PEKÍN.- El Índice de Innovación de China
(CII), barómetro de la capacidad innovativa en el país asiático, aumentó
un 6,8 % en 2017 y alcanzó su mayor nivel desde 2005, informa hoy el
oficial Diario del Pueblo.
El CII mide el desarrollo de China en los campos del entorno para la innovación, los insumos, la producción y sus efectos.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE),
19 de los 21 indicadores del Índice crecieron en 2017, con cinco de
ellos avanzando a doble dígito.
Estos cinco sectores
son la proporción de compañías que se benefician de rebajas fiscales
para investigación y desarrollo, el gasto per cápita en investigación
básica, la proporción de empresas con instituciones de investigación y
desarrollo, la ratio de marcas patentadas por cada cien empresas y las
transacciones en el mercado tecnológico por 10.000 personas dedicadas a
ciencia y tecnología.
Asimismo, el número de patentes
domésticas en 2017 fue de 1,72 millones, un 5,6 % más que en el año
anterior; de todas ellas, 327.000 correspondieron a inventos, un 8,2 %
mayor que en 2016.
En total, China se mantuvo como
segundo país del mundo con mayor gasto en investigación y desarrollo al
alcanzar los 1,76 billones de yuanes (255.147 millones de dólares,
225.590 millones de euros) el año pasado, un 12,3 % más.
Otra de las áreas que avanzó fue la publicación de estudios científicos
y tecnológicos, con 1,7 millones, un 3 % más que en 2016.
Según Guan Xiaojing, estadístico de la ONE, en los últimos años China
"ha incrementado de forma continuada los fondos fiscales para ciencia y
tecnología, y ha implementado políticas favorables como la reducción de
impuestos para apuntalar el desarrollo" de este sector.
Aparte de las estadísticas domésticas, el Índice Mundial de Innovación
-publicado por la estadounidense Universidad de Cornell junto a la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)- reconoció, en
su edición de este año, que China escaló desde el puesto 22 al 17.
En la presentación del citado informe, el director general de la OMPI,
Francis Gurry, aseguró que este avance es una muestra de que Pekín
apuesta por "trasladar la base estructural de su economía hacia
industrias más centradas en el conocimiento" y en valerse de la
innovación para ser más competitivo.
De hecho, en el
marco del cambio de modelo desde una economía orientada a la manufactura
y a las exportaciones hacia otra centrada en el consumo interno, el
Gobierno chino busca reemplazar el crecimiento "de alta velocidad" por
uno "de alta calidad" en el que la innovación cuenta con gran
protagonismo.
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