos no
tuvieran que dar la vuelta al continente africano, transitando por el
temido cabo de Buena Esperanza, pero también ha sido escenario de varias
guerras y años de inactividad.
Su historia estuvo particularmente marcada por el año crucial
de 1956, cuando el 26 de julio Gamal Abdel Nasser, recién elegido
presidente, nacionalizó el Canal de Suez. Su anuncio es el preludio de una crisis internacional
al punto que tres meses después primero Israel y luego Francia y Gran
Bretaña (dos países que poseían casi la mitad de la sociedad que
administraba el canal) atacaron Egipto. Línea de frente en las guerras
árabe-israelíes de 1967 y 1973, el Canal de Suez fue dañado y cerrado
varias veces, para ser posteriormente desminado y recuperado.
En la actualidad el canal, continuamente transformado y ampliado para
recibir buques cada vez más grandes, es un activo económico importante
(con miles de millones de dólares en ingresos cada año) a través del
cual pasa aproximadamente el 10% del comercio marítimo internacional.
Ubicado en el borde del Sinaí, es escenario de gigantescas medidas de
seguridad por el ejército egipcio, que combate desde 2013 una
insurrección yihadista en el norte de esta península.
El actual presidente, Abdel Fatah al Sisi, inauguró el «nuevo Canal
de Suez» en 2015 -una duplicación de parte de la vía fluvial-, pero no
se planea una gran celebración para los 150 años. Las suntuosas fiestas,
banquetes y desfiles ecuestres que se dieron en la inauguración en 1869
quedaron en los libros de historia. Este año predomina la discreción y la austeridad.
De momento Egipto y Francia han emitido un sello postal con
la efigie de Lesseps. El miércoles se celebrará un simposio sobre el
canal como «lugar de memoria» en la biblioteca de Alejandría (norte).
También está prevista la apertura de un museo del canal en Ismailía, en
las instalaciones históricas de la Compañía del Canal de Suez, pero los
trabajo aún no están terminados. «Cada uno escribe la historia a su manera», dijo el embajador francés en Egipto, Stéphane Romatet, para quien el canal es una «aventura franco-egipcia».
Desarrollo económico
Más que hablar del aniversario, las autoridades egipcias
prefieren enfatizar el desempeño del canal. En una economía que lucha
por recuperarse de la crisis creada por años de inestabilidad política
después del levantamiento de 2011, los ingresos provenientes del canal son bienvenidos.
En agosto, la Autoridad del Canal de Suez (SCA) anunció que había
alcanzado 5.900 millones de dólares para el año fiscal 2018-2019, un
aumento del 5,4% año en un año, aunque el objetivo es alcanzar los 13.200 millones de dólares en 2023.
Parte de una política de grandes obras, la nueva sección excavada en
2014 y 2015 ha facilitado el cruce de los navíos y ha disminuido el
tiempo de tránsito.
Las autoridades anuncian regularmente nuevos registros de
tonelaje de carga transportada. En penas un día de agosto, por ejemplo,
pasaron por el canal 6,1 millones de toneladas de carga.
«El tonelaje ha aumentado», confirma Jean-Marie Miossec, profesor de la
Universidad Paul Valéry (UPV) de Montpellier y especialista en
transporte marítimo.
Según Miossec, el aumento del tonelaje también está relacionado con «el aumento del tráfico de contenedores entre Asia y Europa, Europa y el subcontinente indio«.
Al expandir el canal, »las autoridades egipcias ofrecen un mayor
potencial, especialmente en términos del tamaño de los buques y la
velocidad de tránsito«, afirmó.
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