BRUSELAS.- La Unión Europea se ha comprometido a abrir un proceso con
Turquía para evaluar el acuerdo migratorio firmado por ambas partes en
2016 y poner en marcha, llegado el caso, los elementos “que
falten”, según han anunciado este lunes el presidente del Consejo
Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula
von der Leyen, tras mantener un encuentro en Bruselas con el presidente
turco, Recep Tayyip Erdogan.
Para lanzar este proceso, el bloque europeo ha encomendado a su Alto Representante para Política Exterior, Josep Borrell, hacer una tarea de seguimiento del acuerdo y esclarecer si Ankara está cumpliendo con sus compromisos firmados en 2016.
Según Michel, este trabajo “político y técnico” que realizará el jefe
de la diplomacia europea de la mano del ministro de Exteriores turco,
Mevlut Cavusoglu, servirá para fijar si la UE y Turquía “están
en la misma página” del acuerdo y será el punto de partida para lanzar
un diálogo a medio y largo plazo con Turquía.
En palabras de Von der Leyen, hay que “identificar” las áreas en las que la UE y Turquía pueden trabajar en el interés mutuo y “analizar qué elementos faltan y cuáles ya se han puesto en marcha”, para llegado el caso, aplicar “lo que falte” del pacto migratorio, que, según la conservadora alemana, “sigue siendo válido”.
Según ha explicado la jefa del Ejecutivo comunitario, Turquía también
necesita apoyo para controlar el flujo migratorio, por lo que, pese a
las diferencias con Erdogan, ha señalado que el diálogo ha sido “constructivo” y ha defendido buscar una “salida” a la situación.
Eso sí, ambos dirigentes comunitarios han reiterado ante el líder
turco que el esfuerzo debe ser “recíproco” y han dicho que el proceso
que se abre con Ankara debe tener como objetivo mejorar las perspectivas
de los migrantes, pero también la estabilidad de la región. “Hemos
dejado clara nuestra posición, es importante aplicar el acuerdo y si lo
hacemos significa que todas las partes deben cumplir sus compromisos“, ha zanjado Charles Michel.
En virtud del pacto firmado en 2016, Turquía se comprometió a
frenar el paso de refugiados y migrantes irregulares hacia suelo
europeo a cambio de un fondo de ayuda dotado con 6.000 millones de euros,
algo que la pasada semana las autoridades turcas dijeron no estar en
disposición de cumplir, tras el ataque en Idlib de las fuerzas sirias,
apoyadas por Rusia, en el que murieron 34 militares turcos.
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