MOSCÚ.- El Pentágono ha
empezado negociaciones con Japón para ayudar a la empresa estadounidense
Lockheed Martin en su batalla contra la británica BAE Systems, que
podría ganarse un valioso contrato con el país asiático para desarrollar
sus nuevos cazas. Este no es el único caso de competencia desleal
ejercida por parte de EEUU., según publica https://mundo.sputniknews.com
Tokio
busca reemplazar sus antiguos cazas F-2, que serán retirados del
servicio desde 2035 y planea empezar el desarrollo de nuevas aeronaves
en 2020 tras firmar un contrato por un valor de miles de millones de dólares. Al día de hoy, existen al menos tres vías que podrían ayudar a las autoridades japonesas a alcanzar sus objetivos:
- cooperar con el segundo mayor contratista británico: BAE;
- trabajar con la empresa estadounidense Lockheed Martin que produce los cazas F-22 y F-35;
- desarrollar un nuevo avión de producción doméstica.
Desde el Ministerio de Defensa de Japón comunicaron que Tokio no
pretende seleccionar un modelo específico en la actual etapa de
desarrollo, aunque intercambia "opiniones diversas" con EEUU sobre
asuntos como "la interoperabilidad". Por su parte, a Washington le
preocupa que la posible elección de cazas británicos pueda generar
dificultades en la interoperabilidad de Japón con las
Fuerzas Armadas de EEUU y otras aeronaves de producción estadounidense,
utilizadas por Tokio, informa el periódico Financial Times.
Los funcionarios estadounidenses también temen que la
elección de un caza británico provocará la ira del presidente
estadounidense, Donald Trump, mientras que Washington y Tokio están
llevando a cabo negociaciones acerca que cuantos recursos tendría que
gastar Japón para mantener su alianza militar. En julio, la parte
estadounidense declaró que pediría a Tokio cuadriplicar sus gastos
hasta situarlos en 8.000 millones de dólares. Asimismo, Trump amenazó
con retirar las tropas estadounidenses de Japón si el país asiático no
asignaba más recursos para su defensa.
Michael Green, exfuncionario de la Casa Blanca que mantiene estrechos
vínculos con la Administración del primer ministro japonés Shinzo Abe,
comunicó que los grupos de presión del Pentágono pasaron a "pagar dividendos" a personas con peso en este asunto después de que el programa británico Tempest
ganara el primer impulso. Se trata del proyecto desarrollado por el
consorcio Team Tempest en cooperación con empresas de otros países, que
buscan construir el caza de sexta generación.
"El Gobierno de Estados Unidos se está organizando en torno a
una campaña para un caza estadounidense. Y en el Gobierno japonés,
algunas de las grandes piezas se han movido de tal manera (...) que
beneficiaría un diseño basado en una plataforma estadounidense ya
existente", declaró Green. aunque destacó que este impulso todavía puede
volver a alterarse, debido a la existencia de "un montón de variables".
Durante un tiempo, Japón ha soñado con construir una
aeronave de producción doméstica. La urgencia para desarrollar un
proyecto similar empezó en los círculos militares cuando el primer
ministro japonés Shinzo Abe optó en 2018 por comprarle a EEUU más de 100 cazas F-35 totalmente ensamblados.
A su vez, Washington propone desarrollar el nuevo caza japonés sobre la base del F-35 y del F-22 con uso limitado
de la tecnología japonesa. En este caso, Japón no tendrá acceso a un
código fuente, necesario para realizar actualizaciones independientes en
estas aeronaves que son esenciales para la soberanía nacional, según
los legisladores japoneses.
"Lo más importante para un caza es la capacidad. Luego están
los enlaces de datos, incluso a las redes estadounidenses. Y luego es
necesario tener libertad para actualizar", declaró el parlamentario
nipón Itsunori Onodera, quien ha ocupado dos veces el puesto de ministro
de Defensa de Japón. Según el político, por ahora la industria japonesa
no tiene capacidad para desarrollar independientemente este caza debido
al alto costo de la aeronave.
Japón no es el único país al que Washington ha intentado presionar
últimamente para asegurarle una ventaja a sus empresas en su competencia
con los fabricantes de otros países. Recientemente, el Pentágono y el
Departamento de Estado amenazaron con sanciones a Egipto para convencerlo de no comprar aviones rusos Su-35.
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