CARACAS.- La
primera parada de Juan Guaidó después de salir de Venezuela la semana
pasada fue Colombia. Pero después de no lograr llevar alimentos y
medicinas a través de las fronteras para acelerar el fin de la
presidencia del autócrata Nicolás Maduro, se dirigió a Brasil.
Hoy está en Paraguay y Ecuador le está extendiendo una invitación.
El
líder de la oposición insiste en que pronto estará en casa, pero su
prolongada gira regional plantea dudas sobre cómo y cuándo pretende
regresar a Caracas.
Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional dominada por la
oposición, corre el riesgo de que no solo se le impida volver a
ingresar a Venezuela, sino que se le encarcele por violar una
prohibición de viajar al extranjero.
Mientras tanto, la amnistía que
prometió a los oficiales militares que se unen a él languidece en su
propia legislatura y las protestas callejeras renacientes han perdido su
punto focal.
EE.UU.,
que junto a otras 50 naciones reconocen a Guaidó como el legítimo líder
de Venezuela después de unas elecciones fraudulentas, ha amenazado con
severas repercusiones si Maduro toma medidas directas contra su
principal rival.
Aún así, los socialistas gobernantes de Venezuela ya
han exiliado y arrojado tras las rejas a cientos de disidentes.
Guaidó,
de 35 años, dice que su gira tiene por objetivo profundizar los lazos
con los aliados y planificar cómo derrotar a una dictadura. Sin embargo,
cuanto más tiempo permanezca Guaidó en el extranjero, más aumenta la
probabilidad de que su movimiento para destituir a Maduro pierda
impulso, después de que el esfuerzo por llevar ayuda humanitaria a
Venezuela fuera brutalmente aplastado la semana pasada.
Maduro
insistió en que la ayuda era el precursor de una invasión, y usó las
fuerzas de seguridad para repeler las oleadas de activistas que
transportaban la comida y la medicina. Dispararon cargas de gases
lacrimógenos, perdigones –y en ocasiones incluso balas– en los cruces
internacionales, matando al menos a cuatro, hiriendo a cientos y dejando
a Guaidó atrapado fuera de su país.
Desde
entonces, el régimen ha extendido las vacaciones de carnaval, instando a
los venezolanos a abandonar las ciudades para ir a la playa. Guaidó,
mientras tanto, dice que reunirá a sus partidarios cuando llegue.
Tiene
previsto reunirse con el presidente paraguayo Mario Abdo el viernes,
mientras que el de Ecuador, Lenín Moreno, lo invitó ya el jueves por la
noche.
Guaidó aún no ha confirmado una escala ecuatoriana en su gira,
pero ha reconocido que está preocupado por su seguridad al regresar a
casa.
"Por
supuesto que es un riesgo, incluso una amenaza para mi vida", dijo a
periodistas en Brasilia el jueves después de reunirse con el presidente
Jair Bolsonaro. "Pero así es la política en Venezuela".
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