martes, 2 de junio de 2020

El impacto del coronavirus mejora la sostenibilidad del sistema de pensiones español

MADRID.- España experimentó en mayo una inusual mejora en la sostenibilidad a largo plazo de su sistema de pensiones, pero los datos dan pocos motivos para la celebración ya que se debieron principalmente a la crisis del coronavirus y al aumento de las muertes de ancianos. 

España ha sido uno de los países europeos más afectados por la pandemia del coronavirus, con un total de 27.127 muertes. Más del 80% de las muertes han sido personas de 70 años o más.
La ratio cotizantes/pensionistas —una relación aproximada entre el número de trabajadores que mantienen a una persona jubilada y se utiliza para medir la sostenibidad de un sistema de pensiones— subió desde 2,3 en abril a 2,56 en mayo, según datos publicados por la Seguridad Social el martes.
Durante la última década, el indicador ha ido disminuyendo constantemente hacia el 2, el nivel que normalmente significa que el sistema ya no es sostenible.
“(La reversión) es una situación excepcional... Parte de la mejora proviene de la parte más dramática de la crisis, es decir, las muertes entre los pensionistas”, dijo Jose Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA).
Sin embargo, la crisis también ha causado retrasos en las solicitudes de jubilación anticipada debido a la incertidumbre económica, mientras que los ERTES han preservado muchos puestos de trabajo por ahora, pero la situación podría fácilmente revertirse cuando termine, dijo.
Datos publicados la semana pasada mostraron que unas 30.000 personas más salieron del sistema estatal de pensiones de España en el primer cuatrimestre de 2020 que en el mismo período de 2019, lo que las autoridades atribuyeron, al menos en parte, a la pandemia.
Al mismo tiempo, en enero-abril se inscribieron menos pensionistas en el sistema, ya que las oficinas de la Administración estuvieron cerradas durante parte de ese periodo por las medidas de confinamiento en España.
Como la mayoría de los países europeos, España opera bajo el principio de reparto, es decir las cotizaciones de los trabajadores financian las prestaciones existentes en un determinado momento. Cuesta 135.000 millones de euros anuales y actualmente se están llevando a cabo reformas para hacerlo más sostenible.

El empleo empieza a remontar con la recuperación de 100.000 afiliados
La Seguridad Social cerró el mes de mayo con un aumento de 187.814 afiliados (+1%), su mayor alza en un mes de mayo desde 2015, lo que situó el número total de ocupados en 18.584.176, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones publicados este martes.
Este es el dato con el cerró el sistema a último día de mes y el que mejor refleja el impacto de la pandemia del coronavirus en la afiliación. Este avance contrasta con las caídas que se registraron en marzo y abril, cuando la ocupación cayó en 834.000 y 49.074 personas, respectivamente.
Si se analiza el efecto de la pandemia del coronavirus desde mediados de marzo, cuando se declaró el estado de alarma, hasta finales de mayo, el balance es, no obstante, negativo, pues en este periodo se han perdido 760.082 afiliados.
En términos de afiliación media (que es la que se venía publicando antes de la crisis sanitaria), la Seguridad Social registró un aumento de 97.462 ocupados respecto a abril (+0,5%), el primer incremento desde el impacto de la pandemia, hasta situar la afiliación media en 18.556.129 cotizantes. En términos desestacionalizados, en mayo se perdieron 71.000 ocupados.
Del total de afiliados a cierre de mayo, 2.998.970 estaban protegidos por una situación de suspensión total o parcial por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). De ellos, 2.616.553 se encontraban en situación de ERTE por fuerza mayor.
Desde finales de abril, 457.909 personas han dejado de estar en situación de ERTE por fuerza mayor, mientras que 70.094 se han visto incluidas en un ERTE pero no por fuerza mayor.
A finales de mayo, los sectores donde hay más afiliados en un ERTE por fuerza mayor son Servicios de comidas y bebidas, Comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas y Servicios de alojamiento.
Por último, las comunidades donde hay más ocupados en esta situación son Cataluña, Madrid y Andalucía.
Las diez actividades con mayor destrucción de empleo en marzo y abril han recuperado afiliación en el mes de mayo, entre ellas la construcción, la industria del calzado o las actividades relacionadas con el empleo.
Desde el 30 de abril hasta el 2 de junio se han recuperado más de 200.000 empleos tras los 948.000 que se destruyeron entre el 12 y el 31 de marzo a consecuencia de las medidas de confinamiento por la COVID-19.
El avance de la desescalada ha animado la creación de puestos de trabajo y los datos indican que, según los municipios van cambiando de fase, se adelanta unos días la tendencia de crecimiento de la afiliación.
La recuperación de mayo se ha producido de forma homogénea entre los diferentes tramos de edad, aunque en los dos meses pasados fueron los más jóvenes los que registraron mayores pérdidas de empleo.
Por género, la recuperación de las últimas semanas ha sido mayor entre los hombres (142.000 afiliados más) que entre las mujeres (46.000 más).
Respecto a los ERTE, en el último mes se ha producido una caída del 15 % del número de trabajadores incluidos en ERTE de fuerza mayor, casi 458.000, un movimiento de salida que ha vinculado con el ritmo de desescalada.

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