ARGEL.- Decenas de miles de
argelinos se manifestaron este viernes por la tarde en varios puntos de
la capital, Argel, y otras ciudades del país contra la perspectiva de un
quinto mandato del presidente Abdelaziz Buteflika.
En Argel se
registró una violenta represión a los manifestantes en las proximidades
del Palacio de gobierno, donde la policía utilizó bombas de gas
lacrimógeno y chorros de agua para dispersar a la multitud.
De acuerdo con la televisión pública argelina -que este
viernes transmitió por primera vez imágenes de las protestas- los
disturbios dejaron un saldo de 56 policías y siete manifestantes
heridos. Por lo menos 45 personas fueron arrestadas.
En toda la
zona céntrica de la capital argelina era posible ver comercios con las
vidrieras rotas, además de una agencia bancaria y un automóvil
incendiados.
Se vio por lo menos una decena de heridos por los golpes de
bastones policiales o la explosión de las bombas de dispersión, así como
personas intoxicadas por el gas lacrimógeno.
Al anunciar el 10 de
febrero su intención de disputar un quinto mandato presidencial,
Buteflika (quien ocupa el poder desde 1999) hizo desatar una oleada de
protestas callejeras sin precedentes en los últimos 20 años en Argelia.
Las
manifestaciones de este viernes fueron de mayor envergadura que las que
se registraron en la semana pasada, mientras que el gobierno corre
contra el reloj ya que tiene hasta la medianoche del domingo (23:00 GMT)
para oficializar o no la candidatura de Buteflika ante el Consejo
Constitucional.
Este viernes, fuentes militares apuntaron que
había "varias decenas de miles de personas" en las calles de la capital
argelina, siempre acompañadas desde el aire por un helicóptero militar.
"¡Poder
asesino!", coreaba insistentemente la multitud, que flameaba banderas
argelinas en la concentración principal, la plaza frente a la sede
central de los Correos, un punto central de elevado contenido simbólico
para el país.
La multitud estaba compuesta por hombres y mujeres
de todas las edades, en una columna de gente que se alimentaba sin cesar
con grupos llegados de barrios como Casbah, Bab el Oued o la Plaza del 1
de Mayo.
Esas columnas terminaron por desbordar varios retenes montados por la policía.
"¡El
pueblo quiere la caída del régimen!", coreaba una de las columnas de
manifestantes, al tiempo que en otro sector de la manifestación la
consigna era "¡No al 5º mandato!".
En tanto, desde los balcones y ventanas se veía como vecinos saludaban con banderas argelinas el paso de la multitud.
Cuando
la manifestación se aproximaba al Palacio de gobierno la policía
utilizó una verdadera lluvia de bombas de gases lacrimógenos para
dispersar a la multitud.
Fuentes del segmento de seguridad
informaron que también se registraron manifestaciones de protesta en
Blida, la tercera mayor ciudad del país, Tizi-Uzu, Bejaia, Annaba,
Buira, Sétif, Batna, Tiaret y Sidi Bel Abbes.
En tanto, en Orán un
activista aseguró que la manifestación de este viernes fue
sensiblemente mayor que las de días previos.
Estamos aquí para controlar las manifestaciones y evitar todo eventual disturbio", dijo en la mañana una fuente policial.
La reacción de la policía es de extrema importancia en esta coyuntura.
Desde el inicio de las manifestaciones la policía se ha
mantenido al margen, pese a que las protestas callejeras están
prohibidas en el país desde 2001.
En tanto, los sectores del
oficialismo ya hicieron saber esta semana que no pretenden ceder
posiciones a raíz de las manifestaciones.
Algunos observadores
temen que los seguidores de Buteflika utilicen la violencia para evitar
una campaña electoral y la dificultad de buscar la reelección de un
candidato físicamente ausente.
Buteflika sufrió un accidente vascular cerebral y aparece en público muy raramente, y además no ha hablado al país desde 2013.
A
pesar de esa dificultad, el director de campaña de Buteflika,
Abdelmalek Sellal, apuntó que "nadie tiene el derecho de impedir a un
ciudadano argelino de presentarse como candidato, es un derecho
constitucional".
Buteflika está
hospitalizado en Ginebra desde el pasado domingo, oficialmente
concentrado en "exámenes médicos periódicos", y su retorno a Argelia por
ahora no tiene fecha definida.
Tal como otros miembros del
oficialismo, el primer ministro Ahmed Uyahia, mencionó el espectro de la
"década negra" de la guerra civil (1992-2002) en Argelia, así como el
caos en Siria.
Este viernes, los manifestantes en las calles le respondieron al primer ministro, coreando: "¡Uyahia, Argelia no es Siria!"".
Las
manifestaciones, de magnitud variable, se sucedieron durante toda la
semana, con la convocatoria de abonados, estudiantes y periodistas.
El
jueves, una decena de periodistas fue retenido varias horas por la
policía luego de un acto "contra la censura" en la cobertura de las
protestas.
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