GINEBRA.- La propagación del coronavirus representa, más allá de la emergencia
sanitaria, una significativa amenaza económica capaz de provocar la
entrada en recesión de varias economías y deprimir el crecimiento
mundial por debajo del 2,5%, según la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que cifra en un impacto negativo
de unos 2 billones de dólares (1,7 billones de euros) la factura del
peor escenario previsto.
De esta cifra, UNCTAD calcula que el impacto negativo sobre las
economías en desarrollo sería de unos 220.000 millones de dólares
(191.947 millones de euros), con los países exportadores de petróleo y
de materias primas como las economías que saldrán peor paradas, que
verán reducido el crecimiento de su PIB en más de un punto porcentual.
Asimismo, la agencia ve probable que países como Canadá, México y la
región centroamericana registren la pérdida de entre seis y siete
décimas de su crecimiento.
En su análisis, la agencia apunta que, incluso si se evita lo peor,
el impacto global, en comparación con las previsiones, rondaría el
billón de dólares.
En este sentido, UNCTAD considera que la pérdida de confianza de
consumidores e inversores son los signos más inmediatos de propagación
del contagio, advirtiendo de que la combinación de deflación en los
activos, con una demanda agregada más débil, una mayor presión de la
deuda y un empeoramiento de la distribución de los ingresos podría
desencadenar una espiral descendente.
Entre las posibles respuestas, UNCTAD advierte de que los bancos
centrales “no están en condiciones de resolver esta crisis por sí
solos”, por lo que será necesaria una respuesta adecuada de la política
macroeconómica con un gasto fiscal agresivo y una inversión pública
significativa, incluyendo medidas de asistencia social dirigidas a los
trabajadores, empresas y comunidades afectadas.
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