LONDRES.- Arabia Saudita provocó el
hundimiento de los mercados mundiales reduciendo drásticamente el
precio de su petróleo, una guerra de precios arriesgada para el príncipe
heredero Mohamed bin Salmán, en un contexto de caída de la demanda por
la epidemia de coronavius.
La batalla podría constituir, además,
una amenaza existencial para esta potencia del Golfo, pues coincide con
una purga real que condujo a la detención del hermano y del sobrino del
rey del Salmán.
La semana pasada,
Arabia Saudita, líder de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP), presionó de nuevo para que se reduzca la producción de
crudo y así compensar el declive de la demanda mundial a causa de la
epidemia del nuevo coronavirus.
Pero Rusia, segundo productor mundial después de Estados Unidos, se opuso.
En
respuesta, Arabia Saudita ordenó la mayor bajada de precios en 20 años,
tratando de quedarse con un segmento de la parte de mercado de Rusia y
sacudiendo los mercados financieros.
"Lo que hace Arabia Saudita
podría ser una táctica de negociación para llevar a Rusia a la mesa,
pero es poco probable que el mercado sea optimista a corto plazo",
apuntó el banco de inversiones Berenberg.
Según
los analistas, el hundimiento de los precios tendrá consecuencias
notables, desde la erosión de los ingresos de las economías dependientes
de la energía a la deflación mundial, pasando por una desaceleración de
los proyectos de exploración petrolera.
Asimismo, podría ser
particularmente devastador para los países del Golfo, que representan
una quinta parte del abastecimiento mundial de crudo, y donde entre el
70 y el 90% de los ingresos públicos dependen del petróleo.
El
domingo y el lunes, las Bolsas del Golfo se hundieron. La de Riad, la
más importante de la región, cerró con una bajada del 7,8% el lunes,
tras las caídas registradas en Asia y en Australia. En las plazas
europeas y americanas, la situación era parecida.
El
crac petrolero podría poner en cuestión las ambiciosas reformas
económicas del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, financiadas con los
ingresos petroleros y destinadas, precisamente, a que el país deje de
ser tan dependiente del oro negro.
El desplome de los precios del
petróleo coincide también con una purga real en la que los príncipes
Ahmed bin Abdelaziz al Saud y Mohamed bin Nayef, hermano y sobrino del
rey Salmán respectivamente, fueron detenidos la semana pasada por haber
fomentado un golpe de Estado contra el príncipe heredero, según varias
fuentes.
Según otra fuente próxima a la corte real, esos arrestos
son un "mensaje" para asfixiar cualquier oposición a Mohamed bin Salmán
antes de su entronización.
"La amenaza que pesa sobre el príncipe
Mohamed no viene de sus rivales reales sino del hundimiento de los
ingresos del petróleo y, con este, de sus ambiciosos planes económicos",
consideró no obstante Kristin Diwan, investigadora en el Arab Gulf
States Insitute, en Washington.
El enfrentamiento entre Riad y Moscú, y los otros competidores petroleros, lo ganará el país más resistente.
Arabia
Saudita tiene importantes reservas y extrae su crudo a unos costes que
desafían cualquier competencia -solo 2,80 dólares el barril-, lo que le
garantiza unos márgenes cómodos.
Pero, con une economía más
diversificada, Rusia es un rival importante. "Es poco probable que Moscú
ceda primero, seguramente [no lo hará] antes de tres o seis meses",
según Chris Weafer, del gabinete de consejo Macro Advisory.
"Rusia
está en una posición financiera mucho mejor para soportar una guerra de
precios del petróleo, tiene unas reservas financieras con 80.000
millones de dólares más que las de Arabia Saudita", subrayó.
Pero
la posición de Moscú podría cambiar si el precio del crudo cae por
debajo de los 25 dólares el barril durante un largo periodo de tiempo,
matizó Weafer.
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