LONDRES.- El gobierno británico
está considerando introducir puentes aéreos con ciertos países para
evitar que los viajeros que entren en el Reino Unido desde esos orígenes
tengan que observar una cuarentena de 14 días muy criticada por los
profesionales del turismo.
"Se ha planteado esta idea de puentes
aéreos y sé que se ha hablado mucho de ello", se limitó a decir el
ministro de Sanidad, Matt Hancock, en rueda de prensa afirmando que
corresponde al ministerio del Interior decidir al respecto.
Según varios diarios, la propuesta debe presentarse en los
próximos días a los diputados que este martes regresaron al Parlamento
poniendo fin al sistema de voto a distancia establecido durante el
confinamiento.
El Reino Unido, segundo país más castigado del
mundo por el coronavirus con 39.369 muertes confirmadas hasta el martes,
empezó a levantar gradualmente el confinamiento impuesto el 23 de
marzo.
Para evitar casos importados de covid-19, a partir del
lunes impondrá dos semanas de cuarentena a quienes lleguen de cualquier
país salvo Irlanda.
Los profesionales del transporte aéreo y el
turismo denunciaron esta medida, que el gobierno prometió revisar cada
tres semanas, como catastrófica cuando se acercan las vacaciones
estivales.
Según los diarios The Times, The Guardian y Daily
Telegraph, el ejecutivo está considerando permitir el transporte aéreo
en la primera revisión, a finales de mes. Este último diario asegura que
el primer ministro Boris Johnson está "personalmente a favor" de
favorecer el transporte aéreo tras el alud de críticas.
Los países
con los que se podrían establecer puentes aéreos se seleccionarían en
función de su importancia económica para el Reino Unido, el nivel de
riesgo de transmisión del virus y el número de pasajeros afectados.
Los
diputados volvieron a Westminster el martes a petición del gobierno,
determinado a poner fin al sistema híbrido por el que hasta ahora
algunos parlamentarios estaban presentes en la cámara y otros seguían
los debates por videoconferencia.
El cambio fue sin embargo
criticado por muchos, preocupados por la seguridad de los diputados más
expuestos -mayores, con enfermedades crónicas o embarazadas- que no
podrán seguir votando a distancia si permanecen en sus casas.
La
diputada opositora laborista Valerie Vaz acusó a los responsables
gubernamentales de "vivir en otro mundo" y el discapacitado conservador
Robert Halfon denunció que personas como él veían "denegada su
responsabilidad parlamentaria fundamental".
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