PARÍS.- Las medidas en favor del poder
adquisitivo para calmar las protestas de los "chalecos amarillos"
tendrán un costo de 10.000 millones de euros para las arcas públicas
francesas en 2019 y acarrearán una subida del déficit público hasta el
3,2 % del producto interior bruto (PIB).
El primer
ministro francés, Édouard Philippe, aseguró en una entrevista publicada
hoy por "Les Echos" que pese a ese incremento del gasto público, su
objetivo sigue siendo "cumplir al máximo nuestros compromisos" sobre las
cuentas públicas, pero reconoció que habrá "un ligero aumento del
déficit" respecto al 2,8 % que se había previsto antes de ese
dispositivo.
Philippe insistió en que los números rojos de las
cuentas públicas se podrán contener gracias a los esfuerzos de
disminución del gasto y de suspensión de recortes de impuestos a las
empresas, que en conjunto cifró en unos 4.000 millones de euros.
Entre estas últimas figura la puesta en marcha de un impuesto sobre los
gigantes de internet desde el año próximo "en espera de la tasa europea
que ha sido objeto de un acuerdo reciente". El Gobierno francés espera
recaudar con ese nuevo impuesto 500 millones de euros el año próximo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el pasado día 10 cuatro
medidas para aumentar el poder adquisitivo de asalariados y
pensionistas con ingresos bajos y medios, el más destacado un aumento de
100 euros en la remuneración del salario mínimo, sin que eso cueste ni
un solo euro suplementario a las empresas.
El primer
ministro precisó que eso se conseguirá con "un alza masiva" de la
llamada "prima de actividad, una prestación para incitar a personas con
bajos sueldos a seguir trabajando en lugar de vivir de subsidios.
Philippe explicó que se había optado por esa opción en lugar de una
rebaja de las cotizaciones y que se beneficiarán cinco millones de personas.
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