TEHERÁN.- La
paralización causada por el coronavirus ha dañado gravemente la
economía iraní, ahogada desde hace dos años por las sanciones
estadounidenses y golpeada también ahora por el cierre de las fronteras,
que repercute en los países vecinos.
Irán,
el tercer país del mundo más afectado por la pandemia con 853 muertos
de entre casi 15.000 contagiados, no ha impuesto una cuarentena en las
ciudades como Italia o España, pero eso no evita que muchos negocios
hayan cerrado sus puertas, por orden gubernamental o ante la falta de
clientes.
Cines,
teatros o gimnasios fueron de los primeros en ser obligados a clausurar
al ser espacios propicios a la aglomeración, al igual que escuelas,
universidades y cualquier centro de enseñanza privado.
Las
autoridades han recomendado a los ciudadanos permanecer en sus casas,
una medida que aunque no todos cumplen sí se ha notado en las calles,
las tiendas y los negocios de hostelería. Más teniendo en cuenta que
esta época, justo antes del inicio del año nuevo persa, el próximo día
20, era de máximas compras.
"En
estas fechas solíamos hacer una caja diaria de 90 o 100 millones de
riales (entre 600 y 650 euros) y ahora es 0", se lamenta Ghazaleh Aminí,
una empleada de 30 años de una pequeña tienda de ropa en el norte de
Teherán.
Aminí
explica que han decidido cerrar y que la caída de las ventas se debe a
que desde que comenzó el brote de coronavirus se aconseja "no probarse
la ropa ni cambiarla por si está infectada".
Por
temor a contagiarse, la mayoría de los ciudadanos ha dejado de ir
también a restaurantes y cafeterías, que llevan desde hace tres semanas
prácticamente vacíos y algunos de los cuales han cerrado.
En
un restaurante popular de kebab de la capital, el encargado Ahad se
encuentra mano sobre mano. Comenta que a diario solían tener unos
180 o 200 pedidos y que ahora no llegan a una decena.
"El
dueño no está logrando con estas ventas ni cubrir el alquiler y está
pensando en cerrar. Los trabajadores no sé qué vamos a hacer", dice
Ahad, cuya preocupación comparten los camareros y cocineros presentes en
el local.
Incluso
las tiendas de alimentación han visto un fuerte cambio: menos clientes
en persona y más pedidos a domicilio. "Los encargos por teléfono se han
triplicado y nuestros motoristas no dan abasto, algunos además tienen
miedo de contagiarse", reconoce a Efe el dueño de una frutería.
Este
golpe se suma a una economía ya en recesión debido a las sanciones
impuestas por EE.UU. en 2018 y a la mala gestión y la corrupción
interna. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2019 la
contracción fue del 9,5 % y la inflación del 35,7 %.
La
fuerte devaluación de la moneda local se ha acentuado desde que se
confirmaron los primeros casos de coronavirus en el país y se cambia en
la actualidad a unos 150.000 riales el dólar, frente a los 42.000 de
hace dos años.
Por
ello, el presidente iraní, Hasan Rohaní, anunció hace dos días que a
aquellos negocios que "tuvieron que cerrar o su actividad se redujo
considerablemente" se les va a dar un plazo de tres meses para pagar los
impuestos.
También
se va a otorgar a los ciudadanos ese tiempo de margen para reembolsar
las cuotas de los créditos bancarios y para el pago de las facturas del
agua, gas y electricidad.
A
los trabajadores con empleos más precarios, unos tres millones, Rohaní
señaló que el Gobierno va a ofrecerles cuatro paquetes de ayuda
económica, mientras que otros cuatro millones de personas se
beneficiarán de créditos a bajo interés.
La
bolsa también ha sumado pérdidas diarias de entre el 1,5 y el 3 % en la
última semana, mientras que las exportaciones e importaciones se han
visto muy afectadas por la decisión de los países vecinos -Irak,
Turquía, Pakistán, Afganistán y Armenia- de cerrar las fronteras.
Rohaní
explicó esta semana que están en negociaciones con esos países para
permitir, sobre todo, el transporte de mercancías en las fronteras,
prometiendo aplicar los protocolos correspondientes de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Los
datos de la Administración de Aduanas de Irán apuntan a una fuerte
disminución de las exportaciones en las últimas semanas: de un 20 % en
el peso y de un 30 % en su valor en comparación con el mismo período del
año pasado.
Algunos
pasos fronterizos han seguido funcionando de modo intermitente para el
tránsito de mercancías, pero se han dado casos de camiones bloqueados y,
por ejemplo, el cruce de Mehran con Irak está clausurado hasta "nuevo
aviso".
El
comercio entre Irán e Irak y Turquía es muy importante, por lo que
estas restricciones también están dañando a estos países, que además han
dejado de recibir a los numerosos peregrinos iraníes, en el caso del
primero, y turistas, en el caso del segundo.
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