lunes, 11 de noviembre de 2019

Una senadora opositora asumiría el gobierno en Bolivia tras la renuncia de Evo Morales


LA PAZ.- Una senadora opositora de 52 años podría asumir la presidencia de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales, quien abandonó el poder presionado por la oposición y las Fuerzas Armadas dejando un vacío institucional el lunes en el país andino. 

En medio de una ola de enfrentamientos entre partidarios y opositores a Morales en La Paz, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Añez, sostuvo que está dispuesta a asumir temporalmente el Gobierno.
“Voy a asumir el reto solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes, para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado”, dijo Añez en una entrevista con el canal de televisión Red Uno, en la que no aclaró cuando podría producirse su asunción.
Al llegar al aeropuerto de El Alto, cerca de La Paz, Añez fue llevada por un helicóptero de la Fuerza Aérea a una academia militar, desde donde sería trasladada al Congreso, dijo a periodistas el senador Arturo Murillo.
La Asamblea Legislativa debe aceptar formalmente la renuncia de Morales, por lo que el opositor Carlos Mesa -quien resultó segundo en los comicios de octubre- pidió el lunes a la policía y a los manifestantes que están en las calles que permitan el arribo de los legisladores. 
El órgano legislativo recibió el lunes la carta de dimisión de Morales, en la que denuncia persecuciones de “los golpistas” a sus aliados y familiares.
Según la normativa boliviana, en ausencia del presidente y el vicepresidente -quien renunció junto con Morales-, el jefe del Senado se haría cargo provisionalmente de conducir el país y, de no poder, debería hacerlo el titular de la Cámara de Diputados. Pero el domingo ambos dimitieron, como también el vicepresidente del Senado.
La crisis se aceleró en la mañana del domingo con un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado “irregularidades” que cuestionaron la victoria de Morales.
El lunes la OEA pidió que, frente a la “crisis política e institucional”, se reúna la Asamblea Legislativa “en forma urgente” para nombrar nuevas autoridades que garanticen un nuevo proceso electoral.
Tras hacer un llamamiento a nuevas elecciones que no fue escuchado, Morales dijo el domingo que renunciaba para reducir la violencia que se ha apoderado de la nación andina y denunció un “golpe de Estado” en su contra.

Promete prontas elecciones

La futura presidenta interina de Bolivia anunció este lunes la próxima convocatoria de una elección presidencial, a medida que el país intenta llenar el vacío de poder dejado tras la dimisión de Evo Morales, a quien México le concedió asilo político.
La crisis desatada por la renuncia de Morales, corolario de tres semanas de violentas protestas por las cuestionadas elecciones en las que el primer mandatario indígena del país buscaba un cuarto mandato, será debatida por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en una reunión especial el martes, anunció el organismo.
"Vamos a llamar a elecciones con personalidades probas, que ellos sean los que lleven un proceso electoral que refleje lo que quieren y el sentimiento de todos los bolivianos", dijo a la prensa Jeanine Añez, la segunda vicepresidenta del Senado, a quien corresponde la presidencia interina tras la dimisión de todos los que la precedían en la línea de sucesión a Morales.
"Tenemos ya un calendario. Creo que la población grita por que el 22 de enero tengamos ya un presidente electo", añadió, evocando la fecha prevista, antes de la crisis, para la toma de funciones del próximo presidente de Bolivia.
La secretaría general de la OEA rechazó el lunes "cualquier salida inconstitucional" y reclamó al Poder Legislativo reunirse "en forma urgente" de cara a la organización de nuevos comicios tras los realizados el 20 de octubre, impugnados por la oposición y por el organismo regional.
El Senado de 36 curules, donde los seguidores de Morales son aún mayoría con 25 bancas, debe sesionar el martes para ratificar las renuncias y nombrar al presidente interino de Bolivia.
El exmandatario aymara de 60 años se encontraba refugiado en la región cocalera del Chapare, en el centro del país, desde su sorpresiva dimisión el domingo en televisión, horas después de convocar a nuevas elecciones ante las irregularidades electorales "graves" denunciadas por los observadores de la OEA.
Pero en una carta enviada al Congreso este lunes, Morales dijo que la suya fue una "renuncia obligada (...) producto de un golpe de Estado político, cívico y policial".
México le concedió asilo político a Morales, según anunció el canciller Marcelo Ebrard, que indicó también que "20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia" se habían refugiado en la embajada mexicana de La Paz.
En La Paz hubo menos bloqueos en las calles el lunes que en días precedentes, pero también escaso servicio de transporte público. La red de teleféricos quedó paralizada, lo que obligó a miles de trabajadores a caminar largas distancias para llegar a sus trabajos.
Muchos comercios permanecieron cerrados por temor a los saqueos que se desataron la noche del domingo en algunos barrios de la zona sur de La Paz y en la vecina ciudad de El Alto.
En la tarde, una columna de centenares de partidarios Morales, avanzaba hacia La Paz desde la vecina ciudad de El Alto, en momentos en que el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios del 20 de octubre, denunciaba un inminente ataque a su casa.
Morales dimitió presionado por los militares, la policía y por la oposición, que le exigieron dejar el puesto que ocupaba desde 2006 con el fin de pacificar al país renunciando al cuarto mandato al que aspiraba tras sucesivas reformas constitucionales y un referéndum adverso.
Su renuncia provocó explosiones de júbilo pero también violencia en La Paz y otros puntos. El desenlace fue denunciado como un "golpe de Estado" por gobiernos de izquierda de América Latina, entre ellos México, Cuba, Argentina, Venezuela y Uruguay.
El gobierno ruso, también aliado de Morales, dijo que las acciones violentas de la oposición forzaron su salida, mientras que la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamaron a la "moderación", la "responsabilidad" y a nuevas elecciones.
Países como Colombia o Perú también reclamaron una transición pacífica y nuevas elecciones.
La OEA discutirá la crisis boliviana en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, el martes a las 15:00 (20:00 GMT) en la sede de la organización en Washington.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destacó el lunes la renuncia de Morales como un "momento significativo" para la democracia en la región, que envía "una fuerte señal" a los gobiernos "ilegítimos" de Nicaragua y Venezuela.
Trump elogió el papel de los militares de Bolivia en la salida de la presidencia de Morales, una partida que "preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga oír su voz".
En Bolivia, en ausencia del presidente la Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.
Además de los funcionarios recibidos por México, el exministro de gobierno de Bolivia Carlos Romero, la ex ministra de Planificación Mariana Prado y un tercer exfuncionario de menor rango se encuentran bajo protección de Argentina, en su embajada en La Paz, aseguraron fuentes diplomáticas argentinas.
Morales, forjado políticamente como sindicalista cocalero, dejó el poder defendiendo un legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.
"Estamos dejando a Bolivia con muchas conquistas sociales", dijo en su mensaje de renuncia.
Tras la renuncia de Morales, la policía detuvo a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Choque, y a otros responsables de ese órgano por orden de la Fiscalía, que investiga irregularidades cometidas en las elecciones.

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