PARÍS.- Sindicatos
franceses amenazaron este jueves con aumentar la movilización contra la
reforma del sistema de pensiones del gobierno y advirtieron que "no
habrá tregua de Navidad", al cumplirse el octavo día de una huelga que
paraliza el transporte público, especialmente en París.
"La
huelga continúa y lo sentimos porque no lo habíamos previsto de esta
manera. Nos hemos dado cuenta de que el gobierno no da su brazo a torcer
y esto va a durar tiempo. No habrá tregua de Navidad salvo si el
gobierno entra en razón", afirmó este jueves el secretario general del
sindicato CGT de los trabajadores ferroviarios, Laurent Brun.
El
primer ministro francés, Edouard Philippe, presentó el miércoles en
detalle su plan de reforma del sistema de jubilaciones, que pretende
unificar los 42 sistemas diferentes que tiene el país en uno solo, con
el que, según el jefe de gobierno, "todo el mundo saldrá ganando".
El
gobierno mantuvo su plan inicial, una de las promesas electorales de
Macron, pero flexibilizó algunos puntos, debido a la movilización
social.
Sin
embargo, estas concesiones no fueron consideradas suficientes por los
sindicatos, que pidieron que la huelga se intensifique.
Para
ellos, el gobierno cruzó una "línea roja" con sus anuncios de reforma
sobre el sistema de jubilación, un tema muy delicado en Francia, sobre
todo en algunos gremios como los trabajadores del sistema de transporte y
algunas profesiones consideradas de riesgo.
Con
el objetivo de desactivar el pulso, Philippe anunció que contactará a
los sindicatos para "retomar rápidamente el diálogo".
"Mi puerta está
abierta, mi mano está tendida", dijo.
El
gobierno quiere evitar a toda costa un nuevo estallido social tras la
crisis de los "chalecos amarillos", el movimiento de protesta que surgió
hace un año y erosionó fuertemente su nivel de popularidad.
Macron,
que participa en una cumbre europea, se negó por su parte a comentar la
situación. "No haré ningún comentario nacional", dijo, en respuesta a
la pregunta de un periodista. El primer ministro "hizo una propuesta y
ahora debe haber una negociación", agregó.
Este
jueves, en ciudades como París, la inmensa mayoría de los transportes
públicos no funcionaban y los que sí lo hacían estaban abarrotados.
La exasperación era cada vez más palpable entre los parisinos.
"Estoy
despierto desde las 04:30 y regreso a casa a las 21:00. Todas las
mañanas estoy estresado por la gente que empuja en los trenes, todo el
día estoy de pie en mi trabajo, y en la noche estoy agotado", comentó
Fernando Duarte, un obrero, desde una estación de metro. La huelga "debe
detenerse pronto, es muy duro".
A
las hora pico, el centro de la capital estaba colapsado por los
vehículos particulares y centenares de ciudadanos intentaban llegar al
trabajo a pie, en bicicleta, o monopatín.
En
la capital, pero también en otras grandes ciudades del país, como
Marsella, miles de personas salieron a protestar, en la calma, y se ha
convocado una nueva jornada de movilización nacional para el 17 de
diciembre, la tercera en menos de dos semanas.
Los
puertos de Marsella y de El Havre, los dos principales del país,
estaban bloqueados por manifestantes. También se registraron cortes de
luz en varias ciudades del país a iniciativa de huelguistas de la
empresa francesa de electricidad.
Una
de las cuestiones que más ha enfurecido a los trabajadores es el
aumento hasta 64 años para poder obtener la pensión completa de
jubilación. Actualmente la edad legal mínima de jubilación es de 62 años
y lo seguirá siendo, pero sólo dará derecho a una pensión menor.
"Todo
el mundo trabajará más tiempo, es inaceptable", sentenció Philippe
Martinez secretario general de la Confederación General del Trabajo
(CGT), que reclama el retiro del proyecto.
El
descontento parece ampliarse a otros sectores. El Consejo de Colegios
de Abogados votará el viernes acciones contra la reforma, y los
principales sindicatos policiales amenazan con "endurecer" su
movilización. Los profesores también están a favor de reconducir la
huelga.
Según
una encuesta realizada tras los anuncios de Philippe, el país está
dividido sobre la reforma. 50% de los encuestados aprueban los cambios y
49% están en contra. Más de la mitad (54%) siguen apoyando la huelga.
El gobierno contempla enviar su proyecto al Parlamento a finales de febrero.
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